Honduras

Mientras Ucrania se desangra por la invasión rusa, Honduras opta por callar

*Aunque en un principio el país centroamericano se pronunció en contra de la invasión rusa, luego se abstuvo de votar contra resoluciones de la ONU y la OEA. El 23 de febrero de 2023 volvió a respaldar el cese de hostilidades contra Ucrania.

**La falta de una política exterior clara y la aspiración de instalar un sistema autocrático como el de Rusia, estarían detrás de la postura incoherente que ha manejado Honduras, consideraron analistas entrevistados por Expediente Público.


Expediente Público

Cuatro días antes de la invasión rusa a Ucrania, el gobierno de la presidenta Xiomara Castro, que para entonces tenía menos de un mes en el poder, emitió un comunicado a través de su Secretaría de Relaciones Exteriores en el que llamó al diálogo y a la no intervención.

“La intervención externa provoca que los conflictos se desborden y en el reciente pasado y en otras latitudes lo que ha generado es una crisis de inmensas proporciones y graves consecuencias económicas y humanitarias”, decía el documento con fecha del 20 de febrero de 2022.

El 24 de febrero, cuando tropas rusas invadieron Ucrania, Honduras condenó el uso de la fuerza y las acciones militares de Vladimir Putin y llamó a una salida política al conflicto.

¿Cómo ha votado Honduras sobre la invasión?

Sin embargo, días después el país centroamericano se abstuvo de votar en el 77 período de sesiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por una resolución que rechazaba la “agresión” de Rusia y que le exigía al mandatario de ese país abandonar de “inmediato y sin condiciones” las cuatro regiones ucranianas en las que había tomado el control.

Consultado anteriormente sobre el tema, el canciller Enrique Reina justificó en ese entonces que “la posición de Honduras conforme a las guerras, debe ser de neutralidad”.

El país tampoco apoyó una declaración contra la invasión rusa en la 52 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA).

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Para el analista político hondureño Raúl Pineda Alvarado, esta posición incoherente del Gobierno de la presidenta Xiomara Castro es resultado de que el país no tiene una doctrina de política exterior como la puede tener México, con la doctrina Estrada, que es de no intervención absoluta en conflictos internos.

El costo de la invasión rusa a Ucrania

Luego de un año la invasión a Ucrania por parte Rusia ha dejado decenas de ciudades destruidas, más de siete mil civiles muertos, casi 200 mil soldados de ambos mandos fallecidos y la amenaza de Rusia del uso de incluso armamento nuclear para lograr su objetivo.

Pero el caso de Rusia y Ucrania no es un conflicto interno, sino que se trata de intereses económicos e históricos, apuntó.

Recordó que Crimea, el territorio con salida al mar que se disputan Rusia y Ucrania, y al que Nikita Jrushchov, el entonces presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética le dio la independencia, “es donde los rusos tienen la mayor parte de su instalación y fábrica de armas”, de allí que no se trate de un problema de territorio solamente sino de infraestructura.

¿Sin política exterior clara?

“Como Honduras no tiene una política, una doctrina de no intervención porque está amarrada por la doctrina Monroe, que dice que América debe ser exclusivamente para los americanos, comete incoherencias de decir hoy una cosa y mañana otra”, dijo el analista ante Expediente Público.

A criterio de Pineda Alvarado, el país se vio muy mal al condenar el papel de Rusia y luego guardar silencio frente a una guerra que aparentemente no va a tener un final en el corto plazo.

Al no tener una política exterior clara, como la pueden tener Costa Rica y Guatemala, Honduras entra en contradicciones. Para el caso, el país reconoció en 2011 a Palestina como Estado independiente, luego en 2021 cambió su embajada de Tel Aviv a Jerusalén y ahora está considerando regresar a esta.

El país centroamericano también evidenció que toda su política exterior es incoherente con la declaración que hizo la presidenta Castro cuando condenó el “golpe de Estado” en Perú y pidió la liberación del expresidente Pedro Castillo, lo que fue “desafortunadísima”, estimó el analista.

“Tenemos políticas de Gobierno y los gobiernos cambian y la política cambia, pero el país necesita claramente una política exterior totalmente definida”, insistió Pineda Alvarado.

“Esperamos que el Gobierno rectifique y haga un análisis concienzudo en función de los intereses del Estado hondureño y del respeto al derecho internacional”, acotó.

Aspiraciones tiránicas

De su lado, el investigador del Centro por una Sociedad Libre y Segura, Ricardo Ferrer Picado, dijo a Expediente Público que la postura del Gobierno de Castro está en sintonía con la que ha tenido el resto de países populistas de América Latina, que no han votado o han esperado para condenar la invasión rusa a un país soberano.

Para el también analista de seguridad estratégica, esa postura tiene que ver “tan solo porque ellos están de acuerdo con la narrativa rusa antidemocrática, se presentan y lo ven a (Vladimir) Putin como un líder que ellos quisieran ser (y) un sistema político como el que ellos quisieran”.

Es el caso de Daniel Ortega, en Nicaragua, que proyecta esa autocracia, “y quizás Xiomara Castro quiera lo mismo en Honduras para concentrar el poder, no tener contrabalances”.

A estos gobiernos les molesta el poder crítico, las libertades que pueden amenazar su statu quo de monopolio de la opinión pública, donde buscan una economía que se mueva solo desde y para el Estado, continuó Ferrer Picado.

«Capitalismo de amigos»

Quieren un “capitalismo de amigos, con empresas que no compitan, sino que estén todas pautadas, que generen recursos que no son sustentables para poder subordinar al pueblo y brindar a los habitantes planes de esos múltiples que se crearon en Venezuela o en Brasil”.

Esos planes “quizás son muy necesarios para momentos con periodos cortos, pero que en definitiva terminan esclavizando e imposibilitando la creatividad, generando más burocracia en el sistema estatal para colapsar el sector privado y quitarle la iniciativa”, señaló el analista argentino.

Ferrer Picado dijo también que los intereses de Rusia en la región son los mismos que China, porque “se consideran perdedores del statu quo global generado a partir de la II Guerra Mundial, en el que se crearon las Naciones Unidas, y un sistema de pesos y contrapesos muy malo, pero que es lo más perfectible”.

En ese sistema “hay posibilidades de veto” y no les genera a esos países una posibilidad de reinado como ellos quisieran en todo el mundo para imponer su poder y su fuerza a los más débiles. “En ese caso nosotros, los países de América Latina, estaríamos entre los más débiles”, mencionó.

Pero, por otro lado, según Ferrer Picado, esas posturas tienen que ver con que la región es el patio trasero norteamericano “y que esté Rusia y China aquí molestan al dueño de este lugar, que a sus ojos y su forma de ver la vida son los Estados Unidos”, que representa para ellos el conjunto de todos los males enunciado en el capitalismo.

Elementos radicales

El profesor e investigador de Estudios Latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos, Robert Ellis, dijo a Expediente Público que eran notorios los intentos del partido Libertad y Refundación (Libre), que llevó a Castro al poder, de no responder plenamente a la intención de rechazar la invasión de Rusia a Ucrania.

Detrás de esas posturas que generan puntos de divergencia con Estados Unidos en temas también como el de Venezuela, podrían estar elementos radicales dentro de Libre, y que podrían hacer más complicada la relación con Estados Unidos.

No obstante, pese a esas diferencias, la administración del presidente Joe Biden, que ha sido contundente en su posición sobre el conflicto bélico en Europa, “ha trabajado mucho para encontrar puntos de acuerdo” en temas de desarrollo y otros asuntos bilaterales con Honduras, consideró Ellis.