* La influencia de Pekín en Nicaragua creció en el último bienio como en ningún otro país en el mundo, revela el China Index 2024.
** Mientras miles de nicaragüenses emigran del país centroamericano huyendo de la crisis económica, el aumento de comercios chinos no cesa en todo el país, gracias al beneplácito del régimen.
Expediente Público
La cercanía política y económica entre Managua y Pekín es una de las que más aumentó en el último bienio, de acuerdo con el resultado que arroja el Índice de China, la investigación que mide el nivel de penetración de la potencia asiática en el mundo.
“Nicaragua está altamente expuesta a la influencia de la República Popular China (RPC)» y, por las características del régimen Ortega Murillo, Pekín “necesita hacer pocos esfuerzos para difundir su narrativa o cooptar a la élite política», revela el China Index 2024.
Bajo el régimen de Daniel Ortega el país subió 22 puestos y 74 puntos en el ranking global China Index entre 2022 y 2024, el avance más alto entre 101 países de la encuesta realizada por la organización Doublethink Lab.
En el más reciente ranking Nicaragua ocupa el puesto 54 de 101 países con 136 de 392 puntos que categorizan el grado de influencia de China en áreas como la política interna y externa, academia, medios, sociedad, tecnología, economía, entre los nueve principales indicadores.
El país tiene un alto grado de exposición (35%) y de alineamiento (46%) al régimen de Xi Jinping, particularmente en su política exterior (63%), medios (54%) y política doméstica (45%).
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De la mano con autoritarismos
Después de restablecer las relaciones diplomáticas con la RPC en diciembre de 2021, Nicaragua se ha convertido en un gran aliado del Partido Comunista Chino (PCC), difundiendo sus narrativas y contribuyendo a eliminar a Taiwán como un actor clave en la región, detalla el Index.
“Un ejemplo de esto es el esfuerzo del gobierno de Ortega para expulsar a Taiwán como observador del Parlamento Centroamericano (Parlacen) e invitar a la RPC en su lugar”, explica el estudio.

“Nicaragua está altamente expuesta a la narrativa de la RPC y, al estar bajo un régimen autoritario, existe muy poco espacio para la disidencia”, reitera el reporte sobre Nicaragua del China Index 2024.
Además, las frecuentes visitas oficiales entre Nicaragua y la RPC muestran la relación cercana que permitió firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) solo dos años después de restablecer las relaciones diplomáticas.
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Hernán Alberro, especialista en Relaciones Internacionales encargado del estudio sobre Nicaragua en el China Index, explicó a Expediente Público que «China aumentó su poder sobre la política interna nicaragüense”.
“En la evaluación de 2022, Nicaragua acababa de abrir relaciones diplomáticas con la República Popular de China. Esto hacía que, si bien había un alineamiento clarísimo con el Gobierno, no le dio suficiente tiempo para registrar cuán cercana era entre los Ortega y Jinping. Hoy en el índice 2024 queda muy claramente expresado”, destaca Alberro.
El investigador también afirma que “el nivel de variación que hay entre 2022 y 2024 en Nicaragua es tan radical, que parecería producto de un error. Sin embargo, lo que se ve claramente es que hay un alineamiento total por parte de Nicaragua con China. Todas las narrativas promovidas por Pekín son subrayadas y aplaudidas por el régimen de Ortega-Murillo».
Alberro recalca que cada aniversario del Partido Comunista, cada reunión importante de los líderes de China, son festejados en Nicaragua, tanto por miembros del Gobierno como por los medios de comunicación afines al partido oficial y por el Frente Sandinista.
Esta relación política e ideológica no destaca por igual en la economía. Alberro considera que las inversiones de China son menores, aunque Nicaragua no requiere de grandes números para hacer una diferencia. Las cifras muestran que, en términos comerciales, no hay ventajas visibles.
Prioridad de China no es el desarrollo de socios
China se ha convertido en el primero o segundo socio comercial de todos los países de América Latina y, por supuesto, es un gran actor en materia comercial en todo el mundo.
“Por supuesto, la economía China hoy en día es una economía que no puede ignorar nadie, ni siquiera Estados Unidos, pero eso no quiere decir que uno tenga que aceptar o comprar la narrativa que trata de vender”, dice Alberro.
Agrega que la idea china de ganar-ganar con sus socios parece positiva, pero se contrasta con la realidad, particularmente en países pequeños, donde los datos tras acuerdos económicos solo son favorables a la potencia asiática.
Democracia y derechos humanos desplazados
“En una democracia, cambian los gobiernos, cambian los intereses, cambian las prioridades. En el caso de China no hay cambio de gobierno, no hay elecciones, hay un solo partido”, recuerda Alberro.
Por eso, añade, China insiste tanto sobre ciertas narrativas, puntos e intereses que finalmente termina logrando el objetivo de imponer su voz, su voluntad y sus intereses.
Lo que puede hacer cualquier país para proteger sus propios intereses y los de sus ciudadanos es fortalecer sus instituciones democráticas, crear instituciones transparentes y sólidas, que no cambien del día a la mañana, aconseja.
Esto no sólo es válido para contrarrestar las narrativas chinas, también si viene Estados Unidos, precisó el experto, si quiere imponer algo, hay ciertas normas que seguir.
“Si uno dice nuestras reglas son estas para todos, sin importar quien sea, China o Brasil o quien sea, entonces va a estar protegido de esa influencia. China es una economía muy grande y siempre va a tener una capacidad de buscar imponer su liderazgo, sus intereses como lo ha hecho Estados Unidos clarísimamente en Centroamérica”, recordó Alberro.

China y su interés por Ortega
Juan Sebastián Chamorro, economista desterrado por el régimen Ortega-Murillo, sostiene que la influencia China en materia económica crece.
Para un país pobre y pequeño como Nicaragua, contratos que la dictadura nunca da a conocer con empresas chinas por millones de dólares, tienen condiciones realmente increíbles que generan dependencia financiera.
El sistema de compras y contrataciones ha sido modificado para que, en asuntos tecnológicos, se dé preferencia a los productos chinos.
Esto es una violación flagrante a el principio de transparencia de compra y contrataciones públicas, afirma Chamorro.
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“Con estos dos ejemplos te estoy dando una idea de cómo ha permitido Ortega que China se haya metido en Nicaragua de una manera bastante desventajosa”, agrega.
Esto pasa también con los recursos naturales.
Chamorro enfatiza que están condicionando una gran cantidad de tierras para la extracción de minerales, muchos de ellos en territorios indígenas que fueron titulados durante la presidencia de Enrique Bolaños (2002-2007) e incluso por el mismo Daniel Ortega.
Por otro lado, agrega el economista, si antes los inversionistas eran de otros países, por lo menos había un poco más de cuidado en el tema ambiental, ahora “sabemos que los chinos ejercen el salvajismo ecológico”.
Chamorro también prevé que China podría convertirse en el principal socio comercial de Nicaragua, debido a que el régimen considera a Estados Unidos como enemigo.
También advierte un mayor incremento de importaciones chinas, porque son productos baratos y porque “hay una inundación de negociantes chinos que con prebendas y con tratamientos especiales no competitivos, están entrando en perjuicio de los comerciantes nicaragüenses”.
Por otra parte, Nicaragua no tiene una ventaja competitiva, hay otros países que ofrecen lo mismo y está en la periferia de China, por lo que en términos de balanza comercial no gana nada.
A pesar de todo, Chamorro considera que “China es un país que no se puede obviar o ignorar, pero hay que tener mucho cuidado con ello, porque no lo hacen por amor a la causa, sino, para sacar y extraer lo más que puedan al menor costo”.
China va por todo
La académica taiwanesa Florencia Huang Fu Chuang, experta en América Latina de la Universidad Tamkang, aclara a Expediente Público que aunque el mercado chino es grande, hay que recordar que tiene una población enorme y muchos ciudadanos emigran a otras partes del mundo, estableciendo negocios propios.
«Los países centroamericanos tendrían que competir no solo con otros exportadores de la región, sino también con negocios chinos en el sudeste asiático y en otros lugares. Si no pueden ofrecer precios más bajos, ¿cómo competirán?”, cuestiona.
Además, los empresarios chinos prefieren importar productos de proveedores de su país. Por ejemplo, en lugar de comprar camarones de América Latina, los adquieren de empresas chinas en el sudeste asiático.
Esto significa que los países centroamericanos no solo compiten entre sí, sino con muchos otros mercados.
Otro problema es el equilibrio comercial.
China pedirá acceso a los mercados latinoamericanos para vender sus productos manufacturados, lo que puede generar aún más déficits comerciales en la región.
“Cuando trabajé en Brasil, vi muchas empresas exportadoras quebrar porque no podían competir con los productos chinos. Muchas de estas empresas se transformaron en importadoras de productos chinos, lo que llevó a una reducción del sector manufacturero de Brasil del 20% a cerca del 10-12%”, sostiene Huang.
Si Brasil, con su tamaño y recursos, ha sufrido este impacto, la situación en América Central puede ser aún más complicada, sostiene la economista taiwanesa.
Si un país tiene un gran déficit comercial, enfrentará problemas con el tipo de cambio y la estabilidad de su moneda. «Para corregir esto, deberá atraer más inversión extranjera o endeudarse aún más. Pero, ¿de dónde vendrá esa inversión extranjera?», pregunta.
Ella afirma que los inversionistas compararán a América Central con otros mercados como Chile o Vietnam, considerando factores como impuestos y costos de operación.
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En el caso de América Central, la inversión dependerá del tipo de industria. Quizás puedan atraer inversión en el sector textil, pero no tienen suficiente mano de obra calificada para atraer manufactura de alto nivel.

Esto significa que tendrán un nivel de inversión extranjera relativamente bajo y una gran cantidad de bienes manufacturados importados, evalúa la académica.
La columna migratoria, tema de confianza
Huang sugiere prestar atención al tema migratorio, porque China es un país con una enorme población, más de 1.100 millones de personas.
La forma en que Pekín hace negocios suele implicar una gran migración de ciudadanos chinos, quienes tienden a controlar sus propias redes comerciales.
“Esto podría generar oportunidades de empleo, pero también significaría que una mayor parte del mercado quedaría en manos de empresarios chinos. ¿Es este el resultado que los países centroamericanos desean?”, cuestia la especialista.
De hecho, la sociedad nicaragüense no tenía ninguna influencia de la diáspora china en el China Index de 2022, pero ahora sí hay un mayor grado de exposición por las actividades que realizan y son patrocinadas por los diplomáticos y organizaciones ligadas al PCCh.
El China Index 2024 detalla un 29.5% de exposición en la sociedad por la actividad de la diáspora en Nicaragua patrocinada por la RPC.
En el corto plazo, los países pueden pensar que es positivo modernizar su infraestructura y ciudades con ayuda china, pero en el largo plazo, si no pueden pagar sus deudas, podrían perder autonomía en sus decisiones políticas o verse obligados a hacer concesiones en temas estratégicos, concluye Huang.
La debilidad que enfrenta Nicaragua ante el poderío chino es tan dominante porque carece de un marco normativo mínimo. «Si viene China y quiere imponer algo, no hay ciertas normas que hay que seguir”, dice el internacionalista Alberro.
En su opinión, en Nicaragua pasaría lo mismo si fuera Estados Unidos, Australia, Brasil porque “no hay ciertas normas que hay que seguir” que garantice la soberanía nicaragüense. Esto se confirma con el resultado del China Index 2024.