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El silencio de Nayib Bukele desampara a los migrantes salvadoreños 

* Organizaciones de migrantes piden que el gobierno de Bukele realice una mediación con las autoridades de EE.UU. para frenar aumento de deportaciones. 

** Los deportados regresan a El Salvador sin asistencia jurídica, pese a que existen más de 25 consultados en EE. UU.   

*** El Salvador suscribió en marzo de 2025 un acuerdo de “tercer país seguro” y ofreció sus cárceles a EE. UU. para recluir a personas de cualquier nacionalidad.  


Eric Lemus / Expediente Público 

La buena relación que existe entre los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de El Salvador, Nayib Bukele, no impide el aumento de deportados salvadoreños. Esto golpea a organizaciones sociales, que reclaman mayor participación de las autoridades salvadoreñas para ayudar a sus connacionales. 

Bukele suscribió en marzo pasado un acuerdo migratorio ampliado que permite que El Salvador sea considerado un “tercer país seguro” y, de esta manera, pueda alquilar sus cárceles para las personas que Washington deporte. 

El número de vuelos con deportados salvadoreños que llegó al aeropuerto internacional Óscar Arnulfo Romero este junio casi se triplicó en comparación con el de enero de este mismo año.  

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En enero, El Salvador recibió ocho aeronaves, mientras que en junio hubo un total de 22, según contabilizó Witness at the Border, una agrupación ciudadana que inició su vigilancia a las afueras del centro de detención de niños migrantes en Tornillo (Texas, Estados Unidos), en 2018, durante la crisis de los menores no acompañados.  

Por su parte, la Dirección General de Migración y Extranjería, al ser consultada por Expediente Público, informó que el gobierno salvadoreño ofrece el programa “Bienvenido a casa” a los compatriotas deportados. 

El programa es ejecutado por la Gerencia de Atención al Migrante (GAMI), que brinda facilidades como transporte, atención médica y psicológica, refrigerio, llamadas telefónicas a nivel nacional e internacional, pago de los costos de pasaje interno, implementos de higiene básica y conexión wifi para dispositivos inalámbricos. 

El silencio de Nayib Bukele desampara a los migrantes salvadoreños

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Alerta por más deportaciones 

El Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos de El Salvador (COFAMIDE) externó su preocupación por el aumento de las deportaciones tanto aéreas como terrestres. 

“Es urgente que el gobierno se ponga a trabajar en las causas que provocan la migración, como es la economía y la falta de empleo”, dijo a Expediente Público Omar Jarquín, director del COFAMIDE. 

En contexto: El Salvador sin plan para afrontar deportaciones masivas desde EE.UU.

Para Jarquín, el programa “Bienvenido a casa” que aplica el gobierno “puede ser insuficiente ante la llegada de más y más personas víctimas de las redadas masivas que inició Trump”.  

La consultora en migración Celia Medrano también aseguró a Expediente Público que “los migrantes salvadoreños no serán la excepción ante esta política agresiva de deportaciones porque el presidente Bukele tenga buenas relaciones con su homólogo en Washington”. 

Y agregó: “No hay que perderse en esto por el hecho de que los hermanos lejanos (así se llama a los migrantes en El Salvador) tengan en un pedestal a Bukele por su política contra las pandillas. Él no ha abogado por nuestros connacionales”. 

El silencio de Nayib Bukele desampara a los migrantes salvadoreños 

Sin asistencia jurídica 

Expediente Público conversó con tres deportados, quienes solicitaron omitir sus identidades. Uno de ellos relató que fue detenido en un control de tráfico junto a otros compañeros de trabajo.  

“El policía de tránsito vio que quien manejaba tenía documentos de otro país y rápido llamó al ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas). Al ratito estábamos rodeados por agentes de la migra y nos llevaron a un centro de detención. En tres días, venía en un vuelo”, relató. 

También contó que todos los salvadoreños fueron encadenados alrededor de la cintura con grilletes en las muñecas y tobillos, cuando fueron trasladados desde el centro detención rumbo al avión, y que las cadenas fueron retiradas al aterrizar en El Salvador. 

Este migrante salió de El Salvador huyendo del acoso de las pandillas y migró ilegalmente a EE. UU. donde encontró trabajo en la construcción. 

Redadas contra migrantes

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Una joven, que es madre soltera, afirmó a Expediente Público que ella tuvo una audiencia por su solicitud de asilo debido a que huyó de la violencia de El Salvador. Sin embargo, la jueza le negó la petición. “Al salir de la sala, me topé con el ICE estaba esperándome”, relató. 

Otro salvadoreño, viviendo en EE. UU. desde hace 38 años con una orden de deportación de 1990, reveló a Expediente Público que construyó una empresa de casas y se estableció sin regularizar su situación migratoria. Él también fue expulsado.

Los tres migrantes se quejaron de que nunca tuvieron orientación jurídica de parte del gobierno de El Salvador, pese a que este cuenta con una red de más de 25 consulados en EE. UU.  

Estas oficinas están en estados como Arkansas, Arizona, California, Colorado, Florida, Georgia, Illinois, Massachusetts, Maryland, Minnesota, Carolina del Norte, Nebraska, Nevada, Nueva Jersey, Nueva York, Tennessee, Texas, Utah, Virginia, Washington (Seattle) y Washington D.C. 

Además, los familiares de deportados que llegan por vía terrestre desde EE. UU. tienen otras quejas. No tienen información de ellos, no pueden comunicarse con ellos, sino hasta que llegan a las instalaciones del GAMI, ubicado a las afueras de San Salvador. “No sabemos nada hasta que uno los ve salir por esa puerta por donde entran los autobuses”, afirmó a Expediente Público uno de los afectados. 

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Oportunidad desaprovechada 

El economista Rafael Lemus opinó que el presidente Bukele desaprovechó la visita que efectuó a la Casa Blanca para hablar en beneficio de los salvadoreños que residen en EE. UU. 

Bukele ratificó su buena relación con Trump e incluso puso a disposición el sistema carcelario para recibir ciudadanos que Washington desee sacar del país.  

“El presidente de El Salvador está en una posición muy ventajosa respecto de la mayoría de países porque él se ha identificado con Trump en algunas ideas o proyectos”, dijo el economista. 

“Era de hacer algo por los salvadoreños que están allá y detener esa migración porque aquí siguen llegando deportados”, añadió.  

Lea, además: Centroamérica se convierte en puente de deportaciones de migrantes de EE.UU.

El caso Guevara 

La comunidad de salvadoreños que residen en EE. UU. aprecia mucho la imagen de Bukele, sin importar si su estatus migratorio es irregular o no.

Celia Medrano, que sigue el comportamiento del fenómeno migratorio, destaca a Expediente Público que “ellos lo respaldan a ciegas y son muy intolerantes a las críticas que hacen contra el mandatario”. 

Sin embargo, para Jarquín, del COFAMIDE, el silencio de Bukele contrasta con las declaraciones y mensajes que emite su homóloga mexicana Claudia Sheinbaum a favor de sus connacionales que han migrado.

En Georgia, por ejemplo, el periodista salvadoreño Jaime Guevara sigue bajo custodia de las autoridades migratorias, pese a que un juez de inmigración ordenó su liberación bajo fianza de US$7,000.  

Agentes de ICE detuvieron a Guevara el 14 de junio de 2025 mientras transmitía en vivo la protesta «No Kings». Guevara, quien reside en EE. UU. desde hace 22 años, cubría el evento organizado en un suburbio de Atlanta por ciudadanos en contra de la administración Trump.

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) pidió el 22 de julio a ICE que libere al periodista, pero sigue recluido en un recinto penitenciario a la espera de su deportación.  

El director del CPJ, José Zamora, recalcó a Expediente Público que Guevara “ejercía su profesión”. 

Guevara incluso envió el 7 de julio una carta abierta a Bukele solicitando su mediación sin que haya tenido un comentario al respecto por parte del mandatario o DE alguna autoridad oficial salvadoreña.