Rafael, el nuevo patriarca de los Sarmiento 

Rafael, el nuevo patriarca de los Sarmiento 

* ¿Quién es Rafael Sarmiento, el candidato de Libre que buscará su tercer periodo como diputado de Honduras en las elecciones generales de noviembre?

** Las acusaciones por supuestos vínculos de la familia Sarmiento con el crimen organizado persisten.  

*** En los años setenta, los Sarmiento apoyaron al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la adquisición de armas. 


Expediente Público 

Unas veinte personas acompañaron a Manuel Zelaya Rosales durante el aislamiento al que se sometió tras ser derrocado en 2009. Fueron cuatro meses al interior de la embajada de Brasil en Tegucigalpa. Entre los acompañantes había figuras conocidas, pero también personas sin trayectoria pública. Uno de estos era un joven abogado de 25 años, cuyo nombre pasaba desapercibido, aunque su apellido resultaba familiar para los viejos cuadros liberales. 

Se llamaba Rafael Sarmiento Aguiriano. Para los Zelaya, no era un desconocido. Era el hijo de Ulises «Liche» Sarmiento, un viejo caudillo de Olancho, recordado por ser el patriarca de una de las familias más influyentes de ese departamento, también señalada por sus supuestas vinculaciones al crimen organizado.  

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En el mapa no oficial del poder, Ulises «Liche» Sarmiento fue una figura tan influyente como controversial en el oriente hondureño, en esa región que es el bastión de los Zelaya. Se desplazaba rodeado por una escolta de al menos veinte guardaespaldas y su rostro figuró durante años en la lista de los más buscados por la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL, por sus siglas en inglés).  

Hoy, aquel joven que se mantuvo cuarenta días en la embajada brasileña junto a Zelaya, ha ascendido hasta convertirse en una figura clave de la política hondureña, liderando la bancada oficialista del partido Libertad y Refundación (Libre) en el Congreso Nacional y presidiendo su Comisión de Seguridad.  

Rafael Sarmiento es la nueva cara de una familia que mantiene su hegemonía en Olancho, en ese «lejano oeste» hondureño donde el poder todavía se disputa con balas. En las próximas elecciones, ya con 41 años, buscará su tercer período como diputado del oficialismo.  

Un apellido de la cúpula presidencial 

El ascenso político de Rafael Sarmiento no puede entenderse sin recorrer las ramas de su árbol genealógico, tan amplio como enredado, cuyas raíces conectan directamente con la presidenta Xiomara Castro Sarmiento y al propio Manuel Zelaya Rosales.  

Los vínculos familiares de los Sarmiento con la pareja presidencial siempre son omitidos en el discurso público. Sin embargo, una investigación realizada por la revista Nueva Sociedad señala que esta familia está conectada directamente con la mandataria, mientras con Manuel Zelaya está emparentada por la madre del expresidente, Hortensia Rosales. 

Los Sarmiento se describen como “gente de lucha y servicio”, una familia compuesta por comerciantes, ganaderos, hacendados, empresarios de seguridad privada y políticos, liderada hasta el 2020 por el padre de Rafael Sarmiento. Pero, para algunos investigadores estadounidenses especializados en crimen organizado y redes de corrupción en Honduras, los Sarmiento no son simplemente una familia, sino una estructura que opera desde Olancho, uno de los focos del tráfico de drogas en el país.  

Las acusaciones por supuestos vínculos de los Sarmiento con el crimen organizado han sido persistentes. En 2015, la captura de dos parientes de la familia en Guatemala, presuntamente relacionados con el tráfico de ganado y drogas, destapó un informe de inteligencia que señalaba la existencia de una red delincuencial operada por miembros de esta familia. 

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De acuerdo con los reportes policiales y de la Dirección Nacional de Investigación e Inteligencia (DNII), la organización habría iniciado sus operaciones delictivas hace más de cuatro décadas en Juticalpa y San Francisco de la Paz, en Olancho. Con el tiempo, agregan los informes, su influencia se extendió a Francisco Morazán, Colón y Gracias a Dios, donde los investigadores policiales les atribuyeron la coordinación de aterrizajes de narcoavionetas en pistas clandestinas.  

Sus tentáculos, al parecer, alcanzarían incluso a la familia presidencial, y no solo por la sangre. Según el medio de investigación estadounidense Insight Crime, Ulises «Liche» Sarmiento, el patriarca, habría sido el mecenas político de Carlos Zelaya, hermano del expresidente y cuñado de la actual mandataria.  

La presunta conexión de Carlos con estructuras criminales no es nueva. En 2024 apareció en un video que se hizo público a través de Insight Crime, donde se lo veía reunido con varios capos del narcotráfico hondureño, supuestamente para coordinar el financiamiento de la campaña de Xiomara Castro en 2013. Antes, su nombre ya había sido mencionado por la banda de Los Cachiros durante el juicio contra Juan Orlando Hernández, implicándolo en el trasiego de drogas en Olancho. 

Una investigación sobre el tráfico de armas de fuego en Honduras, realizada por InSight Crime y la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), también menciona que, según algunas de las fuentes que consultaron para realizar el estudio, los Sarmiento financiaban las campañas del expresidente Zelaya, además de haberle facilitado su regreso clandestino al país después del golpe de Estado. 

Olancho: tierra de alianzas peligrosas 

Organizados o no como una banda, los Sarmiento han vivido bajo fuego constante. A finales de 2009, cuando Ulises «Liche» Sarmiento fungía como coordinador de la Resistencia Nacional contra el golpe de Estado en Juticalpa (un movimiento de raíces populares y anti oligárquicas), el poderoso hacendado fue blanco de un atentado que terminó con la vida de dos de sus guardaespaldas.  

Su hijo, Rafael Sarmiento, declaró a InSight Crime que el ataque formaba parte de los confrontamientos políticos que atravesaba el país en aquel momento. Sin embargo, para los investigadores estadounidenses, el atentado encajaba más bien en una disputa territorial entre estructuras del crimen organizado. 

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En el ataque participaron quince sicarios armados con fusiles de uso militar y lanzagranadas. La brutalidad del atentado, que dejó más de 400 impactos de bala en el muro de la casa de «Liche», fue el argumento por el cual el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), una organización afín a Libre, solicitó medidas cautelares para el núcleo de la familia Sarmiento ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).   

Sin embargo, dichas medidas resultaron insuficientes. En 2013, la madre de Rafael Sarmiento, su tía y uno de sus guardaespaldas fueron asesinados en Juticalpa. Medios locales reportaron que, esa noche, tanto la Policía como las autoridades del Ministerio Público no pudieron entrar a la escena del crimen, ya que hombres fuertemente armados acordonaron la zona e impidieron el acceso. El crimen no fue reportado en las estadísticas de la Secretaría de Seguridad.  

Hasta la fecha, Rafael Sarmiento sostiene que el asesinato de su madre tuvo motivaciones políticas, supuestamente orquestadas desde las altas esferas de la administración del gobierno nacionalista de Juan Orlando Hernández, acusación que ese gobierno siempre negó.  

En Olancho, casos como el del asesinato de la madre de Rafael Sarmiento, generalmente, desatan más violencia. En 2015, varios medios locales informaron que un familiar de los Sarmiento presentó una denuncia ante la Policía, señalando que «Liche» había considerado tomar represalias contra los ocho hijos de su primer matrimonio, a quienes responsabilizaba por el asesinato de su esposa ocurrido dos años antes. Sin embargo, la denuncia no pasó de ser una nota aislada en los medios, sin mayor seguimiento ni repercusión pública. 

“En los doce años de dictadura perdimos vidas valiosas”, ha señalado públicamente Rafael Sarmiento, en referencia a los tres gobiernos nacionalistas entre 2010 y 2022. Además de su madre, en 2019 fueron asesinados dos de sus primos, hijos de Eduardo «Lalo» Sarmiento, otro de los patriarcas de la familia, quien fue diputado por el Partido Nacional tanto en el Parlamento Centroamericano (Parlacen) como en el Congreso Nacional.  

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Del atentado al exilio 

En mayo de 2015, apenas dos días después de que Rafael Sarmiento anunciara su candidatura a la diputación de Olancho por el partido Libre, una operación conjunta entre la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, compuesta por 400 agentes, llevó a cabo un allanamiento en varias propiedades de la familia Sarmiento.   

Durante la intervención, las autoridades decomisaron varias armas de uso prohibido, una considerable cantidad de municiones, indumentaria militar, teléfonos satelitales y permisos de portación de armas aparentemente falsos. Como resultado, la Fiscalía presentó cargos ante los Juzgados con Jurisdicción Nacional, que emitieron órdenes de captura tanto a nivel nacional como internacional contra Ulises Sarmiento y su hijo Javier Sarmiento. No hubo ningún señalamiento contra Rafael. 

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Tras el operativo, la Policía capturó a Ramón Sarmiento Escobar, sobrino de «Liche», a quien se le imputaron los delitos de tenencia y almacenamiento ilegal de armas y municiones no comerciales, así como el uso de documentación pública falsa.  Meses antes, Ramón había sido reelecto para su tercer periodo como alcalde de Juticalpa bajo la bandera del partido Nacional.  

En 2017, Ramón Sarmiento fue condenado a 15 años de prisión. Su abogado, Marlon Duarte, el mismo defensor privado de la poderosa y cuestionada familia Rosenthal, afirmó que su cliente era víctima de una persecución política. Tres años después, «Moncho» Sarmiento recuperó su libertad.  

Una alerta internacional emitida por la INTERPOL contra Ulises Sarmiento y su hijo Javier, obligó a la familia (entre ellos, Rafael), a emigrar en 2015 a Nicaragua, donde solicitaron asilo político.    

El país vecino no era ajeno para los Sarmiento. En los años setenta, habían apoyado al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la adquisición de armas según lo revelaron investigaciones periodísticas. Sin embargo, décadas más tarde, apenas llegaron a ese país, en coordinación con el gobierno hondureño, las autoridades los trasladaron a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), en Managua.  

Manuel Zelaya denunció públicamente la detención y de inmediato se comunicó con el despacho de la copresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo. Poco después, el régimen nicaragüense se retractó. El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENDIH) presentó un recurso a favor de los Sarmiento, lo cual permitió su liberación y estadía como refugiados en ese país.  

Regreso con bendición política

En 2016, Xiomara Castro festejaba el regreso de Rafael Sarmiento a Honduras, con un mitin político. «Le damos la bienvenida a un compañero promesa de Olancho, quien por circunstancias de persecución política tuvo que abandonar con su familia el país. Hoy regresa limpio, sin deber nada y con la convicción de acompañar esta lucha», arengó en esa ocasión. 

El partido Libre recibía a la joven «promesa» con los brazos abiertos. No solo le ofrecía la candidatura a la primera diputación por Olancho, sino también el liderazgo político en el departamento, al designarlo como sucesor de Manuel Zelaya en la coordinación partidaria.    

En la foto de su presentación, Xiomara Castro aparece junto a Rafael Sarmiento, en un gesto de cercanía política y personal. A su lado está Carlos Zelaya, y un poco más distante, Juan Barahona observa con atención. El dirigente sindical y representante del movimiento popular hondureño en Libre presenciaba cómo el poder dentro del partido se inclinaba, sin mayor filtro ideológico, hacia el círculo íntimo de los Zelaya. 

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Dos años más tarde, Rafael Sarmiento fue electo como el diputado más votado de Olancho. «El pueblo me hizo justicia en las urnas», afirmó con orgullo en la celebración. Con su padre aún exiliado, el abogado asumió su curul en el Congreso Nacional, expresando también su agradecimiento al presidente Daniel Ortega por el respaldo que su familia recibió durante su estancia en Nicaragua.  

Durante el segundo gobierno nacionalista de Hernández, entre 2018 y 2022, Sarmiento mantuvo un perfil discreto en el Congreso Nacional. Integró comisiones como Minería e Hidrocarburos, Energía, y Enlace con las Organizaciones Empresariales, pero su actividad legislativa fue mínima, presentando apenas dos proyectos de ley que ni siquiera se encuentran en la web. Sin embargo, con los Zelaya de nuevo en el poder, dio un salto al primer plano político.   

A partir de 2022, Rafael Sarmiento fue nombrado jefe de bancada de Libre. Desde entonces, preside las comisiones de Seguridad y de Agricultura y Ganadería, y además ocupa la vicepresidencia en las comisiones de Telecomunicaciones y Energía.  

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Denuncias de traición 

En septiembre de 2024, la aparición del narcovideo protagonizado por Carlos Zelaya estremeció la agenda nacional. Las pruebas de que el oficialismo había financiado su campaña presidencial de 2013 con dinero del crimen organizado parecían irrefutables. El escándalo del cuñado de la mandataria salpicó a todo su partido y directamente a la familia presidencial.   

En su defensa, Carlos Zelaya involucró a Rafael Sarmiento, diciendo que junto a Carlos Muñoz (el exdiputado suplente de Manuel Zelaya en el Congreso Nacional) habían programado su reunión con los capos hondureños de la droga. Enseguida, el diputado Sarmiento señaló que el cuñado de la presidenta «se había confundido».  

«Reitero que no coordiné reuniones, que nunca he sido mencionado ni en juicio en Nueva York, que no conozco narcotraficantes y reitero de manera categórica que no he coordinado reuniones», insistió Sarmiento, aparentemente desconcertado por lo que percibía como una traición desde las propias filas de la cúpula de los Zelaya.  

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Su descontento con Libre se incrementó en las elecciones primarias de marzo de 2025. Rafael Sarmiento se presentó como precandidato de Libre por el movimiento Fuerza Revolucionaria Popular (FRP), y denunció haber sido víctima de irregularidades en el conteo de votos, supuestamente en favor del M28, la corriente liderada por los Zelaya. Su reclamo se sumó al de otros precandidatos que también aseguraron haber sido objeto de fraude dentro del partido oficialista.  

Con 36 mil marcas obtenidas en las primarias, Rafael Sarmiento competirá en las elecciones generales de noviembre. Tras la muerte de Ulises «Liche» Sarmiento por Covid-19 en 2020, el diputado ha asumido el rol de nuevo patriarca de la familia.  

A pesar del distanciamiento con los Zelaya, Rafael Sarmiento aún preside la Comisión de Seguridad. Desde ahí dirige la discusión sobre la narcoactividad, el crimen organizado, el uso de tecnología de vigilancia, la militarización territorial, el presupuesto de seguridad y defensa, las reformas a la Policía Nacional o de la Ley de Portación de Armas, entre otros temas. Así, ese joven abogado que acompañó a Manuel Zelaya en la embajada de Brasil se convirtió en uno de los actores más influyentes de la vida nacional.