* El éxito electoral de Clara López Pérez en las primarias coincidió con las denuncias contra su esposo, el exministro José Carlos Cardona, por el presunto desvío de dinero para financiar campañas políticas.
** Empleados de la Sedesol denunciaron que esa secretaría habría utilizado fondos para favorecer la candidatura de López.
*** Cardona quedó marginado del oficialismo, pero no ha sido requerido por el Ministerio Público, controlado por el gobierno.
Expediente Público
A sus 32 años, Clara López Pérez debutó en la política como la precandidata a diputada más votada del oficialismo en las elecciones primarias. Su vertiginoso ascenso político despierta más preguntas que certezas, sobre todo desde que salió a la luz que su esposo, el exministro de Desarrollo Social (Sedesol), José Carlos Cardona, habría desviado recursos públicos para financiar campañas políticas.
La trayectoria política del joven matrimonio es reciente. López aún era una adolescente de la colonia San Francisco del Distrito Central cuando el coordinador de su partido, Manuel Zelaya Rosales, fue derrocado en el golpe de Estado de 2009. Ese mismo año, Cardona, originario de una familia rural de escasos recursos en Olancho, obtuvo una beca para estudiar la Carrera de Historia en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
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De la militancia a la Secretaría de Salud
De origen liberal, a los 19 años, López inició su militancia en Libertad y Refundación (Libre) en 2012. Desde entonces, se involucró en la consolidación de las bases del partido en los barrios de Comayagüela, formando parte de la corriente M-28, dirigida por Hortensia Zelaya Castro, hija de la actual mandataria Xiomara Castro y del expresidente Manuel Zelaya.
De su parte, Cardona se involucró con Libre desde 2016. Seis años después, el partido consiguió la Presidencia de la República.
De manera sorpresiva, Cardona fue nombrado al frente de la Sedesol pese a que tenía escasa relevancia en la organización política. Así pasó a manejar un presupuesto anual de 6,4 mil millones de lempiras (US$256 millones).
López, en cambio, asumió como jefa de la Unidad de Género en la Secretaría de Salud. Graduada en Medicina y Cirugía por la UNAH, amplió su formación con estudios en Gestión y Políticas de Salud Internacional y Soberanía Sanitaria en el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).
En ese cargo, López orientó su gestión a transversalizar la perspectiva de género en los servicios, el personal y las políticas institucionales, en un sistema de salud que ha avanzado en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, pero que aún presenta brechas significativas.
En agosto de 2022, ocho meses después de que Libre llegara al poder, López y Cardona se casaron.
Una estela de sospechas
En 2025, la meteórica trayectoria política de la pareja dio un giro. Clara López, hasta entonces casi desconocida, renunció a la Unidad de Género para convertirse en la precandidata mujer más votada de Libre a nivel nacional, en las primarias de marzo pasado.
El buen resultado de López en las urnas levantó dudas. Era sospechoso que una joven política, prácticamente desconocida, pero casada con el ministro de la Sedesol y también candidata del M-28, escalara con tanta rapidez en el escenario electoral.
Las primeras alertas de posibles irregularidades empezaron casa adentro. Apenas terminaron las primarias, candidatos del propio oficialismo denunciaron que la Sedesol funcionaba como plataforma proselitista del M-28.
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‘Empleados’ de Sedesol denuncian
Las sospechas se agudizaron el 14 de junio, cuando un supuesto grupo de empleados de la Sedesol difundió un comunicado acusando al ministro de utilizar recursos institucionales para impulsar la carrera política de su esposa.
«Desde nuestra Secretaría se impulsan de manera activa campañas proselitistas en favor de Clara López, esposa del ministro Cardona», afirmó el comunicado. Los denunciantes también señalaron la supuesta contratación ilegal del hermano de la candidata adentro de ese ministerio.
Tras la amplia difusión que los medios de prensa dieron a esta denuncia, el ministro negó categóricamente su veracidad, pero las dudas quedaron sembradas. Era la antesala del caso «Cheqesol», también conocido como el «Checazo»
El «Cheqesol»
Una semana después, el 23 de junio, se filtró una llamada entre Cardona y la diputada oficialista Isis Cuellar. En el diálogo, se escucha que Cardona reconocería utilizar fondos públicos de la Sedesol para impulsar campañas políticas.
De esta manera, crecieron las sospechas sobre el respaldo que habría catapultado a su esposa en las elecciones primarias de marzo.
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Semanas después del escándalo, investigaciones periodísticas revelaron que, entre enero de 2024 y febrero de 2025, la secretaría habría destinado 235 millones de lempiras (US$9,4 millones) para el uso discrecional de 80 políticos, en su mayoría de Libre.
Aunque el nombre de Clara López no figuraba en las listas, el diputado oficialista Manuel Rodríguez exigió en declaraciones ante los medios una investigación sobre el financiamiento de la campaña de la esposa de Cardona. Sin embargo, el Ministerio Público se hizo de la vista gorda.
Parejas en el poder
El ascenso de matrimonios se ha convertido en una constante dentro de las élites gobernantes de Honduras. El caso de la mandataria Xiomara Castro y su principal asesor, su esposo, Manuel Zelaya Rosales, es el más visible.
De cara a las elecciones generales del próximo 30 de noviembre, al menos seis matrimonios competirán por cargos públicos. Entre ellos destacan dos aspirantes presidenciales que impulsan a sus parejas como candidatos al Congreso: el liberal Salvador Nasralla con su esposa Iroshka Elvir, y la oficialista Rixi Moncada con su esposo Enrique Arias.
También figuran otras parejas menos visibles como la de Clara López con Cardona. Ella, tras la renuncia forzada del ministro en junio de 2025, ha quedado como el único rostro político de su familia.
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El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) alertó en julio de 2024 sobre un repunte en la contratación de familiares en el aparato estatal. En 2023 identificó 55 casos de vínculos de consanguinidad y afinidad entre servidores públicos, un año después eran 115.
Paradójicamente, López se presenta como crítica de la concentración del poder en pocos apellidos. «El mayor enemigo del proyecto de Libre son diez familias del sector empresarial», repite en sus entrevistas, en sintonía con el discurso de su candidata presidencial, Rixi Moncada, quien denuncia que ciertos clanes familiares controlan el rumbo del país.
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Defensa y propuestas «feministas»
Clara López se defiende argumentando que los señalamientos en su contra son parte de un patrón de hostigamiento contra las mujeres en política. «Por eso somos tan pocas las que decidimos entrar a la política. Quienes me critican no ven que soy una luchadora social», ha sostenido públicamente.
La candidata atribuye su éxito electoral al trabajo con las bases y a la lealtad con su partido. «He sido una obrera fiel al noble proyecto de Libre, mantengo mis valores y posturas muy firmes porque la gente está cansada de la política tradicional», dijo en una entrevista que ofreció a un medio oficialista.
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Como candidata, López se define como mujer, madre y política de barrio, aunque en la papeleta electoral aparecerá con un estetoscopio colgando de su cuello, apelando a su identidad como médica, profesión que tras su renuncia en la Secretaría de Salud ejerce en el sector privado.
El plan de Clara López
Como candidata a diputada, López propone una Ley de Salud Mental que garantice recursos estatales para un área prácticamente abandonada en el sistema de salud hondureño. Asimismo, plantea la actualización de la Ley de Fomento y Protección de la Lactancia Materna y de la Ley de Alimentación Escolar, con el objetivo de mejorar la salud infantil.
En el ámbito económico, López busca impulsar una Ley Nacional de Cajas Rurales que asegure el acceso de las mujeres al crédito y a otros servicios financieros. Además, propone crear una Ley de Cuidados y Personas que Cuidan, reconociendo como bien público el trabajo de quienes atienden a personas en situación de dependencia.
El discurso de López también se enfoca en la defensa de la administración de la presidenta Xiomara Castro. En ningún momento, se pronuncia sobre el escándalo de su esposo, el exministro Cardona, quien a dos meses del escándalo quedó marginado del oficialismo, aunque tampoco ha sido requerido ni llamado a declarar por una Fiscalía controlada por el gobierno.
Hoy, con las elecciones a la vuelta de la esquina, López llama a los hondureños a votar con consciencia. En eso no se equivoca, lo que resta ver es si el «Chequesol» detendrá su meteórica carrera política, como lo hizo con su esposo. Mientras tanto, los candidatos siguen haciendo campañas promocionando las ayudas sociales del gobierno.