* El centro de pensamiento Diálogo Político organizó un foro este 24 de septiembre donde analizó el impacto del crimen organizado en Latinoamérica.
** La Fundación Konrad Adenauer presentó los hallazgos de la investigación “De las calles al Estado: Cómo el crimen organizado redefine el juego político en América”, que es de acceso libre.
*** Los consultores Douglas Farah y Pablo Zeballos, coautores del estudio, alertaron sobre la mutación del crimen organizado y su posicionamiento en las economías del hemisferio.
Eric Lemus / Expediente Público
Los expertos en crimen transnacional Douglas Farah y Pablo Zeballos presentaron este 24 de septiembre, los hallazgos de una investigación publicada bajo el auspicio de Diálogo Político, de la Fundación Konrad Adenauer (KAS).
La investigación, que está titulada “De las calles al Estado: Cómo el crimen organizado redefine el juego político en América”, puede ser consultada públicamente porque es de acceso libre.
Durante la presentación, Farah alertó sobre la mutación del crimen y el impacto que crea la modificación de las rutas en el comercio de ilícitos como la cocaína, cuyo mercado es más rentable en Australia, Nueva Zelanda y Europa, por encima de Estados Unidos.
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“Estamos viendo que en lugar de estar en guerra con el Estado o tener alianzas parciales, ya estamos viendo la integración del crimen transnacional al Estado. En muchos sentidos, son cogobierno en muchas partes y eso amenaza las democracias del hemisferio”, dijo Farah que también es director de IBI Consultants.
El experto en seguridad añadió que, “cuando un gobierno autoritario comienza a consolidarse, pierde ingresos legítimos (financieros) y necesita buscar dinero inmediatamente para mantenerse en el poder y necesita tener acceso a recursos, (los fondos) vienen del crimen transnacional”.

Crimen que reemplaza al Estado
El estudio cuestiona las explicaciones tradicionales en torno al alcance del flagelo y ofrece nuevas perspectivas con el objetivo de entender las múltiples relaciones entre el Estado y el crimen organizado transnacional.
En el evento participó Henning Suhr, responsable del Programa Regional Partidos Políticos y Democracia en América Latina de la Fundación Konrad Adenauer, y fue moderado por César Santos, investigador de Expediente Abierto.
Para Suhr, las revelaciones de los dos investigadores permiten confrontar las ramificaciones de un tema “que durante años se han considerado verdades incuestionables, pero que hoy parecen estar desfasadas frente a una realidad mucho más compleja”.
Pablo Zeballos, exoficial de Carabineros de Chile y coautor de la publicación, destacó que la barrera más grande es qué significado tiene actualmente el concepto crimen organizado.
En opinión de Zeballos, se ha convertido en una herramienta de uso político que distorsiona la realidad y en esa medida su comprensión se aleja de quienes sufren en carne propia el impacto del problema.
Afirmó que, en ciertos territorios, las estructuras criminales han logrado suplantar al Estado debido al desinterés de este por proteger a las poblaciones vulnerables.

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“Si logramos entender de una forma diferente al crimen organizado, desde la democracia vamos a poder enfrentarlo. Si seguimos trabajando con las mismas fórmulas de hace años, probablemente la respuesta más esperada serán las soluciones autoritarias”, esgrimió Zeballos.
El consultor, que también trabaja como asesor en seguridad pública, exhortó por “un cambio de discurso, pues la investigación del crimen organizado no debe estar solamente limitada a la academia. Deben escucharse a las comunidades más afectadas, más vulnerables, de las que actualmente se sabe poco”.
Fenómeno en mutación peligrosa
La presentación del documento en formato digital es parte de las actividades que organiza Diálogo Político/KAS ante un momento complejo, en el que la región atraviesa una cuarta ola del crimen organizado, caracterizada por la diversificación de economías ilícitas con nuevos mercados y operativas más sofisticadas.
Farah, que sigue el comportamiento de regímenes autoritarios en Sur y Centroamérica, alertó sobre la presencia de organizaciones violentas como la Ndrangheta, la mafia italiana más poderosa, las agrupaciones albaneses con presencia en Ecuador y las mafias turcas que están operando en Venezuela.
“Tenemos mafias rusas y chinas cambiando ahora en la región de una manera muy fuerte. ¿Entonces, qué estamos viendo? Una multiplicidad de nuevos actores, con nuevos productos hacia nuevos mercados”, añadió el investigador.
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El experto citó el caso de las mafias albanesas que usan rutas ya establecidas por otras economías ilícitas. De esta manera, por donde se contrabandean cigarrillos, también transitan drogas fuertes como la cocaína y la heroína.
“El problema es conseguir la droga y por eso estamos viendo que muchos países de América Latina como Ecuador, República Dominicana y Costa Rica están en una ola de violencia que nunca se había visto antes. Y eso sucede porque los grupos locales están peleando las rutas para entregar esa droga a las mafias internacionales, sean mexicanos, italianos o albaneses”, detalló Farah.
Un paso atrás del crimen
Ambos autores muestran que el crimen organizado transnacional dejó de operar en las sombras y ahora redefine la política regional, corroe instituciones y pacta con gobiernos autoritarios.
Zeballos insiste que América Latina enfrenta “una cuarta ola criminal que amenaza los valores democráticos y demanda nuevas estrategias ante la complejidad del fenómeno”.
De igual forma, debido al ascenso del autoritarismo, se consolida su poder mediante alianzas funcionales con el crimen organizado como es el caso de Venezuela, Nicaragua y El Salvador.
“Hay modelos que hemos visto como sucede en El Salvador donde tumba todo el sistema democrático y de derechos para imponer cierta gobernabilidad a un precio enorme y que será irrecuperable para la democracia”, dijo Farah.
“Hay que decir que la guerra no está perdida, pero estamos un paso detrás del crimen organizado”, advirtió.