* La expansión de China en América Latina desde territorio cubano amenaza la seguridad nacional norteamericana alertan a congresistas de Estados Unidos.
** Tres expertos en geopolítica expusieron ante el Congreso de EE. UU. sobre cómo los recortes en cooperación internacional debilitan su influencia global.
Eric Lemus / Expediente Público
La Cámara de Representantes de los Estados Unidos fue alertada, este 6 de mayo, por expertos en geopolítica sobre la instalación de infraestructura de China en Cuba para espiar las comunicaciones civiles y militares norteamericanas.
La audiencia, presidida por el congresista republicano Carlos A. Gimenez, del Subcomité de Transporte y Seguridad Marítima, sirvió para informar sobre la vigilancia aérea, espacial y marítima.
Ryan C. Berg, director del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, presentó las evaluaciones junto con Andrés Martínez-Fernández, analista sénior de políticas y América Latina del Centro Allison para la Seguridad Nacional y Leland Lazarus, director asociado del Programa de Seguridad Nacional del Instituto Gordon de Políticas Públicas de la Universidad Internacional de Florida.
Los tres expertos participaron en la audiencia “Vigilancia aérea, espacial y marítima de Pekín desde Cuba: Una amenaza creciente para la seguridad nacional”.
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China usa a Cuba
“A 90 millas de nuestras costas, el competidor más formidable de Estados Unidos en el siglo XXI, la República Popular China, ha encontrado un terreno fértil para desplegar su arsenal de espionaje, vigilancia digital y competencias marítimas”, anunció Ryan C. Berg, durante la audiencia que presenció Expediente Público.

En su intervención en el Congreso, Berg alertó que “sin mucho que ofrecer a China en términos de comercio y materias primas, Cuba ha jugado una de sus pocas cartas: su ubicación estratégica y sus relaciones con altos funcionarios del Partido Comunista de China, para obtener apoyo mientras el régimen intenta esquivar la crisis actual”.
“Un error estratégico”
La sesión contó con la participación de congresistas demócratas como republicanos, quienes interrogaron a los expertos sobre el escenario que enfrenta EE. UU. ante el avance de China. Además, sobre el giro en la política exterior de Washington bajo la administración del presidente Donald Trump.
“Estoy profundamente preocupado por las consecuencias a largo plazo del desmantelamiento sistemático de la ayuda exterior de USAID (Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional) y de los programas de desarrollo internacional por parte del gobierno de Trump”, declaró el demócrata Troy Carter, congresista por Luisiana.
En opinión de Carter, “(estas) acciones han debilitado significativamente la influencia global de Estados Unidos, especialmente en nuestro propio hemisferio”.
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“No fue una mala política, sino un error estratégico que tuvo consecuencias reales para la seguridad nacional y la estabilidad regional. En América Latina, estas decisiones han sido un auténtico regalo para los regímenes autoritarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua”, añadió el congresista.
En su presupuesto 2026, el presidente Trump recortó el 83% a los fondos de cooperación internacional que abarca programas sobre derechos humanos, cambio climático y de atención a migrantes.
De igual modo quita todos los fondos a la National Endowment for Democracy (NED), que es clave en el fortalecimiento de medios independientes, así como organizaciones no gubernamentales.

Riesgos por alianza entre China y Cuba
Los lazos entre ambos países comunistas se han fortalecido paulatinamente desde que Raúl Castro viajó en 2005 a China para reunirse con el entonces presidente Hu Jintao. Nueve años más tarde, en 2014, el actual mandatario y secretario general del PCCh, Xi Jinping, incluyó a Cuba en su primer viaje oficial por América Latina.
“El PC (cubano) ha sido el principal receptor en América Latina de los compromisos del Departamento de Enlace Internacional, el órgano del PCCh para la diplomacia entre partidos en el extranjero, lo que ha contribuido a consolidar aún más los lazos entre los líderes cubanos y chinos”, describe el documento compartido por Ryan Berg.
El congresista demócrata Carter interrogó a los expertos sobre cómo China puede utilizar las inversiones en Cuba para interrumpir las rutas marítimas que conducen a importantes puertos estadounidenses como el puerto de Nueva Orleans y del Sur de Luisiana.
Leland Lazarus, director asociado del Programa de Seguridad Nacional del Instituto Gordon de Políticas Públicas de la Universidad Internacional de Florida, respondió que China puede recopilar desde Cuba información sobre los flujos de carga de las operaciones portuarias.
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“Entiendo que esos dos puertos en los Estados Unidos representan un poco más del 20% de la carga que entra (a los EE. UU.) y la preocupación es que, ya sea una empresa de tecnología nuclear o una empresa de ingeniería de China Harbor (…) esas empresas tienen vínculos directos con el Ejército Popular de Liberación”, advirtió.

China a la espera paciente de una crisis
El congresista Carlos A. Giménez, que condujo la sesión del Subcomité de Transporte y Seguridad Marítima, colocó en perspectiva la historia del régimen de La Habana en relación con EE. UU.
“Si el gobierno chino está de hecho aprovechando una creciente asociación con Cuba para recopilar información de inteligencia sobre sus actividades, esa es una amenaza que ya no podemos ignorar”, afirmó el legislador que representa el 26.° Distrito de Florida.
“El gobierno cubano tiene una larga historia de trabajo con adversarios extranjeros para socavar a los Estados Unidos”, enfatizó el político republicano.
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Lazarus, en su calidad de director asociado del Instituto Gordon de la Universidad de Florida, reiteró en la sesión “que China tiene una estrategia a largo plazo para este hemisferio basada en la inversión paciente, el cultivo diplomático y la consolidación de vínculos de seguridad”.
“Opera con demasiada frecuencia de una crisis a otra y aún no ha proporcionado una agenda afirmativa a largo plazo para la región en su conjunto”, agregó.
China: ¿una tabla de salvación?
Cuba vive la peor crisis económica desde el llamado Período Especial de los años noventa, que acaeció tras el derrumbe de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que otrora fue el principal aliado de La Habana.
En 2023, la inflación en la isla alcanzó el 30% y sufrió una caída del 2% del Producto Interno Bruto (PIB).

A criterio de los investigadores, La Habana aprovecha su ubicación estratégica y las relaciones históricas que sostiene con altos funcionarios del Partido Comunista para ofrecer el territorio insular como centro de operaciones para el espionaje en contra de Washington.
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Andrés Martínez-Fernández, quien es analista Sénior de Políticas para América Latina del Centro Allison para la Seguridad Nacional, remarcó la importancia de mirar hacia las actividades chinas que tiene instalaciones estratégicamente ubicadas a lo largo de la costa norte de Cuba.
Entre los hallazgos sobre la infraestructura de vigilancia electrónica, Ryan C. Berg insistió que una red sofisticada en el barrio El Salao, en la provincia de Santiago de Cuba, permite a China espiar comunicaciones estadounidenses militares y civiles.
El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés) presentó en diciembre de 2024 un informe actualizado con fotografías satelitales que registran el avance de infraestructura que China construye en territorio cubano, con la venia de La Habana. Extraoficialmente, se sabe que Beijing ofrece una compensación millonaria al régimen de Miguel Díaz-Canel, que le permite seguir afianzado en el poder al margen de que el país está a la deriva por una crisis económica sin precedentes.