* Los hondureños residentes en Estados Unidos, que acudieron a las sedes consulares a votar, critican la desorganización del proceso.
** Pese a que hubo largas horas para sufragar, el Consejo Nacional Electoral (CNE) registró un poco más de 4,000 votos válidos.
*** Organizaciones de hondureños radicados en EE. UU. critican que el voto en el exterior sigue marginado, pese a las promesas hechas por cada partido que llegó al gobierno.
Eric Lemus / Expediente Público
La tensa espera que siguió a las elecciones generales de Honduras marginó el voto de los migrantes. El Consejo Nacional Electoral (CNE) habilitó unas pocas Juntas Receptoras de Votos (JRV) solamente en Estados Unidos, insuficientes para las decenas de miles de conciudadanos empadronados.
A nueve días de los sufragios, este 9 de diciembre, el CNE contabilizó los votos de la diáspora. Hubo apenas 4,002 sufragios válidos. Esta cifra desinfló las expectativas de los migrantes que, ante una contienda tan apretada, esperaban ser quienes definan el resultado.
Esos votos estuvieron repartidos así: Salvador Nasralla, del Partido Liberal, obtuvo 2,935 (73.10%); Nasy Asfura, del Partido Nacional, 657 (16.36%); y Rixi Moncada, del oficialista Libre, 410 (10.21%).
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Estos sufragios corresponden a 8 de las 15 actas disponibles. El conteo de las otras 7 habrá que esperar, pues presentaron inconsistencias.
El voto en el exterior presentó muchos problemas. Primero, no se habilitaron JRV en países con afluencia de migrantes hondureños, como España y Canadá. El CNE dispuso las 15 JRV en 12 ciudades estadounidenses y, en cada una, puso a disposición pocas papeletas.
El entusiasmo en ciudades donde reside la mayoría de la comunidad hondureña como Houston, Washington D.C. y Miami contrastó con el límite de 1,200 papeletas por JRV.
El CNE dispuso la instalación de dos JRV en cada una de estas tres ciudades debido a la cantidad de población empadronada. Por ejemplo, en Houston calculó 60,554; en Washington D.C., 43,770; y en Miami, 53,543.
Sin embargo, el resto de ciudades populosas como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, donde viven muchos connacionales, solo tuvieron una JRV. El CNE también habilitó centros de votación en Atlanta, Boston, Charlotte, Nueva Orleans, San Francisco y Virginia con la misma limitación.
Como resultado, en la jornada electoral hubo aglomeraciones y atrasos. También se registraron irregularidades en el padrón, pues hubo ciudadanos que aparecieron inscritos en ciudades donde no residen.
El error de origen
La sede consular en Los Ángeles, ubicada en Colorado Street, en Glendale, entregó el Documento Nacional de Identificación (DNI), un día antes de los comicios. Esto levantó expectativa entre los hondureños, pero la realidad era que esa misma dependencia pudo recibir solamente 1,200 sufragios en el centro de votación que fue habilitado en Burbank Boulevard.
La usuaria Yeslybeth Gómez tuvo un percance al sufragar. «A mí me registraron en Houston y yo nunca he vivido ahí. Si no me dejaron votar fue por error de ellos», afirmó a Expediente Público.
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Esa situación se repitió entre muchos ciudadanos debido a que los primeros carnés enviados por el Registro Nacional de Personas (RNP) tuvieron asignada la ciudad de Houston como domicilio.
La cónsul general de Honduras en Los Ángeles, Julissa Gutiérrez Villanueva, explicó que por esa razón muchas personas no pudieron votar.
Gutiérrez había advertido ante la prensa que los ciudadanos debían revisar sus documentos para corregir las inconsistencias, pues, si no notificaban el problema a tiempo, no podrían votar.
Domicilio incorrecto, problema generalizado
Esta misma situación sucedió en el resto de centros de votación habilitados en Boston, Charlotte, Nueva York, Virginia, San Francisco, Chicago, Atlanta y Nueva Orleans.
Por ejemplo, en la sede neoyorquina, que fue instalada en la parroquia Nuestra Señora de Dolores, en Queens, una mujer que omitió su nombre mostró a periodistas locales que su DNI estaba domiciliado en Houston, pese a que ella vive en la Costa Este desde hace 15 años.
«Mi ID (documento de identificación en EE. UU.) dice que yo resido en Nueva York, pero no me dejaron votar porque en mi cédula de Honduras apareció que mi domicilio es Houston. ¡Eso es un fraude completo porque yo tengo mi derecho y no me dejan!», denunció la ciudadana hondureña.
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Pese a que las temperaturas bajaron drásticamente en ciudades de la Costa Este, a raíz del inicio de una ola de frío, cientos de personas esperaron pacientemente hasta lograr su turno, pero luego tuvieron la sorpresa de que su nombre no estaba en el padrón.
Los reclamos más fuertes se registraron en Dallas, Texas, donde el personal consular trató de disuadir la aglomeración asegurando que la compañía de seguridad privada, encargada de resguardar el local, estuvo a punto de llamar al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) debido a los ánimos exaltados.
«Lo que no quieren es que la gente vote porque saben que nadie quiere a Libre (el partido oficialista)», comentó un votante en dicha sede. «Amenazar al pueblo. ¡Qué vergüenza!», agregó otro usuario en su cuenta en la red social X.
El impacto por el TPS
Una de las principales preocupaciones de la diáspora hondureña es el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), que terminó el 8 de septiembre de este 2025, por disposición del Gobierno Federal. Alrededor de 27,000 personas oriundas de este país centroamericano estaban inscritas en este beneficio.
El programa TPS acogió por razones humanitarias a miles de hondureños tras el paso del devastador huracán Mitch en 1998.
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Dos días antes de las elecciones, el presidente Donald Trump anunció que recortará la ayuda financiera al país centroamericano si no gana el alcalde de Tegucigalpa y candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura. Además, indultó al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (2014-2022), líder de los nacionalistas, quien cumplía una condena de 45 años en EE.UU. por narcotráfico.
Por su parte, Cecilia Rodríguez, de la Alianza Hondureñas de Los Ángeles (AHLA), afirmó a Expediente Público que, más allá de las elecciones, es necesario seguir «luchando juntos como un solo pueblo para que se obtenga una reforma migratoria y derechos a todos los beneficiarios amparados de TPS».