EE. UU. cobija a sus socios en América Latina para contener a China

EE.UU. impulsa acuerdos comerciales en América Latina para contener a China

* Washington anunció marcos para acuerdos comerciales con Guatemala, El Salvador, Ecuador y Argentina, sus aliados en la región.

** Analistas coinciden en que es una estrategia para frenar el avance de China en América Latina.

*** Los acuerdos buscan más que la eliminación de aranceles. Plantean retos en regulaciones sanitarias, propiedad intelectual, estándares ambientales y otras áreas.


Por Marysabel Aldana / Expediente Público

El anuncio de Estados Unidos de establecer marcos para acuerdos comerciales recíprocos con Guatemala, El Salvador, Ecuador y Argentina marca uno de los movimientos geopolíticos más ambiciosos de Washington en los últimos años.

Más que beneficios arancelarios, estos acuerdos parecen ser la respuesta de Estados Unidos al ascenso de China en América Latina, coinciden analistas consultados por Expediente Público.

Los especialistas advierten que este nuevo marco podría redefinir el mapa económico de la región y reforzar la presencia norteamericana frente a la creciente influencia de China, principal socio comercial de varios países latinoamericanos.

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En los próximos meses, conforme se firmen los textos definitivos, se confirmará si estamos ante una nueva arquitectura económica continental o el inicio de un reacomodo estratégico que definirá la próxima década.

Un movimiento regional

Los cuatro aliados de Estados Unidos enfrentan situaciones económicas y políticas particulares, pero comparten un elemento, la necesidad de mejorar sus condiciones de comercio con Estados Unidos y atraer inversión.

Expertos consultados por Expediente Público coinciden en que estos acuerdos deben leerse dentro de una competencia global más amplia.

El economista y consultor regional Manuel Orellana afirmó que el paquete de compromisos exigidos por EE. UU. “es un modelo de alineamiento regulatorio que busca asegurar que las cadenas de suministro en América Latina se desarrollen bajo estándares compatibles con Washington y no con Pekín”.

Según el analista geopolítico Pablo Méndez, la coincidencia temporal de acuerdos similares revela un diseño estratégico.

“Estados Unidos está cerrando filas. En un momento en que China incrementa inversiones en infraestructura, minería y tecnología en América Latina, Washington busca blindar su esfera de influencia mediante acuerdos que obligan a los países a adoptar marcos regulatorios, digitales y ambientales alineados al sistema occidental”, manifestó Méndez a Expediente Público.

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Añadió que el énfasis estadounidense en propiedad intelectual, comercio digital y supervisión de empresas estatales es una respuesta explícita a las políticas industriales chinas.

Por su parte, la investigadora Claudia Valdez, experta en comercio internacional, consideró que la estrategia también busca evitar que la región profundice relaciones comerciales con China en sectores estratégicos como tecnología, minería, agricultura e infraestructura.

“EE. UU. necesita asegurarse que los países con alta dependencia económica no cedan espacios críticos a China. Este tipo de acuerdos reduce incentivos para que los gobiernos firmen memorandos o convenios que otorguen ventajas regulatorias a empresas chinas”, afirmó a Expediente Público.

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Impacto para Centroamérica y Sudamérica

Guatemala y El Salvador —ambos miembros del CAFTA-DR— pueden utilizar estos nuevos acuerdos para atraer inversión estadounidense y promover cadenas de suministro cerca del mercado norteamericano (nearshoring).

Sin embargo, estos compromisos también obligarán a modernizar regulaciones donde tradicionalmente existe rezago.

Para Ecuador y Argentina, un acercamiento comercial con Estados Unidos puede convertirse en una alternativa frente a la oferta de créditos chinos o esquemas de inversión estatal, según Valdez. “El costo será adoptar marcos regulatorios más estrictos”, enfatizo.

El paquete de acuerdos podría convertirse en la base de una nueva generación de tratados bilaterales, más rigurosos que el CAFTA-DR y con un énfasis mayor en digitalización, propiedad intelectual y estándares ambientales.

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¿Qué representa para Guatemala?

El comunicado emitido por el gobierno estadounidense detalla que Guatemala aceptó una serie de compromisos en barreras no arancelarias, regulaciones sanitarias, propiedad intelectual, comercio digital, servicios, compras gubernamentales, competencia y estándares ambientales.

Entre los puntos más sensibles destacan: apertura regulatoria para productos farmacéuticos, dispositivos médicos y automóviles estadounidenses, también, facilitación total del comercio digital, sin impuestos ni medidas discriminatorias.

 Otros compromisos abarcan cuestiones laborales y medioambientales. Incluyen la prohibición de importar bienes producidos con trabajo forzoso, implementación de altos estándares ambientales y el combate a la tala ilegal, a la pesca irregular, al tráfico de vida silvestre y a la minería clandestina.

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Además, el marco establece la revisión del rol de empresas estatales y subsidios que distorsionen la competencia, la protección de propiedad intelectual.

En este tema, Guatemala ha sido criticada por EE. UU. durante más de una década, aseguró Édgar Ortiz, analista político consultado por Expediente Público.

A cambio, Washington eliminará aranceles recíprocos para exportaciones guatemaltecas que Estados Unidos no produce en cantidad suficiente, además de beneficios especiales para textiles.

El especialista en derecho comercial Ricardo Solares subrayó que Guatemala deberá acelerar la modernización de aduanas, fortalecer el Ministerio de Trabajo, mejorar la trazabilidad ambiental y adoptar plataformas regulatorias digitales.