El sector agropecuario argentino anclado en negocios con China

El sector agropecuario argentino anclado en negocios con China

● La relación económica entre Buenos Aires y Pekín parece equilibrada, pero ha dejado a Argentina dependiente de la exportación de productos primarios a China.

● Aunque Milei puede expresar reticencia hacia el régimen de Xi, las realidades económicas y políticas del país podrían limitar sus acciones.


Expediente Público

Javier Milei recibió una macroeconomía desordenada, tarifas de servicios retrasadas, alta inflación y emisión monetaria descontrolada. El motor de su campaña fue el descontento hacia lo que él denominó la “casta”, un grupo con privilegios que pertenece al sector político, que se beneficia a costa de todos los argentinos de “bien”, es decir, los trabajadores y contribuyentes medios.

El Partido Libertario de Milei se apoya en un acuerdo poco claro con Propuesta Republicana (PRO), fundado por el expresidente Mauricio Macri, quien puso a disposición todo su antiguo gabinete.

El funcionario más relevante de la administración Milei, de hecho, es el ministro de Economía Luis Caputo, quien fuera ministro de Finanzas y presidente del Banco Central durante la era Macri (2016-2019).

Suscríbase al boletín de Expediente Público y reciba más información

En ese marco interno de poder, con representación minoritaria en la Cámara de Diputados y Senadores de la Nación, como Jefe de Estado, Milei debe construir la relación con la comunidad internacional.

Pero el actual primer mandatario argentino señaló, desde los inicios de su candidatura, su adhesión a Estados Unidos y desprecio ideológico frente a China.

Eso hace poco claro el futuro para el sector privado, esencialmente el agrícola-ganadero, que administra un volumen de comercio preponderante para la economía nacional y ve en China su principal cliente.

Gabriel C. Salvia, director general de la fundación privada Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), explicó a Expediente Público que “la relación con China va a ser a un nivel de pragmatismo y realismo político, siguiendo la línea del gobierno del expresidente Mauricio Macri, manejada por diplomáticos de carrera”.

En este contexto: China en Argentina, la “neocolonización” que arrasa con todo

“La realidad de Milei van a ser las cuestiones domésticas. Está claro lo que él manifestó sobre China, y que llamó a los privados a decidir que hagan negocios con quienes quieran, basado en la ética de los negocios. Pero China es uno de los principales destinos de las exportaciones de soja argentina, y me imagino que quienes cosechan soja son votantes de Milei”, sostuvo Salvia.

“Por este y otros motivos creo que se va a producir una política que va ir hacia el pragmatismo: desde que la canciller Diana Mondino recibió al embajador chino dos días después de la asunción presidencial, a partir de ahí comenzó el realismo”, agregó el entrevistado.

Aunque cierto espacio para realizar algunas modificaciones en el status quo de la geopolítica argentina parece haber, que dejan pensar que a futuro nos podemos encontrar con ciertas sorpresas.

Además: China hace alianzas con políticos para quedarse con los grandes recursos de Argentina

Como remarcó a Expediente Público Fermín Koop, editor general para América Latina de Diálogo Chino, “quizás el primer acontecimiento relevante en términos de política exterior con China fue la decisión de no sumarse a los BRICS (organización intergubernamental de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Argentina había sido invitada, Brasil y China habían apoyado abiertamente su candidatura”.

Y continúa: “Pero Milei envió una carta al grupo diciendo que los ejes de política exterior de Argentina actualmente difieren de lo que representan los BRICS, con una idea de tener, al menos discursivamente, un lineamiento amplio y diverso, y no atado a líneas puntuales de determinados gobiernos”.

Desgranando la relación económica

El comercio exterior de Argentina con China siempre estuvo ligado a la producción agrícola ganadera y al extractivismo de minerales y materias primas. Y en principio, con la asunción y el ejercicio del gobierno de Javier Milei nada indica que la matriz productiva argentina vaya a modificarse, sino más bien a profundizarse.

Para analizar, en valores nominales y en categorías, la relación económica de Argentina con China es pertinente revisar un informe publicado por la CEPAL titulado “Las relaciones económicas de la Argentina con China y su impacto sobre una estrategia productiva de largo plazo”.

El trabajo consultado destaca que “América Latina exporta casi exclusivamente productos primarios, alimentos, bebidas y metales comunes, sus importaciones se componen principalmente de manufacturas industriales”.

Indica, además, que “otro de los efectos de la intensificación de las relaciones bilaterales con China es la mayor primarización de las exportaciones argentinas”.

Cerca del 90% de las exportaciones de la Argentina a China se componen de productos primarios, tanto agropecuarios como de otros orígenes (forestal, pesquero, petrolero y minero), así como de alimentos y bebidas.

En cambio, en las exportaciones hacia el resto del mundo, dicha participación es menor (del orden del 60%), debido a la incidencia de las exportaciones de metales elaborados, productos químicos y la cadena automotriz, como muestra el gráfico de CEPAL.

El sector agropecuario argentino anclado en negocios con China

Esto coincide de manera directa con los números de exportación argentina. Si se ven los datos de Trademap para el año 2022, vemos que en el ranking de productos exportados desde Argentina a China aparecen semillas y frutos, carnes y despojos y cereales, completando la lista diversos productos primarios.

Lea también: Gerard Johnson: Préstamos de China son rápidos, pero más caros y con más riesgos

Milei: ¿sin espacio para cambios radicales en la geopolítica argentina?

La profundización de las relaciones económicas dispares, especialmente en términos comerciales, entre Argentina y China inició con las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner.

Sin embargo, los gobiernos que lo siguieron (Mauricio Macri y Alberto Fernández) no realizaron esfuerzos significativos para poder mejorar esta situación. Es por ello, que dicha dinámica ha sido una constante durante este siglo para la Argentina, cuando, si bien China ha llegado a consolidarse como el segundo socio comercial del país sudamericano -luego de Brasil- existe un marcado déficit en la balanza comercial para Argentina.

Entonces, la relación entre China y Argentina, en estos términos, resulta más redituable para China que para la Argentina, y está caracterizada por la primarización de las exportaciones argentinas, una balanza comercial abrumadoramente negativa para el país sudamericano, endeudamiento soberano en base a contratos que pueden incluir cláusulas “secretas” o desconocidas.

Lea también: China y Argentina en la nueva era de Javier Milei

Y en este marco de falta de reciprocidad comercial en el vínculo, también se da un mal aprovechamiento de los recursos naturales y pesqueros argentinos por parte de China, en algunos momentos de manera ilegal y notoriamente contradictoria con el marco jurídico argentino.

A esto hay que sumarle la existencia de la estación espacial ubicada en la Patagonia Argentina, llamada comúnmente “base china” o la pesca ilegal de buques chinos en aguas territoriales argentinas.

El sector agropecuario argentino anclado en negocios con China

Javier Milei ganó un importante caudal de votos en las regiones productivas, de profunda relación comercial con China, como son las provincias de Córdoba y Santa Fe. El reclamo allí es más hacia dentro.

No buscan un cambio respecto de la relación con China, que ha comprado porotos de soja en mayúsculas cantidades en los últimos años, por el contrario, quieren que se libere su producción y exportación de retenciones e impuestos en relación con el mercado internacional.

Con la conformación del gobierno de Javier Milei y las dificultades económicas que Argentina atraviesa, la relación económica bilateral parece que no tendrá grandes modificaciones.

Como señaló a Expediente Público Alejandra Conconi, directora ejecutiva de la Cámara Argentino China de Producción, Industria y Comercio: “La realidad es que, tanto para recibir inversiones como para mejorar el flujo de las exportaciones, los diálogos siempre se van a dar sobre una base de relaciones amistosas”, afirmó.

Tomando la opinión de Fermín Koop, más allá de lo simbólico, es muy difícil de erradicar en un mandato el arraigo y la profundidad de la relación de dependencia que Argentina tiene para con China, sobre todo cuando el Gobierno tiene que estar prestando gran atención a la situación de tensión interna social, política y económica.

“Los intereses económicos, políticos y estratégicos en ambos gobiernos son demasiado grandes como para pensar en cualquier tipo de ruptura, es algo que escapa a cualquier Gobierno”, añade Koop.

Sobre este punto, Félix Martín Soto, ex subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales del Ministerio de Hacienda de Argentina, entre 2016 y 2019 y socio de Yin/Yang Consulting, comentó a Expediente Público que “hubo algunas manifestaciones por parte de ciertos sectores del gobierno en cuanto a mantener un diálogo más restringido con China, o quizás explorar el diálogo con Taiwán”.

Sin embargo, simultáneamente, “se observa una apertura en el ámbito comercial y en la gestión central, especialmente en proyectos emblemáticos. Creo que estamos presenciando el desarrollo de una nueva relación”.

Los expertos consultados y los datos aportados, demuestran que la relación con China tiene raíces muy profundas tanto en lo público como en el intercambio entre los sectores privados de ambos países.

No hay indicadores que marquen un cambio en esa relación, especialmente desde la matriz exportadora. Argentina no tiene hoy la posibilidad, en el corto plazo por lo menos, de diversificar sus negocios internacionales para reemplazar el volumen de comercio que mantiene con China. Es otro de los temas con los que Milei deberá lidiar en su rol como presidente entre las verdades de su filosofía y la realidad que marcan los negocios.