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Elecciones en Honduras: Los riesgos de un padrón electoral partidista

Especialista peruano en temas electorales, Ronny Cáceres, identifica la ruta de cómo corregir los errores del sistema hondureño.

EXPEDIENTE PÚBLICO


Para un país como Honduras, donde las instituciones electorales son criticadas por la mayoría de los sectores sociales porque los ven plegados a los intereses de los partidos políticos, son necesarias reformas profundas al sistema para restaurar la confianza en las próximas elecciones de noviembre del 2021.

Para entender los pasos a seguir de una reforma electoral, Expediente Público consultó al especialista peruano en temas electorales, registrales y civiles, Ronny Cáceres, quien relata la experiencia en su país de las transformación en los entes responsables de regir los comicios. Ese proceso se dio en la década de los noventa y Cáceres relata alguno de sus logros.

En el caso de Honduras la despolitización de los órganos electorales aún no ha sido posible. Cáceres señala que son pocos los países en el mundo donde todavía se observa esa tendencia donde los partidos políticos organizan los procesos de comicios.

“Es bien peligrosa la politización, no debería continuar, y ese tipo de reformas no se han hecho en Honduras y Nicaragua y es crucial hacerlo, porque ello libera al organismo electoral de toda injerencia política, misma que tanto daño hace a la transparencia de cada proceso electoral”, dijo.

Según Cáceres, con un ente electoral despolitizado y un padrón electoral confiable, la transparencia en el resultado de las votaciones está asegurada.

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“El padrón electoral es un producto de registro civil, si este no es confiable, eso significa que el registro está mal hecho, y se tienen, entonces, problemas al momento de su construcción y actualización”, acotó Cáceres.

Cáceres detalla que un documento de identificación en pleno siglo XXI que no posee elemento de la información biométrica no es una cédula confiable.

Asevera este experto, al detallar la importancia de tener en la identificación de las personas la huella digital. Si los elementos antes citados no forman parte del nuevo documento de identidad hondureño, los procesos relacionados con el padrón electoral no tendrán los resultados deseados.

En cuanto al perfil que deben de tener los miembros del Registro Nacional de las Personas, (RNC) Cáceres indica que no hay un patrón en específico, pero deben tener entre sus objetivos la importancia que representa administrar un ente como ese.  El personal debe ser técnico, ético, con conocimiento en base de datos y responder a los criterios de una política pública electoral transparente, indicó.

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“Una persona que trabaja con el padrón electoral, debe entender que éste es una de las patas para la elección, si el padrón no es confiable, si tiene errores, la elección está entre dicho. Sin un padrón electoral confiable, no hay elección confiable”, aseguró. Rony Cáceres, experto en temas electorales.

En Honduras, según el Registro Nacional de las Personas  más de seis millones de hondureños estarían aptos para ejercer el sufragio y para ello están efectuando un proceso de inscripción que busca dar, de cara a los comicios generales de noviembre próximo, un dato exacto de votantes. Al 6 de marzo de 2021, reportaba más de 5,1 millón de personas inscritas.

El experto peruano insiste en la importancia de la despolitización de las instituciones, aunque reconoce que no son partos fáciles pues requiere que los partidos políticos se despojen de intereses para dar garantía de legitimidad y confianza  y democracia misma. La experiencia de Perú puede ser un referente de la forma en que se dieron los cambios, señala.

Similitudes de los sistemas

Explicó Cáceres que en su país al igual que en Honduras, existen un sistema similar. En Perú se conocen como Jurado Nacional de Elecciones, Oficina Nacional de Procesos Electorales y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, los que trabajan en forma independiente y tienen sus propios mecanismos de control y elección de autoridades.

El Jurado Nacional de Elecciones, era el único organismo electoral en Perú, creado hace más de 100 años, que administraba Justicia Electoral y también organizaba los comicios. En el año de 1995 se produce una separación de funciones, el Jurado Nacional de Elecciones se mantiene como órgano jurisdiccional y se crea la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), destinada estrictamente a organizar las elecciones, gestionar y obtener los resultados.

Esa separación de poderes, fue muy positiva, dijo Cáceres, al destacar que la conformación del Jurado Nacional de Elecciones la encabezan abogados, mientras en la ONPE, sus integrantes son técnicos, ingenieros y administradores, entre otros.

Son cinco miembros los que integran el Jurado Nacional y la ONPE  tiene un Jefe Nacional. Esos funcionarios son nombrados por separado.

El proceso de selección y elección de esos altos funcionarios para ser miembros de ambos órganos se encuentra reglamentado y en el mismo participan la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General de la República y la Facultad de Derecho de las universidades públicas y privadas del Perú. Ambos cargos se eligen por medio de concurso público y la aplicación de pruebas de conocimiento y propuestas de trabajo en caso de ser electos.

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Un camino de soluciones

Esos mecanismos de selección y elección de las entidades a cargo de las elecciones en Honduras no han tenido los resultados deseados, las organizaciones sociales y empresariales vienen impulsando desde hace algún tiempo propuestas que permitan una elección de funcionarios de alto grado en base a meritocracia y otros requisitos que den paso a la despolitización de los organismos clave en las decisiones del país, entre ellos los órganos electorales.

La experiencia peruana en cuanto a la importancia de apostar a instituciones independientes, la depuración del censo o padrón electoral y la obtención de una cédula de identidad  confiable, son precisamente, los temas que mantienen álgido el debate en Honduras. El experto peruano Cáceres ahonda en algunas aristas que podrían ser consideradas, a la luz de la experiencia peruana, para ser mejoradas o retomadas en el proceso hondureño.

Cáceres refirió de la importancia de la depuración del padrón electoral para que los difuntos no sigan apareciendo como válidos para votar, además regularizar el traslado de votantes, que allá en Perú, se le conoce como “golondrinaje”, una práctica muy común que usan los partidos políticos para “asegurar” el llamado voto duro o el de los nuevos votantes.

El acto, conocido también, como traslados domiciliares, se presta a la discreción en el uso del voto ya que algunos ciudadanos, ejercen de esta forma, el sufragio más de una vez. Esas prácticas con un nuevo padrón electoral y renovada cédula de identidad más segura y, disminuye ostensiblemente, explicó Cáceres.

Previo a las elecciones internas del pasado 14 de marzo,  el informe de reflexión de la Pastoral Social Cáritas, de la Iglesia cátolica hondureño, llamó la atención sobre el proceso primario e interno de los partidos políticos realizada al pedir al pedir a los órganos electorales que garantizara unos comicios confiables y transparente.

No obstante, la transparencia en este proceso quedó descartada ante la filtración de una serie denuncias manipulación de resultados en diversas actas electorales a nivel nacional.

La preocupación de Caritas se hizo realidad, al señalar la falta de una nueva Ley Electoral para las elecciones primarias, se espera para noviembre se tienen previstas las generales, Honduras tenga aprobadas las reformas electorales en su totalidad  para la realización del proceso electoral  “No tenemos las reglas claras para este proceso, se hizo un remiendo para salir del paso que puede tener más consecuencias nefastas que soluciones”.A la advertencia de la iglesia, se suma también la que hace el experto peruano Ronny Cáceres, relacionada con el nuevo documento de identificación nacional, el cual estima debe ser renovado con alguna frecuencia para actualizar datos, como la fotografía, por ejemplo. En Perú, dijo, este se actualiza cada ocho años.

Para mantener una seguridad en la nueva identificación, que no es válida solo para épocas electorales, sino para todo trámite personal o jurídico que haga un ciudadano, Cáceres recomienda que es importante que los organismos registrales sepan con que empresas internacionales realizan alianzas para que produzcan los documentos. Estas empresas, sostiene, deben estar debidamente acreditadas y con amplia experiencia en la materia para evitar ser objeto de fraudes o estafas, en vista de la importancia que tiene la portación de un nuevo documento de identificación de las personas.