* La experta en Política Global del Instituto George W. Bush, Jessica Ludwig, conversa con Expediente Público sobre las motivaciones de la cruzada china en la región.
** Las decisiones de Rusia e Irán por apostar con América Latina se dan en momentos de alta tensión por cambios en la geopolítica, afirma.
Expediente Público / Washington
China ve en la región un botín de recursos naturales necesarios para mantener su pujante industria tecnológica y de crecimiento, y de ahí las apuestas por arreciar su diplomacia y penetración en Latinoamérica, afirma Jessica Ludwig, experta en Estudios Latinoamericanos y Hemisféricos.
A la par, aliados como Rusia e Irán ven una oportunidad de mercado para sortear las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, agrega Ludwig, experta en Política Global del Instituto George W. Bush.
Los vastos yacimientos de litio en Bolivia y Argentina, así como las minas de cobre en Chile, las de hierro en Brasil y otros sitios con altas concentraciones de metales preciosos y raros en tierras de centro y Sudamérica están en la mira de China que las ve como un banco de garantía para mantener a flote su pujante industria tecnológica.
Esto mientras tensa la cuerda en su apuesta frente a Estados Unidos por el liderazgo global con la región latinoamericana como abierto campo de batalla.
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Jessica Ludwig conversó en exclusiva con Expediente Público sobre estos temas y abordó cómo la República Popular de China, desde el centralizado Partido Comunista, afina su agenda global con Latinoamérica en la mira –en gran parte- por ese botín de recursos naturales.
“China ha empezado a buscar cualquier parte del mundo en que puede obtener oportunidades para sus compañías estatales o no estatales, a acrecentar su acceso a mercados y también obtener acceso a recursos naturales que se necesitan para su tecnología, para su proceso de urbanización y crecimiento económico”, explica Ludwig.
Usar a China para sortear sanciones
También a la par de China dos de sus aliados, Rusia e Irán se abren camino en la región bajo otras estrategias que crispan los ánimos de Estados Unidos y la Unión Europea, que les han impuesto andanadas de sanciones por diferentes causas.
“En el caso de Rusia e Irán esto es más o menos importante para ellos porque están tratando de evadir las acciones internacionales que la comunidad internacional les ha puesto a ambos por razones diferentes”, opina.
“Rusia e Irán buscan diversificar su acceso al mercado internacional” –dice- y la región latinoamericana con unos 680 millones de habitantes no es nada despreciable al considerar un diverso subcontinente bajo un mismo idioma y con gobiernos de todo tipo, incluso dictaduras como las de Nicaragua, Venezuela y Cuba, más atisbos de otros gobiernos de corte autoritario.
Ludwig participó en días recientes en la 10ª. Conferencia de Seguridad Hemisférica auspiciada por la Universidad Internacional de Florida (FIU) donde expuso en uno de los paneles de discusión sus hallazgos en cuanto a la influencia de estos países en Latinoamérica y la visión de Washington ante preocupaciones como la seguridad nacional y regional.
“Hay una diferencia en cómo China y Rusia interactúan y proyectan su poder en América Latina, en el caso de Rusia dentro de su país y su economía empieza de un lugar mucho más débil que China. Rusia (busca) promover el caos para tomar una ventaja; está más dispuesta a jugar con las diferencias sociales (y las) fracturas sociales que ya existen en América Latina y también con la polarización”, dijo Jessica Ludwig.
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Del hierro al “Triángulo del litio”
Ante los avances de las nuevas tecnologías una de las materias primas más disputadas son las reservas de litio, Sudamérica posee la mayor reserva de este material clave en la transición energética global.
El famoso “Triángulo del litio” compartido entre Bolivia, Argentina y Chile es una fuente de recurso en puja entre actores globales, el Salar de Uyuni, en Potosí, Bolivia, se considera la mayor concentración en bruto de litio en los andes sudamericanos, donde aún no está definido quien tendrá la mayor proporción para explotarlo, aunque Rusia ya tiene una importante apuesta.
En 2024 la Empresa Pública Nacional Estratégica Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó contrato con la empresa rusa Uranium One Group, parte de la corporación estatal Rosatom, según consignó el medio especializado argentino EOL Energía Online.
El acuerdo con una inversión superior a los 970 millones de dólares conlleva la construcción de una planta de extracción directa de litio del salar con una capacidad estimada inicial de extracción de unas 14,000 toneladas de litio por año, clave en la industria de baterías de iones para toda gama tecnológica.
Le sigue Chile con el Salar de Atacama que tiene la mayor cantidad cuantificada y certificada de litio del mundo, ubicado en esta zona considerada como la principal fuente de extracción de este compuesto del planeta.
Argentina que posee grandes reservas de litio en las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca, en el noreste del país, posee la mayor infraestructura instalada para la extracción de esta materia prima.

En 2023 el gobierno argentino informó que ese año “de los 12 proyectos que actualmente cuentan con capitales chinos en el país, 7 son de litio, lo que manifiesta el interés por este mineral, dos de oro-plata, uno de plata-cobre-plomo, uno de cobre-oro y uno de hierro. Tratándose además, de proyectos que se encuentran en etapa de construcción o factibilidad en su gran mayoría”.
Por el lado brasileño es el hierro el gran banco de apuesta a este metal clave en la industria. Brasil se ubica como el tercer país productor de hierro del mundo y el capital chino ha ido acrecentando su participación en la extracción de hierro estimada en unos 350 millones de toneladas por año.
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Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; y de Chile, Gabriel Boric, participaron a mediados de mayo en el Foro China – CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), en Beijing, donde sólo faltó el presidente argentino Javier Milei; para completar el triángulo del litio. También acudió el presidente de Colombia Gustavo Petro.
En esa reunión que incluyó a los cancilleres latinoamericanos el presidente de China, Xi Jinping, ofreció ampliar la cooperación e inversiones en América Latina con unos 9,000 millones de dólares en asistencia.
La oferta de Xi Jinping surgió mientras Washington, bajo el liderazgo del presidente Donald Trump, muestra un claro alejamiento en cooperación con Latinoamérica con el cierre programas como los de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), entre otros.
La estrategia china contra el foco de Washington
En tiempos de movimientos del tablero global, la experta Jessica Ludwig considera que tras la fuerte presencia de China, más Rusia e Irán, no hay duda que se trata de movimientos en la “competencia geopolítica”.
En el fondo quieren “proyectar su poder en cualquier parte del mundo”, incluso en esta región otrora considerada como zona de influencia exclusiva de Estados Unidos.
En este contexto de cambios, Ludwig asegura que China posee “recursos de todo tipo”, sean económicos, diplomáticos e incluso un sofisticado modo de penetrar en las élites latinoamericanas y la gente común del continente.
“China también está jugando con las normas internacionales que existen porque el régimen del Partido Comunista de China necesita una comunidad internacional donde la soberanía por ejemplo de los líderes y las autoridades es más importante que los derechos de los individuos”, apunta la experta.
“También quiere promover esta idea de que la seguridad es la cosa más importante en el mantenimiento de una sociedad y quiere mostrar una visión de que los países que tienen sistemas democráticos son más caóticos, las instituciones pueden hacer negocios más ineficientes”, agrega.
En el fondo según esta experta del Instituto George W. Bush, Estados Unidos y los gobiernos de los países occidentales deberían identificar la real amenaza de China en la región donde a su criterio hay una clara “competencia de valores”.
Para contener la amenaza antidemocrática que representa y cómo interactúan Rusia y China en el Hemisferio Occidental, Estados Unidos y otros países democráticos deben identificar la naturaleza de la amenaza para actuar en concordancia con la realidad, puntualiza.
En días recientes el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, dijo en una comparecencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado que China no tiene la capacidad para enfrentar a Estados Unidos en Latinoamérica.
Sin embargo, legisladores demócratas detallaron los alcances de la agresiva cruzada china, mientras Estados Unidos abandona un espacio estratégico para su seguridad.