* Un panel organizado por el centro de pensamiento Diálogo Interamericano analizó el panorama electoral que enfrenta Honduras para elegir al nuevo presidente el próximo noviembre.
** En el debate participaron los especialistas Manuel Orozco, Gabriela Castellanos y Deborah Ullmer, quienes analizaron el reto que afronta Honduras al atravesar por un clima de polarización política.
Yarely Madrid y Eric Lemus
Expediente Público
El clima polarizado que vive Honduras ante las próximas elecciones presidenciales de noviembre de 2025 fue debatido este martes 9 de septiembre en un foro organizado por el centro de pensamiento Diálogo Interamericano, con la participación de tres expertos del ámbito jurídico y académico.
El panel fue titulado “Una conversación sobre Honduras: Problemas y desafíos de las elecciones presidenciales” y estuvo conducido por Eric Jacobstein, investigador senior del Diálogo Interamericano. Contó con la participación de los especialistas Manuel Orozco, Gabriela Castellanos y Deborah Ullmer.
Los conferencistas conversaron sobre los obstáculos que podrían perjudicar la celebración de elecciones presidenciales libres y justas, y la importancia de la observación internacional para garantizar la transparencia política en Honduras.
Jacobstein es exasesor especial para el Hemisferio Occidental de la exvicepresidenta Kamala Harris y fue director del Consejo de Seguridad Nacional para Centroamérica y Cuba del Departamento de Estado durante la administración del expresidente Joe Biden.
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Falta de confianza en elecciones de Honduras
Deborah Ullmer, quien es directora regional del programa para América Latina y el Caribe del National Democratic Institute (NDI), resaltó que el ambiente preelectoral no contribuye para generar confianza actualmente en el país centroamericano.
Ullmer opinó que el Consejo Nacional Electoral (CNE) debe actuar sin interferencias en los comicios, mientras que los representantes de los partidos “deben anteponer las responsabilidades constitucionales a los intereses de su partido”.
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Sin embargo, dijo que es consciente que “existen algunos factores que impiden que esto suceda, como la profunda polarización entre el gobierno y la oposición”.
Agregó que “la profunda desconfianza entre los actores políticos a todos los niveles, en particular dentro del CNE, y las acusaciones prematuras de fraude electoral por parte de los cinco candidatos políticos refuerzan la polarización”.

De su parte, el polítilogo Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, sostuvo que la marcada decepción de la ciudadanía se debe principalmente al mal historial de los candidatos.
“Con el debido respeto, quiero decir, todos los candidatos actuales tienen una historia pasada poco atractiva”, recalcó.
De acuerdo con Orozco, Honduras enfrenta el reto urgente de romper con este ciclo de desconfianza. Para lograrlo, el país necesita nuevas formas de liderazgo y un compromiso real con la transparencia, de manera que los partidos recuperen legitimidad y puedan responder a las demandas de una ciudadanía cansada de la política tradicional.
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Política exterior de Estados Unidos
El proceso electoral en Honduras trasciende las fronteras nacionales. Así lo advirtió Manuel Orozco al referirse a la importancia que tendrán los próximos comicios para la política regional.
“No lo consideren un asunto geopolítico. Honduras será el centro de atención. Pero las elecciones en sí mismas serán un tema de verdadera consideración para la comunidad internacional y para el establishment de la política exterior estadounidense”, señaló Orozco durante el foro.
De acuerdo con el analista, la relevancia del proceso no radica únicamente en la competencia entre partidos, sino en el impacto que los resultados puedan tener en temas estratégicos como la estabilidad institucional, el combate a la corrupción y la migración.
Orozco concluyó que las elecciones hondureñas serán una prueba crucial tanto para la legitimidad interna como para la imagen internacional del país. “Creo que ese será el asunto”, recalcó y subrayó que el mundo no solo medirá los resultados, sino la transparencia y credibilidad de todo el proceso electoral.

Desencanto ciudadano en Honduras
La directora ejecutiva del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), la abogada Gabriela Castellanos, advirtió que el desencanto ciudadano podría marcar de forma negativa las próximas elecciones en Honduras.
Según la analista, el descontento hacia la clase política abre la posibilidad de que aumente la abstención o que el electorado se incline por un voto de protesta que no garantice la estabilidad institucional.
“Estas elecciones enfrentan el riesgo latente de que el desencanto se traduzca en abstención o en voto protesta que no garantice la estabilidad institucional”, expresó Castellanos, al subrayar la urgencia de recuperar la confianza ciudadana en los procesos democráticos.
Los resultados de las pasadas elecciones primarias ya encendieron las alarmas: la abstención alcanzó cerca del 57 %, una de las más altas de los úlitmos procesos internos, de acuerdo con los datos del CNE. Esto refleja un profundo desinterés y falta de credibilidad hacia los partidos políticos tradicionales, apuntaron los especialistas.

Importancia de la observación
En Honduras, el rol de la juventud y de la ciudadanía organizada se ha vuelto cada vez más relevante en los procesos democráticos. Así lo destacó Ullmer, al subrayar que la participación ciudadana no debe limitarse únicamente a los partidos políticos.
“Hay muchos jóvenes involucrados, muchos estudiantes. Pero también pueden participar como observadores ciudadanos. No como parte de un esfuerzo partidista”, señaló. Para la directora regional del NDI, la democracia se fortalece cuando los ciudadanos asumen un rol activo en la vigilancia y promoción de los valores democráticos, independientemente de su filiación política.
En un contexto donde Honduras enfrenta desafíos de transparencia, gobernanza y confianza en las instituciones, la participación ciudadana adquiere un papel clave. Según Ullmer, no se trata de creer en ideologías específicas, sino en principios universales como los derechos humanos, la libertad y la diversidad.
El NDI impulsa en el país iniciativas orientadas a la formación de jóvenes y organizaciones civiles en herramientas de observación electoral, rendición de cuentas y defensa de valores democráticos. De esta manera, se busca que nuevas generaciones se conviertan en agentes de cambio y promotores de una cultura democrática más inclusiva.

“El compromiso no es solo con partidos políticos. Es con la ciudadanía y con la construcción de sociedades más libres y diversas”, concluyó Ullmer, reafirmando la importancia de que Honduras apueste por una participación ciudadana amplia, plural y basada en valores.
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Cerca del socialismo, lejos de Estados Unidos
Castellanos también expresó su preocupación por la orientación política de Rixi Moncada, aspirante presidencial en Honduras, a quien señaló por intentar seguir la línea del socialismo en el país.
“Vemos con preocupación que un candidato quiere seguir esa línea del socialismo”, advirtió Castellanos, subrayando que este enfoque podría implicar riesgos significativos para la estabilidad institucional y la confianza ciudadana.
Asimismo, advirtió sobre los riesgos que enfrenta Honduras al acercarse políticamente a regímenes como los de Venezuela, Nicaragua y Cuba. Según señaló, este tipo de alianzas podrían poner en entredicho la relación histórica y estratégica que el país mantiene con Estados Unidos.
La directora del CNA subrayó que el vínculo con Washington ha sido clave en materia de desarrollo, seguridad y lucha contra la corrupción. Por ello, alertó que un distanciamiento con EE.UU., a raíz de alianzas ideológicas, podría generar impactos negativos tanto en lo económico como en lo político.