Myah Havertong: El Tren de Aragua se expandió a América Latina por la crisis de Venezuela

Myah Havertong: El Tren de Aragua se expandió a América Latina por la crisis de Venezuela

** La profesora Myah Havertong exhorta a que se aprenda de las experiencias sufridas en Ecuador y Chile contra el crimen organizado.

*** Havertong es asistente de Investigación de Posgrado en el Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas de la Universidad Internacional de Florida (FIU).


Eric Lemus / Expediente Público

La expansión de la banda transnacional Tren de Aragua, que nació en las cárceles venezolanas, es una de las mayores amenazas a la seguridad nacional en América Latina debido a la adaptación que tiene con los grupos criminales locales, los cuales terminan siendo absorbidos por la red criminal.  

La candidata a doctorado en Delincuencia y Justicia Internacional por la Universidad Internacional de Florida (FIU), Myah Havertong, dijo en entrevista a Expediente Público que “la crisis económica venezolana fue uno de los principales factores que impulsaron la migración hacia el exterior” de la agrupación criminal que ahora tiene presencia en Suramérica y EE. UU. 

Havertong, cuyo trabajo académico está focalizado en la investigación de las organizaciones delictivas transnacionales extremadamente violentas, resalta que los delincuentes utilizaban la trata de mujeres para obtener dinero ilícito.

“Así que, una vez que se expandieron fuera del ámbito penitenciario, comenzaron a expandir esas redes de trata de personas, y la trata y la extorsión se convirtieron en un componente crítico de su expansión tras la migración hacia el exterior de Venezuela”, afirma.

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Havertong es asistente de Investigación de Posgrado en el Instituto Jack D. Gordon de Políticas Pública y ha participado en diversos proyectos relacionados con el estudio de organizaciones criminales transnacionales y el papel de China en los asuntos latinoamericanos. 

“La violencia es uno de los componentes clave de la rápida y eficiente expansión del Tren de Aragua por Latinoamérica”, destaca la académica al señalar que, incluso, se les ha comparado con el Cártel de Medellín del narcotraficante colombiano Pablo Escobar por la forma que utilizan las armas “para infundir miedo, intimidar y ganar territorio”. 

Una banda convertida en facciones

La profesora asistente de la FIU participó en la 10ª Conferencia Anual de Seguridad Hemisférica, que fue organizada en el campus universitario de Florida, donde acudieron expertos de diversos ámbitos profesionales, tanto de la sociedad civil como el sector castrense. 

En el análisis de la investigadora, el Tren de Aragua opera con un liderazgo descentralizado a diferencia de otras organizaciones.  

Contexto: Tren de Aragua usa la migración como arma criminal en América Latina 

“Después de expandirse fuera de la prisión, se convirtieron en facciones, lo que permitió que miembros de bandas más pequeñas tuvieran presencia en varios países o regiones de un mismo país simultáneamente”, explica Havertong.  

Y agrega: “Absorber pandillas locales más pequeñas (…) les permite aprender de los expertos de la zona, aprovechar las oportunidades existentes y encontrar maneras de fomentar un intercambio de poder”. 

La investigadora reitera a Expediente Público que cada una de estas facciones opera de forma individual e independiente, “aunque parte de las ganancias, especialmente del tráfico sexual, se destina a los líderes de mayor rango”.  

A lo largo de los últimos años, a medida se ha deteriorado la economía venezolana por la crisis política bajo la administración de Nicolás Maduro, el desplazamiento de la banda delictiva tomó ventaja de los destinos que iba ocupando la diáspora venezolana. 

Havertong dice que la adaptación a los grupos delictivos locales es la razón por la que ahora muchos de sus miembros no solo provienen de Venezuela, sino también de Chile, Colombia e, incluso, República Dominicana.

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“Esta mezcla demuestra que este grupo se centra en las oportunidades, más que en conceptos como la familia y la nacionalidad. Por lo tanto, esto es importante para comprender por qué el grupo es tan diferente y afecta a la comunidad migrante venezolana”, reitera la académica. 

De hecho, la profesora detalla que los migrantes venezolanos son las principales víctimas por la capacidad que tiene el Tren de Aragua para incorporarse en los escenarios nuevos.  

Estos migrantes “son el objetivo vulnerable número uno, no solo porque son menos propensos a denunciar delitos, sino también porque siguen el patrón. Así que, cuando hay tal flujo de personas de un país, quienes están interesados en participar en estas actividades criminales seguirán el mismo patrón y se mezclarán”, agrega.

La diáspora es revictimizada  

Según las investigaciones efectuadas por Havertong muchos venezolanos inocentes que buscan asilo han adquirido una mala reputación a raíz de la expansión del Tren de Aragua, que tiene sus fuentes de información para localizar a quienes huyeron de su país natal. 

“Por ejemplo, en Chile, la postura (ciudadana) pasó de ser muy abierta y receptiva con los migrantes a no querer que entren más” porque ahora “tienen una perspectiva muy diferente y esto está afectando a Venezuela en su conjunto”, lamenta. 

La académica resalta ese aspecto como un factor importante para entender por qué el Tren de Aragua es tan diferente y afecta a la comunidad migrante venezolana y los hace ser presas de sus actividades ilícitas. 

Alianzas criminales internacionales

La expansión del Tren de Aragua ofrece particularidades como la capacidad de absorber pandillas locales y efectuar alianzas con otras organizaciones peligrosas en Brasil y Colombia. 

“Hay muchas alianzas con el Primer Comando de Capital (PCC) brasileño y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Colombia. Estos son solo los nombres más importantes”, explica.

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El PCC es la agrupación delictiva más grande de Brasil que controla el tráfico de drogas y de armas, pero tiene su retaguardia esencialmente en el estado de Sao Paulo, aunque su alcance llega a Bolivia, Colombia y Paraguay. 

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Además, la investigadora dice que entre sus hallazgos encontró que el PCC brasileño “aprendió un poco más sobre la trata de personas a través del Tren de Aragua, y aunque en realidad no les interesa la trata, (también vieron que) era una forma de ganar dinero”.