* El gobierno de Xiomara Castro declaró reservada la información sobre el Parque Urbano y Centro de Convenciones de Tegucigalpa en Honduras.
** Aunque Castro ha dicho que todo el proyecto será financiado por China, documentos oficiales obtenidos por Expediente Público muestran que la cobertura se centra solo en los estudios de factibilidad.
*** El director del FHIS, Warren Ochoa, informó que los estudios ya fueron aprobados e hizo proselitismo con esa noticia.
Yarely Madrid / Expediente Público
China promete otro gran proyecto a Honduras. Esta vez es construir el Parque Urbano y Centro de Convenciones de Tegucigalpa, por un monto estimado de US$80 millones.
Sin embargo, la información que rodea el proyecto ha sido clasificada como reservada y lo que se conoce se debe a los canjes de notas firmadas entre ambas partes.
Se trata de un mega edificio compuesto por dos torres de 12 niveles que tendrá una fachada totalmente de vidrio y estará ubicado entre la residencial El Trapiche y el Distrito Artemisa, cerca de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
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En enero del 2025, el proyecto inició un estudio de factibilidad financiado por China por 10 millones de dólares con fondos no reembolsables. Aunque estos fondos vienen de una donación, China impuso la contratación de sus propias empresas y personal.
Avances solo en papel
El director del Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS), Warren Ochoa, publicó el 15 de octubre, en su cuenta oficial de X, que la fase de factibilidad ya fue aprobada. Acompañó el post con fotografías del embajador de China en Honduras, Yu Bo, y un mensaje proselitista.
“Gracias a la cooperación no reembolsable con la República Popular China , y a la visión compartida del Presidente Xi Jinping y la Presidenta, consolidamos un espacio que marcará un antes y un después para la capital”, se lee en la publicación.
Con la aprobación de esos estudios, se daría paso a la firma de un nuevo convenio para seguir adelante con la construcción del proyecto, de acuerdo con documentos oficiales en manos de Expediente Público.
Este medio se comunicó con Warren Ochoa, el excanciller Enrique Reina, el actual canciller Javier Bu Soto y el alcalde de Tegucigalpa, Jorge Aldana, para conocer los avances del proyecto, pero ningún funcionario contestó hasta la publicación de este reportaje.
Confidencialidad y opacidad
Asimismo, Expediente Público solicitó información sobre el Parque Urbano y Centro de Convenciones a través del sitio de información pública, Sielho, el 21 de febrero pasado.
La respuesta de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) fue que según “el Acuerdo Ejecutivo No. 001-SG-2024 y la resolución del Instituto de Información Pública la conducción de negociaciones y relaciones internacionales es clasificada como información es reservada”.
“Se comparte únicamente copia del Canje de Notas entre el Gobierno de Honduras y la República Popular de China”, se lee en la respuesta remitida por correo.
Allan Macoto, empresario y político hondureño, dijo a Expediente Público que las negociaciones del proyecto no deberían encontrarse reservadas.
“Aun siendo una información confidencial, porque se pusieron de acuerdo entre naciones para que fuese así, hay muchas cosas que sí se pueden decir y no miro que lo hagan”, manifestó.
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¿Qué dicen las cartas?
Son cinco canjes de notas. En la primera se describe la aceptación por parte del Gobierno de Honduras al estudio de factibilidad del proyecto por parte de China.
“Si el proyecto resulta viable, ambas partes firmarán un acuerdo por separado”, se describe al final del párrafo.
Además, establece que Honduras cubrió los costos para trasladar desde China a un grupo de expertos para inspeccionar el proyecto.
Los gastos se describen como “entrada y salida del país (vuelos), aparatos de inspección y equipamiento”.
Dicha comitiva visitó Honduras a inicios de enero del 2025. El 13 de ese mes estuvo en el lugar del proyecto acompañada de Warren Ochoa.
Expediente Público se comunicó con Silvio Larios, gerente de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (CHICO) para conocer su opinión de que el estudio de factibilidad haya sido realizado por personas extranjeras, pero su respuesta fue que desconocía el caso.
Millonarios costos de estudio de factibilidad
En la carta oficial obtenida por Expediente Público también se afirma que los US$10 millones para el estudio de factibilidad serán donados por China como fondos no reembolsables.
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Para Mocoto, esta cantidad de dinero para un estudio de factibilidad es muy alta.
“Yo no estoy en contra de que vengan naciones como China o cualquier potencia mundial a donarnos obras de esa envergadura, pero de lo que sí estoy en contra es de que el estudio de factibilidad cueste 200 casi 260 millones de lempiras”, mencionó.
El empresario hondureño mencionó que con esta cantidad de dinero se podría equipar un hospital para darle a los ciudadanos la atención de calidad que no tienen.
“Usted sabe lo que nosotros podemos hacer como pueblo hondureño con 260 millones de lempiras. Podríamos equipar todo un hospital de los ya existentes y darle salud de primer nivel a nuestra población hondureña”, expresó.

¿Deuda?
Aunque el Gobierno de Xiomara Castro dijo, en enero del 2025, que el proyecto sería financiado totalmente a través de donaciones de China, en las cartas firmadas por ambas partes no se describe esto.
En consecuencia, excluyendo los fondos del estudio de factibilidad donados, la mayor parte de los 80 millones de dólares que costaría la construcción del proyecto podrían ser una deuda para Honduras.
¿Cómo funcionan los préstamos chinos?
AidData, un instituto de transparencia hospedado en la Universidad William & Mary en Virginia, Estados Unidos, recopila desde 1945 información sobre proyectos individuales de ayuda exterior financiados por gobiernos y agencias de ayuda.
En su investigación “Ganando corazones, cambiando mentes” se explica cómo funcionan los préstamos chinos.
“A diferencia de los donantes occidentales tradicionales (como Fondo Monetario Internacional) que suelen poner énfasis en reformas de gobernanza e inversiones sociales, China prioriza su desarrollo económico y su autosuficiencia nacional”, manifiesta.
De acuerdo con, AidData el problema de ofrecer a países en desarrollo grandes cantidades de dinero para proyectos de infraestructura a gran escala es que “las condiciones de reembolso son más estrictas y existe una evidente opacidad”.
Además, de la “asociación del financiamiento con regímenes autoritarios y su potencial por socavar la confianza en los gobiernos receptores”.
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Funcionalidad
Honduras no es el único país al que China le construya un Centro de Convenciones. También existe uno en Perú.
El Centro de la Amistad Peruano se terminó de construir en diciembre de 2013 y está ubicado en la Avenida De la Peruanidad, esquina con la calle Los Mogaburos, en el distrito de Jesús María.
De acuerdo con el gobierno peruano, su construcción tuvo un costo de US$3.2 millones, sin contar con la participación de expertos de ingeniería civil que trabajaron en diversas etapas de la obra.
Rubén Tang, fundador del Instituto Confucio de la Pontificia Universidad Católica del Perú, comentó a Expediente Público en marzo de 2024que en este centro de convenciones se realizan cursos y otros eventos de la cultura china.
Sin embargo, a criterio de Tang, a 12 años de su construcción, no ha “tenido un impacto muy grande en la comunidad, ni siquiera es muy conocido y tampoco es activo”.
Mano de obra china y auditorías
Tang dijo a Expediente Público que China “envió a obreros para trabajar esta obra y se construyó con base a los planes que ellos mismos elaboraron”.
“Luego, la constructora China ya no puso más dinero. Lo que se creó fue patronato que incluía varias administraciones chinas para su administración. Ellos tienen que hacer el aporte para su financiamiento”, agregó.
Al consultarle a Tang si hubo alguna auditoría al momento de la construcción manifestó que no porque este fue “un proceso interno que hizo el gobierno chino con las empresas que colaboraron en la construcción”.
Panamá
El Centro Nacional de Convenciones de Panamá, conocido también como el Centro de Convenciones de Amador, está ubicado en el lado sur del Canal de Panamá en la capital panameña.
Tuvo un costo de US$207 millones y fue construido por el consorcio chino CCA-Cocige, formado por China Construction America y Construcciones Civiles Generales, S.A, que se declaró en quiebra.
El consorcio fue duramente criticado por retrasar el proyecto, pues debía ser entregado en 2019, pero su inauguración ocurrió hasta el 2024. Además, estuvo rodeado de sobreprecios y opacidad.