* Víctimas de represión transnacional denuncian a la dictadura Ortega-Murillo en un foro realizado en España.
** Organizaciones documentaron casos de persecución transnacional vinculados a apatridia, confiscaciones, amenazas, agresiones y ejecuciones extrajudiciales.
Expediente Público
Con la voz entrecortada y desde la silla de ruedas en la que aún debe desplazarse tras el ataque que sufrió en enero de 2024, cuando sicarios intentaron asesinarla junto a su esposo en Costa Rica, la abogada nicaragüense Nadia Robleto, de 39 años, se definió como “un retrato vivo de la persecución transnacional” perpetrada por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Robleto fue una de los cuatro panelistas del foro “Represión transnacional del régimen nicaragüense: Desafío de los estados de acogida de personas solicitantes de protección internacional”, realizado este miércoles, 17 de septiembre, en España.
La sobreviviente de la represión denunció que recibió un disparo la dejó inicialmente cuadripléjica. Lo recibió en el último atentado que sufrió junto a su esposo, Joao Maldonado, cuando se alistaban para irse a Estados Unidos en busca de protección.
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“Perdí la vida dos veces. Tuve un infarto, un paro respiratorio. Si me escuchan hablar un poco ronca, de repente pierdo la voz, me canso, debo hacer pausa para volver a tomar aire y poder hablar. Lloro y sufro… todos los días veo a la persona que nos disparó porque yo sí la vi de frente y vi el chispazo de la bala, y revivo muchas veces lo que pasamos Joao y yo”, relató Robleto.
Además, lamentó que, pese a estar lejos de Nicaragua y de Costa Rica, donde sufrió el atentado, todos los días tiene “miedo”, señalando que la persecución transnacional del orteguismo ha llegado “donde sea que haya una embajada nicaragüense”.
Robleto además es madre de tres menores, que le fueron arrebatados por el padre de estos, a quien calificó como afín al régimen orteguista.
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Claudia Vargas, viuda de Samcam: “Nos persiguen de manera selectiva”
El foro se realizó gracias a la Fundación Arias para la Paz, la Fundación Sin Límites, la Taula Catalana pels Drets Humans i la Pau a l’América Central y el Colectivo Nicaragua Nunca Más. También contó con la participación de Claudia Vargas, viuda de Roberto Samcam, mayor en retiro del Ejército de Nicaragua, asesinado el 16 de junio pasado a balazos en su vivienda en Costa Rica, país donde se exiliaron huyendo del régimen Ortega-Murillo.
Vargas inicialmente remarcó que, aunque tiene miedo por el reciente asesinato de su esposo, “el silencio no es una opción” y seguirá exigiendo justicia para él y denunciando que “sí existe una persecución transnacional” dirigida por la dictadura.
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La víctima del orteguismo apuntó que el exilio en Costa Rica provoca mucha incertidumbre. “(Es) un país que ha dicho muchas veces que no tiene la capacidad para protegernos y no porque no quiera, sino porque hay un brazo impune que está cruzando la frontera y nos está persiguiendo de manera selectiva uno a uno”, manifestó.
Juan Carlos Arce: “El mensaje de los atentados era para todos”
A juicio del abogado Juan Carlos Arce, defensor del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, que también participó del foro, los atentados contra los nicaragüenses, exiliados en Costa Rica, son un mensaje claro para todos los que disienten con la dictadura.

“El mensaje de estos atentados era para todos: ‘cállense, porque estén donde estén podemos alcanzarlos’, y nuestro mensaje es: ‘vamos a seguir hablando y vamos a afrontar las consecuencias que eso implique’”, afirmó Arce.
Detalló que, en los últimos años, tras el exilio forzado que provocó la represión a las protestas sociales de 2018, han documentado que la persecución transnacional de la dictadura Ortega-Murillo se ha concretado en vigilancia, agresiones físicas, ejecuciones extrajudiciales, cierres de cuentas bancarias sin explicación, apatridia de facto y confiscaciones.
Ante el actuar de la dictadura, resaltó el defensor del Colectivo, la comunidad internacional tiene la responsabilidad de seguir presionando y “elevar la parada, ya que hay acuerdos comerciales que tienen cláusulas importantes de derechos humanos”.
“La represión transnacional va a llegar hasta donde la comunidad internacional le permita llegar al régimen Ortega Murillo”, concluyó el abogado nicaragüense, quien también tuvo que huir de su país por la persecución orteguista.

Represión transnacional “es una realidad”
Lea Bolt, de la Fundación Sin Límites, un centro de pensamiento que fue cerrado en Nicaragua producto de la persecución contra las organizaciones sin fines de lucro, explicó que han confirmado que “la represión transnacional es una realidad”.
En 2024, la Fundación Sin Límites —a través de un análisis al que titularon “Represión Transnacional”— identificó más de 10 casos de represión transnacional en Costa Rica, muchos vinculados a amenazas y hostigamiento que repercuten en familiares de refugiados o exiliados que permanecían en Nicaragua.
Bolt apuntó que es necesario, primeramente, que la comunidad internacional reconozca las tácticas que usa el orteguismo para reprimir a sus detractores en el exilio y proteja a los perseguidos.