Universitarios de Honduras, las nuevas víctimas del férreo control de Ortega para ingresar a Nicaragua

Universitarios de Honduras, las nuevas víctimas del férreo control de Ortega para ingresar a Nicaragua

*Expediente Público reconstruye lo que vivieron 33 estudiantes de Honduras que pretendían ingresar a Nicaragua para participar en encuentro académico en Costa Rica.

**Al menos 12 horas estuvieron los jóvenes hondureños retenidos en la frontera entre Honduras y Nicaragua. 

***El régimen de Daniel Ortega ha cerrado casi 30 universidades en Nicaragua y ha perseguido, amenazado y encarcelado a varios líderes universitarios. 


Sharon Ardón / Expediente Público

Doce largas horas de espera en la frontera con Nicaragua, inútiles llamadas telefónicas, muchas preguntas y al final, rechazo. Eso vivieron 33 estudiantes hondureños de la carrera de Administración Aduanera de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) que el pasado 15 de mayo, intentaron viajar a Costa Rica para un programa de estudios y que relataron a Expediente Público su experiencia. 

La mayoría de los estudiantes habían ahorrado dinero hasta un año para este viaje de estudios a la Universidad de Costa Rica (UCR). Para algunos era la primera vez que visitarían otro país. Para todos fue su primera experiencia con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que desde abril de 2018 mantiene un férreo control de quiénes pueden ingresar a ese país centroamericano. 

A los estudiantes, las autoridades nicaragüenses jamás les explicaron la decisión de negarles el ingreso. Tal vez los universitarios hondureños no lo saben, pero el 18 de abril de 2018, estudiantes de toda Nicaragua encabezaron una rebelión cívica que terminó en una matanza de al menos 355 personas a manos de grupos paramilitares, policías, soldados del Ejército y grupos de choque apoyados por el régimen de Ortega.

Escucha «Gobierno de Xiomara Castro prefiere callar ante agresiones a hondureños que confrontar al régimen de Daniel Ortega» en Spreaker.

Desde ese entonces, el régimen Ortega-Murillo ha perseguido, amenazado y encarcelado a líderes estudiantiles universitarios como Lesther Alemán o Max Jerez, quienes estuvieron detenidos por casi dos años y que, junto a otras 222 personas, fueron hasta desterrados y desnacionalizados en febrero de este año. El temor de Ortega-Murillo de otra posible rebelión, los ha llevado a cerrar casi 30 universidades para evitar el libre pensamiento y que los estudiantes se organicen.

Tenían todo listo en Costa Rica 

Las autoridades costarricenses relataron a Expediente Público que esperaban a los universitarios hondureños con mucha emoción. Tenían listo el hospedaje, alimentación y un extenso programa de actividades para desarrollar su intelecto, por lo que lamentaron que el régimen de Nicaragua socavara la libertad académica de estos estudiantes. 

El gobierno de Honduras guardó silencio ante esta acción por parte de las autoridades nicaragüenses con quienes comparte incluso el tratado CA4 de libre tránsito entre países, lo que, para expertos abordados, representa una violación a estos tratados bilaterales. 

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A las 6 de la mañana del 15 de mayo, un autobús facilitado por la UNAH llegó a hasta la frontera terrestre Las Manos ubicada entre Honduras y Nicaragua. En el vehículo iban 33 estudiantes y dos catedráticos de la carrera de Administración Aduanera de la universidad hondureña.

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Estando en la frontera y con sus pasaportes y demás documentos en orden, los estudiantes se llevaron la sorpresa de que no les permitían el ingreso. Intentaron saber las razones y los tuvieron al menos 12 horas esperando. Luego, un militar les explicó que por orden de arriba solo podía ingresar a Nicaragua el autobús y los conductores mientras que ellos, (estudiantes y docentes) “debían esperar afuera de la tranca, o sea, fuera de Nicaragua”, relató Roy Molina, docente universitario que acompañaba a los estudiantes. 

También les advirtieron que en caso de que les permitieran ingresar, ellos debían escoltarlos hasta la frontera de Costa Rica, como si representaran un peligro para el territorio nicaragüense. 

Migración de Honduras respalda al régimen

Expediente Público abordó al director del Instituto Nacional de Migración, Allan Alvarenga para que explicara el motivo que impulsó al régimen sandinista impedir el paso de los estudiantes hondureños.

“En este caso muy específico no se hizo el trámite correspondiente es por eso que no fue aprobado el ingreso y el tránsito de estas personas”, afirmó.  

No obstante, los estudiantes confirmaron que sí llevaban sus todos documentos en orden. “Hicieron la coordinación con siete días de anticipación como se establece en la solicitud para el ingreso a Nicaragua”, aseguró el catedrático, Roy Molina, e incluso, llevaban una carta de invitación de la Universidad de Costa Rica, por lo que los jóvenes no se explican el motivo por el que Migración nicaragüense les negó su ingreso. 

Seguidamente, Alvarenga justificó que “es una decisión muy soberana del Gobierno de Nicaragua que determine las decisiones que correspondan respecto al autorizar o no el ingreso a estas personas”.

Universidad de Honduras cumplió con trámites

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Los jóvenes explicaron que se hicieron gestiones con la embajada de Honduras en Managua, con el Ministerio de Gobernación en Nicaragua y estaban en constante comunicación con las autoridades de Costa Rica, pero luego de agotar todas las instancias, debieron regresar a sus hogares en Tegucigalpa. 

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Para este viaje, los universitarios tuvieron que reunir dinero durante un año con actividades como ventas de camisas y chaquetas alusivas a la carrera y también desarrollaron actividades de cine cultural.  

El doctor y catedrático en la Universidad de Costa Rica (UCR), Rodolfo Arce afirmó a Expediente Público que se organizó un programa extenso que abarcaría cinco días con el propósito de recibir a los estudiantes hondureños. Incluso, se había asegurado de que todo estuviera en orden, desde el hospedaje hasta la alimentación, para garantizar una experiencia educativa completa. 

Perdieron una gran oportunidad 

Por eso, tanto los estudiantes y docentes hondureños como las autoridades costarricenses lamentaron este suceso, ya que significaba una gran oportunidad no solamente para quienes iban a adquirir este conocimiento, sino también para la universidad de Honduras.  

La carrera de aduanas de la UCR se ha posicionado en los más altos estándares oficiales, siendo la primera universidad en el hemisferio americano en recibir una acreditación por parte de la Organización Mundial de Aduanas (OMA). 

“Eso nos convierte en referentes para todas las universidades del hemisferio, por eso a nuestro país vienen delegaciones de distintas universidades desde Argentina hasta Canadá para comparar sus programas, para buscar la mejora continua, para vivir la experiencia de una carrera acreditada a ese nivel mundial donde pocas lo son”, expresó el catedrático costarricense.  

Arce, lamentó que se les haya “trancado ese sueño de conocer Centroamérica, un sueño que para muchos estudiantes es algo sensacional en su vida universitaria porque es salir y su intelecto su profesionalidad cambia cuando se ven otras cosas en el mundo”.  

“Me opongo totalmente a que en una Centroamérica que busca la integración desde 1963 y donde debe haber libre tránsito de personas y mercancías, se den estas situaciones. No me gusta tampoco que la libertad de tránsito y la libertad de la mejora continua y personal intelectual de país se vea minada y se detenga el aprendizaje de la educación superior”, puntualizó Arce. 

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Nicaragua viola libre movilidad 

El catedrático Oscar Santos dijo que “nunca pensamos tener problemas en la frontera de la aduana Las Manos. En este caso por el hecho de ser estudiantes, no representamos ningún riesgo. Es más, el objetivo entendemos del CA4, es la libre movilidad y, sin embargo, no pudimos pasar. Entonces no entendemos por qué no hubo esa cooperación por parte de Nicaragua”.  

El catedrático e investigador de la UCR, Carlos Murillo analizó a Expediente Público que aquí se violaron algunas directrices de los acuerdos en el marco del CA4 que permiten incluso la movilización sin necesidad de pasaporte.  

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El doctor de la UCR, Rodolfo Arce también afirmó que se trató de comunicar con los directivos de migración en Honduras, pero le dijeron que en ese momento se encontraban en una reunión, por lo que no podían hacer nada.  

Por su parte, el experto en temas internacionales, Graco Pérez exteriorizó a Expediente Público que la afinidad que existe entre Honduras y Nicaragua es algo que “no se puede obviar”, y por ese motivo es que el gobierno hondureño guarda silencio para no “causar mayor controversia”.

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De la misma forma lo percibió Murillo: “Yo creo ha sido un asunto de descuido de las autoridades no solo hondureñas, sino el resto de los países de evitar cuestionar, aunque sea en defensa de los nacionales del país en este caso los hondureños, evitar cuestionar a Daniel Ortega y su régimen”. 

No molestar a Ortega 

Agregó que, “es un problema en realidad de -no molestemos a ese régimen- yo creo que va un poco por ahí y no proteger o defender los intereses de la población hondureña, en este en el caso de este grupo de estudiantes”. 

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Sin embargo, Pérez explicó que la obligación de la cancillería hondureña es “velar por los intereses de sus ciudadanos”, en este caso de los universitarios, lo que implica restarle importancia a sus “relaciones personales con los países”. 

Consideró que debería crearse un protocolo para transitar de Honduras a Costa Rica para “tratar de encontrarles una solución expedita porque en este caso se ven afectados estudiantes de Honduras. Lo mismo se puede tratar de estudiantes costarricenses o de otro país que quieran circular por los territorios nicaragüenses”.  

“Este es el costo para las sociedades como las nuestras cuando existe un país que es una dictadura en su frontera. No se puede negar que lo que hay es una dictadura en Nicaragua y que entonces para eso se imponen todo ese tipo de controles afectando a los países que tratan de vivir en democracia como en el caso nuestro”, finalizó.