Venezuela

Venezuela: Atomización y dudas opositoras reafirman la ventaja oficialista para las elecciones regionales

*Los seguidores de Nicolás Maduro intentarán imponerse como primera minoría en estados y municipios, sin contar con más del 25% de las preferencias.

**El evento de noviembre podría servir como fase preparatoria para un proceso de revocatorio presidencial, y para la reconstrucción del liderazgo opositor.


Expediente Público

Andrés Schloeter anda en una carrera contra reloj.

Este economista, de 36 años de edad, es el abanderado de la coalición opositora (Movimiento por la Unidad Democrática, MUD) para la alcaldía de Sucre, en el estado Miranda. Es la tercera circunscripción municipal más grande del país, solo superada por Libertador y Maracaibo. Y en ocasiones también la han calificado como la favela (barrio) más grande de Latinoamérica, por sus extensos sectores empobrecidos.

Ese apellido, de sonoridad germana, sugiere la presencia de un caucásico de ojos azules. Nada que ver. Schloeter, en realidad, es un mestizo maracucho. Según su relato, desde pequeño sus paisanos se enredaban a la hora de llamarlo. Y en la escuela, terminó rebautizado: Andrés Chola.

En Venezuela, “chola” no solo es sinónimo de sandalia. También se usa coloquialmente para designar algo rápido o expedito. Cuando alguien te dice: “Dale chola”, mejor es que te apures.

Así que Andrés Scholeter, o Chola, quiere recuperar el tiempo perdido lo antes posible. Luego de algunas vacilaciones, el 5 de septiembre, la MUD anunció que lo respaldaría para optar por el gobierno municipal.

Para ese momento, el nombre del candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) ya tenía tres semanas en el ruedo. Y por si fuera poco se trata de José Vicente Rangel Avalos, el actual alcalde en ejercicio.

Fotos de la campaña de Andrés Schloeter en barrios de Petare (este de Caracas)

A este hándicap se suma el hecho de que la oposición no acudió a esta justa del todo unida. Uno de los partidos de la cúpula opositora, Acción Democrática, había lanzado al abogado Víctor Bermúdez. Voluntad Popular, también del llamado G4 (Grupo de las 4 organizaciones opositoras más fuertes), puso sobre la mesa el nombre de Tadeo Rada. Y nueve organizaciones más pequeñas también propusieron candidaturas.

El riesgo es que el voto no oficialista se disperse. Por eso, para el momento en que este informe era redactado, progresaban negociaciones para consolidar alianzas entre esas organizaciones. Bermúdez y Rada apoyarían a Schloeter. De las demás, poco se sabe.

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Varias oposiciones contra un único oficialismo

La situación del municipio Sucre se repite prácticamente en todo el país, con miras en los comicios del 21 de noviembre. Según el ex secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, este sería el escollo más importante a salvar por quienes adversan al régimen de Nicolás Maduro. Al punto que, para él, es necesario hablar de “las oposiciones”, en plural.

“Hay 3082 cargos en disputa en las elecciones del 21 de noviembre: 23 gobernadores, 335 alcaldes y centenares de concejales y legisladores estatales.

Para esos 3082 cargos, las fuerzas del oficialismo han postulado a 3082 candidatos. Las fuerzas distintas al oficialismo han postulado a 67000 candidatos. Las oposiciones no solamente están divididas. Están atomizadas, pulverizadas. En ese escenario, es obvia la perspectiva de victoria de Maduro”, sentenció.

El cálculo de Torrealba se basa en las cifras divulgadas el 6 de septiembre por el presidente del Consejo Nacional Electoral, Pedro Calzadilla. Pero en el caso de Schloeter, aunque de primera mano pareciera que su opción también se ve afectada por la fragmentación, él cree que puede alcanzar el “número mágico” de la victoria si se producen algunas fusiones de candidaturas y, lo más importante, si la población traduce en votos el rechazo a la gestión de Maduro.

“Si vota más del 50% de la población registrada, deberíamos ganar. Cuando hemos superado esa cifra en el municipio, hemos ganado”, explicó a Expediente Público.

Esto supone que, para obtener un resultado favorable para los opositores, en el municipio Sucre deberían acudir a las urnas por lo menos 248000 personas el próximo 21 de noviembre.

La labor no es sencilla. Según Torrealba, costará convencer a la gente de que vote cuando las toldas no oficialistas como bloque se mantuvieron al margen de los procesos electorales luego de la justa de 2015, con argumentos que todavía están vigentes, pero que al traducirse en decisiones han ocasionado la pérdida de espacios políticos.

Para los próximos comicios, el mejor escenario de los oficialistas es que vote ese 25% de la población que todavía dice simpatizar con su causa. Pero en los comicios del pasado 6 de diciembre, recordó el presidente de la consultora Delphos, Félix Seijas, se demostró que el Psuv también ha perdido capacidad de movilización. Ganaron el 92% de los escaños parlamentarios debido a que el liderazgo opositor no acudió a la cita.

“El gran reto del oficialismo es mover lo que tiene. El apoyo hace mucho tiempo que se estacionó en 25%, y difícilmente va a subir. De eso, la mitad es un apoyo duro, y el resto, blando (…) El gran reto es movilizar ese 25%, y el otro gran reto es desmovilizar al 75% restante”, explicó a Expediente Público.

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Una nueva era en Washington

Según Calzadilla, el 86% de los partidos inscritos en el país ha propuesto candidaturas para los comicios de noviembre.

Mientras discurren los actos preparatorios para este evento electoral, en México la cúpula opositora adelanta negociaciones con representantes del régimen de Maduro. En la agenda divulgada por los mediadores del Reino de Noruega no figuran las elecciones de gobernadores y alcaldes.

El politólogo Ricardo Sucre observó que la reanudación del diálogo y la decisión opositora de lanzar candidatos para noviembre tienen un factor en común, como es la llegada a la Casa Blanca del demócrata Joseph Biden, un presidente de corte diametralmente opuesto al de su predecesor Donald Trump.

Sucre recordó que, en su estrategia de “máxima presión” hacia el régimen de Maduro, Trump llegó a declarar que “todas las opciones están sobre la mesa”, sugiriendo la posibilidad de una intervención militar. En ese contexto, la abstención opositora intentaba lograr la deslegitimación del gobernante.


En cambio, añadió Sucre, Biden pone acento en las soluciones consensuadas entre las partes en conflicto.

Para Torrealba, este giro en la estrategia de Washington precipitó las decisiones de la oposición liderada por Juan Guaidó.

“Lo que ha privado en este golpe de timón del G4 (…) fue el cambio del poder en la Casa Blanca. La salida de Trump, y la llegada de Biden marcan un cambio significativo en el diseño de la política exterior norteamericana para el hemisferio. Es evidente que, al cambiar los patrocinantes, cambia la conducta del patrocinado”, sostuvo.

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En todo caso, el anuncio opositor con respecto a las elecciones regionales y municipales tuvo un impacto en cuanto a la disposición de movilizarse.

Según el presidente de Delphos, con los lanzamientos conocidos en septiembre, un 10% del segmento no oficialista ahora manifiesta su intención de participar, según el sondeo Perspectiva 2021-Semeste II, realizado en julio por la Universidad Carlos Andrés Bello. Es un dato auspicioso para los que promueven un cambio político. Pero no es suficiente.

Debido a que son procesos electorales de circuitos regionales y municipales, se produce una interacción entre las realidades políticas de esas localidades y las del país nacional. Para Seijas, esto tiene una fórmula: en la medida en que las votaciones se dan en territorios menos urbanos, el chavismo se fortalece pues es mayor la dependencia de las dádivas por parte de la población, en un contexto de emergencia humanitaria compleja.

Por lo tanto, indicó, el oficialismo parte con ventaja en estados predominantemente rurales como Yaracuy, Cojedes, Portuguesa, Bolívar y Sucre, mientras que los opositores tendrían la delantera en Miranda, Carabobo, Zulia, Anzoátegui, Nueva Esparta y Táchira. En los tres últimos, los actuales gobernadores de corte no oficialista buscan la reelección, así como en Mérida.

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El movimiento revocatorio

En marzo de este año, un grupo conformado por ex chavistas y operadores políticos ligados al socialcristianismo solicitaron al nuevo directorio del Poder Electoral que fijara posición en torno a cuál sería el momento en el que se cumple la mitad del período presidencial.

Aunque la iniciativa tiene numerosos promotores, el liderazgo pareciera recaer sobre el politólogo surgido del oficialismo Nicmer Evans, y los abogados Nelson Chitty la Roche y César Pérez Vivas, este último ex gobernador del Táchira.

Según Pérez Vivas, la aclaratoria es necesaria a los efectos de avanzar en un proceso que conduzca a la ejecución de un referendo revocatorio presidencial.

Maduro, explicó el exgobernador, adelantó las fechas de su reelección presidencial y de su toma de posesión, basado en disposiciones de la extinta Asamblea Nacional Constituyente.

La consulta al Poder Electoral intenta prevenir que la iniciativa revocatoria sea rechazada, al ser planteada fuera del lapso fijado por la Constitución, que es la mitad del mandato presidencial.

Tanto Evans como Pérez Vivas sostienen que existe un motivo adicional para que la oposición entre en la justa electoral de noviembre. Para ellos, es necesario reconstruir las estructuras logísticas y de defensa del voto. Lo que llaman las “maquinarias políticas”, desmanteladas por la falta de participación como un bloque en los últimos tres comicios.

Esta carencia fue confirmada por el candidato Schloeter. Según sus cálculos, solo en el municipio Sucre se necesita el concurso de 2000 personas para cuidar los sufragios en las 646 mesas de votación. De allí la necesidad de que se logre cierto consenso entre los principales partidos opositores, que son las entidades con capacidad para instruir, trasladar y respaldar la acción de los miembros de mesas.

Pérez Vivas cree además que esta organización enviaría un mensaje al oficialismo, con miras en una elección de corte presidencial.

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Guaidó en la mira

Aunque el anuncio sobre la participación opositora en las elecciones fue divulgado por Juan Guaidó (reconocido como “presidente interino” por más de 50 países), hasta ahora este dirigente se ha mantenido distante con respecto a candidatos para posiciones clave en el país, como Schloeter.

De acuerdo con el director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alarcón, lo más probable es que Guaidó mantenga esa actitud de cautela.

Explicó a Expediente Público que los “grandes movilizadores” para cualquier evento electoral del país actualmente son Nicolás Maduro y Guaidó. El primero acude a todos los recursos del Estado para la promoción de sus candidatos, mientras que el otro no tendría más remedio que ir a las calles, debido a las restricciones impuestas por el régimen para la cobertura periodística de sus actos. Lo cual dificulta aún más la manifestación de sus apoyos.

Para Guaidó, paradójicamente, esta decisión podría marcar una diferencia en su futuro inmediato, con miras en las negociaciones que se desarrollan en Ciudad de México.

Alarcón advirtió que, si la cúpula opositora plantea que las elecciones regionales son una especie de “plebiscito nacional”, al conocerse un resultado adverso Maduro podría argumentar que el llamado “presidente interino” ya no representa al país no oficialista, y en consecuencia solicitar un cambio en los participantes en la mesa de negociación.

De otra parte, Guaidó podría ser objeto de recriminaciones de aquellos candidatos que hayan perdido por considerarse huérfanos de su respaldo. Y en el caso de los vencedores, dirían que obtuvieron los votos necesarios a pesar de la tibieza del líder de Voluntad Popular.

Por eso, desde la propia oposición son cada vez más frecuentes las críticas a quien hasta el momento ha sido visto como su máximo líder. En esta línea se inscriben el ex secretario de la MUD Jesús Torrealba y dirigentes de La Causa R como el ex alcalde de Barquisimeto Alfredo Ramos.

Después de las elecciones de noviembre, habrá en Venezuela un nuevo mapa político, que no solo abarcará a las gobernaciones y alcaldías.