diaspora cubana biden cumbre

Diáspora cubana: el castrismo en la IX Cumbre de las Américas llegaría a sabotear 

*Representantes de la diáspora cubana están desconcertados por el apoyo de gobiernos de izquierda a tres regímenes autoritarios, incluyendo el castrista. 

**En las últimas dos cumbres continentales los delegados del gobierno cubano han terminado confrontados con quienes les adversan, generando un boicot al trabajo de las mesas de la sociedad civil. 

**Cubanos lamentan que el anuncio de la eliminación de ciertas sanciones coincida con la aprobación de un Código Penal en la Isla, aún más represivo; así como con el recrudecimiento de las malas condiciones de los presos políticos. “No era el momento indicado para hacerlo”, sostienen. 


Expediente Público 

Muchos recuerdan el encuentro del 12 de abril de 2015 en la VII Cumbre de las Américas entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el de Cuba, Raúl Castro. Un momento histórico, sin duda. Lo que se olvida es que después, los delegados cubanos sabotearon el foro de la sociedad civil, por la presencia de organizaciones de la diáspora. Algunos analistas estiman que la situación pudiera repetirse en la IX Cumbre de las Américas, si se les invita. 

Los boicots a los eventos de la sociedad civil se repitieron en el foro de 2018, en Perú, ante la mirada incrédula del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. Los delegados cubanos, agregados a los eventos como miembros de la sociedad civil, gritaban consignas y llamaban “mercenarios” o “vendepatrias” a los opositores. 

En octubre de 2018 los “diplomáticos” cubanos también sabotearon con gritos un evento de Estados Unidos a favor de los presos políticos en la Isla. Esta vez, en el seno de las Naciones Unidas, y así sucesivamente. 

A pesar de eso, gobiernos de izquierda, principalmente el presidente mexicano Andrés López Obrador, piden la inclusión en la IX Cumbre de las Américas de todos, sin exclusiones, pues Cuba, Nicaragua y Venezuela no han sido invitadas, tres naciones con gobiernos autoritarios. Bolivia incluso declinó ya su asistencia, mientras Honduras, Chile, Argentina y los 15 países de la Comunidad del Caribe, se muestran favorables a la participación de esta tríada. 

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El jurista cubano Yaxys Cires, director de Estrategia Política del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, recordó a Expediente Público que se invitó a Castro a la Cumbre de las Américas realizada en Panamá en 2015. También fue Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. 

Cires tildó de penosa la participación de “turbas” castristas que gritaban a todo el que discrepara con ellos y exigieron que la sociedad civil en el exilio no participara. Fueron la nota discordante para el país anfitrión, Panamá. 

“Se dieron cuenta que la Cuba del régimen no era la única que tenía espacios, también el exilio cubano ha estrechado su vínculo de trabajo con la sociedad civil, desde Argentina hasta México”, precisó. 

Los delegados oficialistas no pudieron encarar esto y reaccionaron con boicot y escándalo, agregó. “Creo que permitir la participación de Cuba, Venezuela y Nicaragua sería un mensaje negativo para la comunidad democrática de la región, sería normalizar lo que no se debe normalizar, la práctica antidemocrática y la violación sistemática de los derechos humanos. Quizá en un contexto de transición o de compromiso de estos Estados, verificables de realizar cambios democráticos en favor del pueblo, valdría la pena que esos gobiernos tuvieran participación para fomentar un cambio”, argumentó. 

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Por otra parte, precisó que “si nos remitimos a experiencias anteriores, no necesariamente la invitación a regímenes de este tipo contribuye a un mayor compromiso de ese país ni otros interlocutores a nivel regional en la exigencia de derechos y democracia, por lo menos en el caso cubano”. 

En cambio, la presencia de estos países, como en Panamá, “deja grandes escándalos, queriendo expulsar a miembros de la sociedad civil, ayuda a banalizar y quitarle seriedad a estos espacios”, recalcó Cires. 

El sociólogo Leduan Ramírez cree que Nicaragua y Venezuela no tienen interés en la cumbre, pero Cuba sí. 

El gran abanderado de esa propuesta es el gobierno mexicano que “en términos prácticos, término de intereses y costo-beneficio todavía no podemos explicar esta defensa a ultranza”. 

“No existe una razón de peso, algo que puedas decir que a México no le queda otra opción. México ha hecho silencio a las múltiples violaciones de derechos humanos en Cuba, y frente al gobierno dictatorial, bajo el pretexto de la no injerencia en asuntos extranjeros. Pero el asunto es simple, la Cumbre es un cónclave para países democráticos, que firmaron la Carta Democrática de la OEA, que tienen principios democráticos y van a debatir sobre democracia. Cuba no cumple esos criterios”, argumentó. 

Nuevamente, el sociólogo de origen cubano recordó la participación de las delegaciones de su país, donde “fue una vergüenza en esa cumbre, chanchullos, escándalos, discrepancias entre los grupos que representaban una de las dos partes de la Isla, se convirtió en un circo donde participó Cuba”. 

¿Por qué gobiernos de izquierda apoyan inclusión de regímenes autoritarios? 

México, Argentina, Bolivia, Honduras y los 15 países de la Comunidad del Caribe (Caricom) apoyan la no exclusión de ningún país a la IX Cumbre de las Américas que se realizará en Los Ángeles, California, es decir, con Estados Unidos como anfitrión. 

Cires considera que “las fuerzas democráticas, algunas de extrema izquierda, dirigidas por el Foro de Sao Paulo, están en una ofensiva, algunos ven esto como una reconquista”. 

Cires y Ramírez creen que la izquierda en la región se quedó con una imagen romántica de la Isla y la revolución castrista. “Incluso para los más moderados de la izquierda, Cuba sigue siendo referente”, precisó el primero. 

El evento continental se convirtió ahora en un escenario para obtener una victoria o plantear un desafío para Estados Unidos, pero “es un contrasentido que se invite a una cumbre de países democráticos a tres dictaduras. Esto nada más adquiere sentido en la lógica del desafío que estos gobernantes del Foro de Sao Paulo, le quieren plantear a Estados Unidos”, advirtió. 

Ramírez está asombrado por la reacción de la izquierda en el continente americano, sobre todo por el debilitamiento de la democracia en la región, pero Cuba es concebida de una forma “idealista” en el exterior. “Hay una idea mítica de la revolución cubana, una leyenda alrededor de ella, como la revolución que logró darle bienestar y garantía de buena vida a los cubanos, una leyenda. Por otro lado, es un gobierno dictatorial que reprime a sus propios ciudadanos por pensar distinto”. 

Esta es la imagen del gobierno mexicano, pero también se buscaría convertir a López Obrador en el Simón Bolívar de estos tiempos, con la idea de unidad y ser el líder latinoamericano frente a Estados Unidos, consideró el académico. 

Precisamente, en un videocomunicado del canciller mexicano Marcelo Ebrard, tras una reunión-llamada de Obrador con el senador Chris Dodd, con motivo de la Cumbre, recordó que la posición de inclusión continental de su presidente se anunció hace un año, en el natalicio de Bolívar. 

Ramírez teme que tras esta posición haya intereses políticos que tienen que ver con el aprendizaje para controlar masas, mecanismos de control social, como lo han reproducido Venezuela y Nicaragua. 

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Hay una presión por invitar a Cuba Venezuela y Nicaragua, pero puede ser contraproducente para naciones que reciben una gran ayuda de Estados Unidos, pues en términos reales Latinoamérica depende mucho de su vecino del Norte. Esto podría dejar un precedente donde no hay más ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y tampoco la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) puede sustituirlo. 

“A la cumbre de la Celac, que fue en México en septiembre, Estados Unidos no fue invitado ¿Por qué? porque no cumplía los requisitos de la organización. En el caso de la Cumbre de las Américas, Cuba, Venezuela y Nicaragua, no son invitados, porque no pertenecen o pidieron su salida de la OEA”, reiteró el sociólogo. 

Para pertenecer a la OEA debes firmas y ratificar la Carta Democrática, por lo cual “el criterio de la exclusión es débil a nivel argumentativo, pero fuerte a nivel narrativo y es lo que sucede con estos países que usan esta bandera para poner a Estados Unidos como enemigo regional y enfocar la crisis de cada país. Seguro tienen responsabilidad, pero lo que sucede aquí es la falta de un compromiso de estas tres naciones de respetar acuerdos. Los invitan, pero no se van a identificar con democracia plena y respeto irrestricto en derechos humanos”, concluyó. 

Un llamado a defender la libertad y la democracia

Un grupo de opositores y activistas por la libertad de Cuba, Nicaragua y Venezuela emitieron una «Declaración Precumbre«, en la que hacen un «llamado a la coherencia y a la defensa de los valores de la libertad y la democracia a todos los Estados» de América.

El llamado de atención hace un particular énfasis en aquellos gobiernos «que han insistido e incluso han amenazado con su ausencia (en la Cumbre) si no participan los dictadores». A ellos les piden «que no sean ni facilitadores ni cómplices de dictaduras criminales responsables de violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos. Su complicidad se traduce en represión, cárcel, hambre y muerte para nuestros pueblos».

Hacen ver que en la Carta Democrática de la OEA se reseña «la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo», premisa que no cumplen ninguna de las tres naciones.

En el caso de Cuba «no ha existido en décadas ningún proceso electoral competitivo». Mientras que los últimos procesos de Nicaragua y Venezuela, la OEA los ha denunciado como «carentes de cualquier validez, ya que los mismos se celebraron en medio de una despiadada represión, sin ningún tipo de observación o garantía y con las cárceles llenas de presos políticos, incluyendo a la totalidad de los candidatos presidenciales opositores, en el caso de Nicaragua».

Dicen apoyar «con firmeza que ninguno de los dictadores de esos tres países sea invitado a la IX Cumbre de las Américas».

EE. UU., flexibiliza sanciones 

Los representantes de la diáspora cubana consideran que es positivo que se tomen medidas humanitarias que compensen el fracaso económico del régimen cubano, pero se tomaron cuando se ha recrudecido la represión en las cárceles y a escasas horas que el régimen en el parlamento, controlado por el único partido legal, el comunista, aprobara un Código Penal casi soviético y más liberticida que el anterior. 

“Me hubiera gustado que lo hubiera hecho cuando diferentes organizaciones de la sociedad civil cubana se lo pedimos a la administración de Joe Biden y no en este contexto que pareciera que es presión del régimen cubano por el tema migratorio, la presión de los lobbies internos, y la presión internacional del eje izquierdista encabezado por López Obrador”, dijo Cires. 

La administración de Biden anunció el 16 de mayo una serie de flexibilizaciones a las medidas contra Cuba, entre ellas, la eliminación del límite de mil dólares para las remesas, vuelos directos al interior de la Isla, visas de reunificación familiar, entre otros. 

Las reacciones de congresistas y organizaciones de la diáspora fueron críticas. Por ejemplo, el senador Bob Menendez, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, manifestó que “mientras el régimen de Díaz-Canel continúa su despiadada persecución de innumerables cubanos por participar en las manifestaciones prodemocracia del año pasado, corremos el riesgo con este anuncio de enviar el mensaje equivocado, a las personas equivocadas, en el momento equivocado y por todas las razones equivocadas”. 

Cires explica que “la realidad cubana empeora en lo político, social y económico. Mientras tanto el gobierno no emite una señal de tener voluntad para los cambios que se necesitan, todo lo contrario, hay más de mil presos políticos y de conciencia. Si hay alguna concesión que el régimen ha hecho en virtud de alguna negociación, no se conoce. Lamentablemente estos procesos se llevan de manera poco transparente, pero el peligro es que se regrese a uno de los aspectos de los tiempos del presidente Obama, que no hubo exigencias de cambios al régimen cubano”. 

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Ramírez considera que el contexto y el escenario no era favorable para tomar esta decisión. Cuando Obama restableció relaciones con Cuba venía anticipándose esto y fue previo a su segundo periodo, al final de su mandato. 

“Nos sorprende, porque en términos específicos, quien parece ganador de forma abrumadora, es la dictadura cubana, no Estados Unidos. Hay una asimetría en la balanza de costo-beneficio: para Biden es un costo muy alto y no se ven beneficios. La estrategia de Obama era empoderar a la sociedad civil, tratando de promover un cambio a la interno, lo cual en estos momentos no existe”. 

Para Estados Unidos un beneficio podría ser limitar la migración, pero no es un beneficio reconocido porque hay muchos que salen vía Nicaragua. No es algo que se va a detener de la noche a la mañana, pone en balance una crítica muy precisa al gobierno de Biden. “El Gobierno cubano no se ha comprometido a nada”, concluyó Ramírez.