Estados Unidos Daniel Ortega Cumbre de las Américas Cuba Venezuela

Discurso verificado de Daniel Ortega devela relación de amor y odio contra Estados Unidos

*Agresiva retórica antiestadounidense del régimen contrasta con la prudencia en su relación comercial y diplomática con Estados Unidos.

**Expediente Público verifica discurso y datos oficiales versus acciones, y devela que tras los discursos incendiarios de Ortega se ocultan gestos para acercarse a EE. UU.


Expediente Público

El último discurso público del mandatario nicaragüense Daniel Ortega, el pasado 18 de abril, repitió un patrón argumental que lo ha caracterizado desde que asumió el poder por primera vez en Nicaragua en 1979: la crítica extrema contra Estados Unidos.

Esta vez se refirió concretamente a la administración estadounidense con el término peyorativo que suele usar la izquierda internacional: “yanqui”, en 13 ocasiones y otras 7 veces como “imperialistas” e “imperialismo”.

En resumen, achacó la responsabilidad de todos los males históricos y actuales del planeta a las decisiones políticas, comerciales, diplomáticas, militares, ambientales y de todo tipo que implementa Estados Unidos, incluyendo los efectos económicos globales que ha provocado la guerra de invasión de Rusia a Ucrania.

Discurso público contra la Cumbre de las Américas

Sin embargo, un ejercicio de análisis del discurso y verificación de datos por parte de Expediente Público permite develar que, aunque Ortega manifiesta por un lado un discurso de desprecio hacia la política estadounidense, por el otro busca un acercamiento con ese poder mundial para beneficiar económicamente a su familia y círculo político.

Sobre la Cumbre de las Américas, a realizarse en Estados Unidos en junio, se ha debatido sobre la conveniencia de no invitar a regímenes totalitarios y dictatoriales como Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Algunos países como México, Bolivia, Panamá y Chile han abogado por la presencia de los dictadores en ese foro.

Sin embargo, Ortega lo rechazó con una alusión soez en su discurso del 18 de mayo.

“Olvídense, no nos interesa estar en esa Cumbre, no nos interesa. Ir a esa Cumbre es ir a llenarse, sí, es ir a llenarse ya sabemos de qué. Sí, esa Cumbre no enaltece a nadie, más bien ensucia, embarra”, dijo Ortega.

Lea más: Cinco impresiones y mentiras en el último discurso de Daniel Ortega

¿Estrategia narrativa antimperialista?

¿Puede ser considerada esta frase de Ortega como verdadera o falsa? Para el exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, las acciones de Ortega van en sentido contrario a lo que pregona en sus discursos, según un extenso artículo de opinión publicado en Infobae el pasado 10 de mayo y declaraciones a la Voz de América el pasado 19 de mayo.

McFields expone que las relaciones entre Estados Unidos y Nicaragua “fueron, son y quizás seguirán siendo las más importantes de esta hermosa tierra de lagos, volcanes y dictaduras bananeras. Esto no ha cambiado ni cambiará, es asunto de historia, geografía, comercio, vínculos familiares, políticos e incluso el deporte rey de Nicaragua: el béisbol”.

De acuerdo al exembajador, que denunció los abusos de derechos humanos del régimen ante el seno de la propia OEA, por razón ideológica los sandinistas “siempre han querido negar, al menos en público, esta importante e indivisible relación”.

“Con este fin suelen desempolvar la vieja y mohosa narrativa de ‘el imperio’, ‘el enemigo de la humanidad’ y todas esas historias que ya nadie cree, pero que a veces resultan útiles para avivar a la cada vez más descontenta y erosionada base del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)”, dice McFields.

El diplomático disidente señala, como evidencia de la contradicción entre el discurso de Ortega y las acciones del régimen, la reciente revelación de The New York Times que informó que Laureano Ortega Murillo, hijo de la pareja presidencial Daniel Ortega y Rosario Murillo, fue designado para buscar un acercamiento con Estados Unidos.

De acuerdo a la versión, el objetivo era tratar de negociar la libertad de los presos políticos del régimen Ortega-Murillo a cambio de retirar las sanciones impuestas a su familia y círculo de funcionarios.

Lea además: ¿Es el régimen de Nicaragua respetuoso de los valores cristianos?

Silencio de la familia Ortega-Murillo

En Nicaragua, la familia Ortega-Murillo que ostenta el poder desde 2007, no negó ni confirmó la revelación periodística del prestigioso medio estadounidense.

Al contrario, la administración del presidente estadounidense Joe Biden reconfirmó el esfuerzo secreto de los sandinistas, al señalar a la Voz de América la versión de “mantenemos un rango de comunicación bilateral con el régimen” desde el Departamento de Estado con la residencia Ortega-Murillo en El Carmen, Managua.

Aunque se desconocen los detalles de ese acercamiento, fuentes diplomáticas estadounidenses confirmaron que la gestión se detuvo por decisión del régimen sandinista.

McFields reiteró a ese medio sus razones del porqué de este acercamiento inconcluso de Ortega a la Casa Blanca, que ocurrió entre febrero y marzo de este año: “Simplemente se dejaron en ‘standby’, porque el régimen no quiere dinamitar puentes”.

La tesis del exembajador es que a Ortega, su familia y su círculo de funcionarios y aliados sí le importan las relaciones económicas y comerciales con Estados Unidos para hacer negocios.

Posterior a esa revelación periodística en torno a la misión de Laureano Ortega, el sitio Café con Voz, medio aliado de Expediente Público, reveló que tres miembros de la familia Ortega-Murillo ingresaron este mes a Estados Unidos desde Panamá, después de haber salido con permiso especial de Nicaragua.

Yadira Leets, exesposa del sancionado hijo de la pareja presidencial, Rafael Ortega Murillo, salió de Nicaragua junto a dos hijas a Panamá y luego a Estados Unidos, a donde ingresaron con pasaporte diplomático, pese a que en noviembre de 2021 ese país sancionó a toda la familia de la pareja presidencial, impidiéndoles ingresar a su territorio.

Relación tormentosa con Estados Unidos

“Ellos dicen que odian al imperio, pero no pueden vivir sin el imperio», opinó McFields, haciendo referencia a la importancia de los vínculos con Estados Unidos para la economía nicaragüense y al levantamiento de sanciones contra la familia Ortega-Murillo, que les impide obtener beneficios de ese mercado.

La decisión de Estados Unidos de excluir de la Cumbre de las Américas a Nicaragua y Venezuela fue ratificada este 26 de mayo por el coordinador del evento, Kevin O’Reilly, quien dijo ante un comité del Senado que no serán invitados porque «no los reconocemos como un gobierno soberano»

En su discurso del 18 de mayo, Ortega había señalado que las cumbres organizadas por Estados Unidos son “para conspirar contra los mismos pueblos latinoamericanos y caribeños”.

Historia de las Cumbres

Sin embargo, a la luz de los antecedentes de estas cumbres, en las que Nicaragua siempre ha participado y Ortega asistido, la acusación del caudillo sandinista puede considerarse falsa al analizar la historia, los objetivos y razones de estas reuniones.

Las Cumbres de las Américas son las reuniones de jefes de Estado y de gobierno de los países de América que tienen lugar desde 1994, para tratar temas diplomáticos y comerciales de importancia a nivel continental.

La Cumbre de 1994 fue organizada por el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton y fue la primera cumbre hemisférica desde 1967, cuando Uruguay acogió a la mayoría de los líderes de la región, pero no incluyó a Canadá ni gran parte del Caribe.

Las cumbres periódicas posteriores han tenido lugar, a un ritmo aproximado de una cada tres años, en: Santiago de Chile (1998), Ciudad de Quebec, Canadá (2001); Mar del Plata, Argentina (2005); Puerto España, Trinidad y Tobago (2009); Cartagena, Colombia (2012); Ciudad de Panamá, Panamá (2015) y Lima, Perú (2018).

Se celebraron cumbres especiales en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia (1996) y Monterrey en Nuevo León, México (2004).

Según la Organización de Estados Americanos, OEA, que actúa como secretaría técnica de las cumbres, “los jefes de Estado y de Gobierno del Hemisferio se han reunido periódicamente para discutir preocupaciones comunes, buscar soluciones y desarrollar una visión compartida para el desarrollo futuro de la región, ya sea de carácter social, económico o político”.

“Este proceso, conocido como las Cumbres de las Américas, es vital para establecer y alcanzar metas en el Hemisferio, y es de esa forma como la OEA recibe la mayoría de sus mandatos», señala.

Lea también: Migración incontenible: 284 mil nicaragüenses abandonaron el país desde 2018

Datos a ser tomados en cuenta

La economía de Nicaragua depende en gran parte de Estados Unidos, el principal país a donde van la mayoría de sus exportaciones, según datos oficiales estadounidense.

Un reporte de febrero de 2022 del Buró de Análisis Económico del Departamento de Comercio de los Estados Unidos de América (BEA), reveló que 2021 fue un año récord en las exportaciones desde Nicaragua, al sumar US$4,651.3 millones.

De acuerdo al reporte del BEA, las exportaciones en 2021 superaron en 30.5% a las del año anterior, las que sumaron US$3,562.9 millones, afectadas por el impacto global de la epidemia por covid-19, que provocó confinamientos en los Estados Unidos, cierre de negocios y afectación a la cadena de suministros.

Los beneficios de esa relación comercial con Nicaragua los vive recordando permanentemente la embajada de Estados Unidos en Managua, mediante la publicación de exportaciones de productos nicaragüenses a los mercados de su país.

El más reciente de ellos fue el pasado 19 de mayo vía Twitter: “Estados Unidos importa cerca del 80% del oro producido en Nicaragua. El oro es uno de los principales productos de exportación en términos de valor — totalizando $942 millones en 2021 — y los ingresos por su exportación han crecido más de 150% desde 2017”.

Migración y remesas

Junto a estos mensajes recordatorios de la importancia de la relación comercial, la sede de Estados Unidos en Managua también reproduce una campaña para desalentar la migración ilegal nicaragüense a territorio estadounidense, que ha aumentado desde el inicio de la represión sandinista en 2018.

Según investigaciones periodísticas de Expediente Público, aproximadamente 284 mil nicaragüenses han abandonado el país desde el recrudecimiento de la represión sandinista a causa de las protestas sociales.

Producto de la violencia estatal, al menos 355 personas fueron asesinadas, más de 2,000 heridas, cientos de detenidos, desaparecidos, torturados y enjuiciados y cientos de miles han huido del país.

Producto de este boom migratorio desde el 2018, el envío de las remesas se ha incrementado en Nicaragua: de 1,390.8 millones de dólares recibidos en 2017 a 2,146.9 millones de dólares en 2021.