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Migración incontenible: 284 mil nicaragüenses abandonaron el país desde 2018 

*Registros oficiales recopilados por Expediente Público indican una diáspora imparable. Ha emigrado alrededor del 4 por ciento de la población de nicaragüenses desde el estallido de la crisis social, política y económica.  

**Partidarios del FSLN empiezan a abandonar el barco del régimen para marcharse a lo que llaman “el imperio yanqui”. 

***Régimen de Daniel Ortega se beneficia del exilio con divisas frescas de las remesas que superan las exportaciones a EE.UU., y duplican la inversión directa.


Expediente Público

Centenares de nicaragüenses abandonan el país cada día, sobre todo en dirección a Estados Unidos, que se ha convertido desde finales del año pasado en la principal ruta de escape de miles de familias. 

La cifra total de migrantes y solicitantes de refugio alcanzó los 284,813 entre 2018 y febrero de 2022, empujados por las salidas a Estados Unidos y Costa Rica, así como en menor grado a España, Panamá y México, verificó Expediente Público en las estadísticas migratorias de cada país, aunque algunos reportes carecen de ciertos datos mensuales. 

La cifra de exiliados y migrantes nicaragüenses se ha triplicado en poco más de un año. La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas (Acnur) actualizó por última vez sus datos en enero de 2020, previo a la pandemia de la Covid-19 que cerró fronteras en todo el mundo. Hasta entonces se reportaron 108 mil personas desplazadas en todo el mundo, de origen nicaragüense, casi un tercio de la cifra actual.

Migración hacia Estados Unidos 

Entre octubre de 2018 y febrero de 2022, un total de 131,824 nicaragüenses fueron detectados por las patrullas fronterizas de Estados Unidos, pero solo hay 12,235 solicitudes de asilo en las cortes de inmigración, según el Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC) de la Universidad de Siracusa.  

La mayoría de nicaragüenses se están quedando ilegalmente en Estados Unidos, lo cual, según activistas nicaragüenses en la diáspora, se debe a que muchos no tienen un caso legítimo de asilo, por la falta de información o carecen de dinero para pagar un abogado, que puede cobrar hasta 7,000 dólares por llevar los trámites.  

Otoniel Soza, enlace en Indiana de la Alianza de Derechos Humanos Nicaragüense-Estadounidense (Nahra, por sus siglas en inglés), afirmó que muchos de los recién llegados no son perseguidos políticos, sino, llegan por razones económicas.

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La mayoría son jóvenes campesinos, también mujeres y niños. “La gente que se está viniendo a Estados Unidos viene de las áreas rurales de Nicaragua, de Jinotega y Matagalpa. Quienes viven en las ciudades, en las zonas urbanas, no tienen tanto conocimiento o incluso conectividad constante de cuáles son las necesidades de esta gente. Por ejemplo, si en Managua el costo de la vida está caro, ahora imagínate en una de las zonas aledañas, pues en las zonas montañosas y en áreas rurales llevar comida es más caro”, indicó. 

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“Estamos hablando de gente que gana en Nicaragua, por trabajar el machete, entre 100 y 200 córdobas, los que esa persona gana al día”, dijo Soza. 

Carolina Sediles, de Nahra-Arizona, manifestó a Expediente Público que las principales zonas expulsoras de migrantes en Nicaragua están en León y Jinotega. Madres y esposas de migrantes explican que ya la situación económica sobrepasa la cuestión política.  

“Hubo un mensaje del presidente Joe Biden, de puertas abiertas, que coincidió con la situación económica de Nicaragua, que se ha agravado. Por otro lado, tenemos un problema de coyotes y seudocoyotes que ofrecen algo que no pueden cumplir: llegar a “Estados Unidos y que te otorguen asilo”, dijo Sediles. 

Está llegando información falsa a Nicaragua, no siempre se puede llegar a Estados Unidos, te pueden regresar a México o deportar de inmediato, aseguró. 

Por otra parte, la activista señaló que la mayoría de migrantes no entienden que cuando la patrulla fronteriza los deja ingresar no está solicitado aún su asilo. Asumen que ya está hecha la petición, pero en realidad lo que reciben es una orden de deportación y tienen que acudir al Servicio de Inmigración (ICE) y a la primera audiencia de la corte. 

Costa Rica, segundo destino 

El segundo destino de los nicaragüenses es ahora Costa Rica, donde 121,850 aplicaciones de refugio se solicitaron de 2018 hasta febrero de 2022. El éxodo al sur continúa, en los dos primeros meses del 2022, un promedio diario de 80 originarios de Nicaragua pidieron este estatus.

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Por otra parte, como tercer destino de migración y refugio está la Unión Europea, particularmente España, donde 13.680 nicaragüenses han solicitado refugio entre 2018 y 2021. 

Panamá y México son los siguientes destinos para los nicaragüenses que piden refugio. En cifras oficiales, en el País Canalero, datos parciales de 2018 a 2021 indican que 8.077 nicaragüenses pidieron estatus de protección, mientras, en México, 8.032 a febrero de 2022. 

Sandinistas abandonan el barco  

Manuel Orozco, director del Programa Migración, Remesas y Desarrollo de la fundación Diálogo Interamericano, explicó a Expediente Público que “la magnitud de la migración se explica por el deterioro de las condiciones económicas y políticas del país. Es decir, se está yendo gente que ve su situación económica desmejorada y ven que la economía va a empeorar, no creen en el gobierno, porque esperan fraude, saben que no es legítimo y viven con miedo”. 

A lo interno, en Nicaragua es señalada la salida de familiares de funcionarios públicos de todos los niveles.  

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Orozco señaló que hay muchos funcionarios o familiares de estos que están saliendo silenciosamente para evitar represalias contra sus parientes que se quedan.  

“Algunos están viajando a Estados Unidos y mantienen ‘bajo perfil’. Al final, lo que está ocurriendo es que el círculo de poder se está achicando y la oferta clientelista no está creciendo y el costo de quedarse y continuar siendo progobierno está creciendo”. 

“Una razón de esto se debe a que muchos ven una fecha de vencimiento en el envejecimiento de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y en la capacidad de mantener ese control político de manera sostenida, por lo que están huyendo calladamente”, sostuvo. 

Sandinistas también se van

Otoniel Soza, de Nahra en Indiana, coincide con Orozco. Para él la notable deserción del embajador de Nicaragua en la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields Yescas, es solo una señal de lo que ocurre silenciosamente en las bases sandinistas. 

En Indiana, hace cinco años, eran contados los nicaragüenses, pero ahora es fácil encontrarlos en tortillerías o tiendas mexicanas. Soza menciona que durante un evento reciente de exiliados reconoció a cinco sandinistas, un extrabajador de la Alcaldía de Río Blanco, un profesor de Siuna y una miembro de los Consejos del Poder Ciudadano (CPS), el órgano de vigilancia sectorial del Frente Sandinista. 

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“Los nicaragüenses que hemos estado a este lado de la escena política tenemos que prepararnos también porque van a seguir viniendo más de los que han estado con el régimen”, a los cuales podrían recibir siempre que no estén involucrados en crímenes de lesa humanidad, sugirió Soza. 

Carolina Sediles enfatiza que “la misión nuestra es específicamente con los perseguidos políticos. Si alguna vez intentaron contactarnos, (pero) no presentan evidencia, les decimos que no se puede, no llegamos a fondo para saber si fue funcionario o hijo de éste”. 

Los reportes de personas originarias de Nicaragua son de pequeñas comunidades, donde identifican a los funcionarios o sus familiares que postean sus fotos en las redes sociales. Algunos no dejan de identificarse con el partido de Daniel Ortega, a pesar que huyeron de Nicaragua, aseguró Sediles. 

En un intento por conservar algún respaldo, la planilla del Gobierno no ha dejado de aumentar: pasó de 108,208 en 2017 a 110,811 en 2018, en plena crisis. Posteriormente llegó a 111,710 y 112,598 en 2019 y 2020, respectivamente. No hay cifras oficiales de 2021.

Sin embargo, para el nicaragüense promedio las oportunidades de empleo no aparecen. Según cifras del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), se perdieron 200,000 plazas entre 2019 y 2020. 

Régimen beneficiado con las remesas 

El Gobierno de Nicaragua ha compensado la pérdida de la cooperación internacional con incrementos notables en la recepción de remesas, que ahora representan el 16% del producto interno bruto. En 2017 representaban el 10%. 

En comparación, la inversión extranjera directa de 2021 rondó los 1.200 millones de dólares, mientras las remesas alcanzaron 2.146 millones de dólares, cifra incluso superior a las exportaciones del año pasado a Estados Unidos, el principal socio comercial, cuyo monto total fue de 1.754 millones de dólares. 

Orozco indicó que “aunque no es intencional, es conveniente para el régimen la salida de personas, porque es un beneficio doble, una válvula de escape ante el desempleo y el aumento de la informalidad, y una entrada de dinero cada vez que estas personas que emigran envían dinero”. 

“El beneficio es doble, el régimen no tiene que invertir en reactivación económica, y la renta tributaria generada por los impuestos de quienes reciben remesas, crece. Solamente en el impuesto de valor agregado las remesas contribuyen en un 15% de la renta tributaria del país”, continuó argumentando. 

El experto señaló también que la mayoría de las personas que entran a Costa Rica o a España están solicitando asilo o refugio, muchos otros en Estados Unidos, y sus casos serán atendidos durante el año. La aprobación de asilo no es automática pero generalmente Estados Unidos y Costa Rica aprueban más del 50% de los casos de nacionalidad nicaragüense.