Migrantes venezolanos en Honduras

El triste recorrido de los migrantes venezolanos en Honduras

* La falta de oportunidades en Venezuela es la principal causa por las que más de 7 millones son migrantes venezolanos o refugiados.

**La temporada navideña debería servir como reflexión de compartir, tener empatía y ayudar a grupos vulnerables.

***Unos 54 mil venezolanos han ingresado a Honduras este año buscando llegar a Estados Unidos.


Sharon Ardon /Expediente Público

Fuera de su patria, sin techo, dinero y a veces sin alimento, miles de venezolanos pasaron las festividades navideñas en Honduras hasta donde han llegado estos meses luego de una travesía en la que ha estado en riesgo su vida a cambio de lograr un futuro mejor en otro país.

“No es nada fácil emigrar; dejar a su familia, padre, personas con las que has crecido, abuelos, bueno prácticamente toda tu familia y te toca emprender tu camino porque a medida uno va creciendo, uno crea un propósito, pero si ese propósito no lo puedes conseguir en tu país, uno tiene que buscar la manera de emigrar”, resumió Jorge Jurado ante Expediente Público.

Venezuela atraviesa una de las principales crisis de desplazamiento del mundo debido a la problemática socioeconómica desde la llegada del chavismo al poder por lo que muchos toman la difícil decisión de dejar todo en su país para emprender su camino con el anhelo de llegar a los Estados Unidos y mejorar el futuro de su familia.

Las festividades decembrinas como Noche Buena y Año Nuevo se tornan llenas de nostalgia y con muchas ausencias familiares en las mesas de los hogares venezolanos, pero también se comparten con familiares risas, lágrimas y buenos deseos a través de videollamadas.

Los venezolanos por Honduras cargan sobre su pecho carteles con la bandera de Venezuela para poder identificarse de otros migrantes.

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Travesía de terror

Los migrantes venezolanos, que en su mayoría son jóvenes que se muestran enérgicos y risueños al estar en Tegucigalpa, la capital de Honduras, coincidieron en que lo más difícil que les ha tocado vivir en su travesía ha sido el estar atrapados en el conocido “tapón del Darién”, un peligroso paso selvático entre Colombia y Panamá.

“Esa es una cosa de locos, es un infierno ahí en esa selva, hay personas que mueren, niños que se ahogan”, expresó Aliss Mar Lobera, quien cargaba en sus brazos a su pequeña hija.  

De igual forma, los migrantes relataron el temor por los insectos y animales peligrosos que se pueden encontrar, se sentía temor por las personas, que, según contaron, en algunos casos no muestran humanidad ni empatía, solo recelo y otras veces se aprovechan de los inmigrantes.

Denuncia de maltrato

Después de salir del “infierno verde” de Darién, los migrantes contaron a Expediente Público, cómo algunos funcionarios de migración les dieron maltrato en Panamá. “Cuando yo estaba ahí vi cuando los funcionarios que decían ser de migración, le tiraron gas pimienta a una bebé en la cara”, denunció la venezolana, María Rodríguez de 28 años, quién emigró junto a su esposo y sus dos hijos.

Rodríguez relató que “nos trataban como animales”, e incluso no tenían dónde dormir y criticó que se cobren 40 dólares en gestiones administrativas para dejarlos continuar sus viajes.

Llamado a un trato digno y humanitario

Alejando Meneses, un migrante venezolano que ha residido en Colombia y quien habla con una mezcla de acentos, se mostró con recelo ante Expediente Público pero, en el transcurso de la entrevista, explicó que las experiencias lo han endurecido hasta hacerlo desconfiado para evitar que se aprovechen de él.

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“Hay gente que te quiere tratar mal, que te quiere humillar y tratar como perro”, pero yo les podría decir que “acuérdense que todos somos seres humanos, primeramente, todos estamos hechos por Dios estamos en la misma tierra, que no porque seamos de diferentes nacionalidades tengan un trato malo hacia nosotros”, expresó.

El abogado defensor de los derechos humanos Wilfredo Méndez, analizó que en muchas ocasiones se distorsiona la percepción que tenemos ante los migrantes porque por ejemplo “la población en general cuando mira un migrante en la calle que va transitando o que está pidiendo, no se le ve como una persona que está caminando en pos de la esperanza, buscando una vida digna para su familia, sino que lo ve como una amenaza y es doloroso”, declaró.

De coyuntura: Cuba, Nicaragua y Venezuela son las maquinarias autoritarias que producen mayor migración.

Agregó que “migrar es un derecho y en ningún momento es un crimen la migración”. En ese sentido explicó que “las políticas de los Estados deben de cambiar de una visión meramente de seguridad, a una visión de derechos humanos”.

Honduras, país aliado de los migrantes

En contraste con Panamá, los migrantes entrevistados agradecieron el trato que les han brindado en Honduras. “Aquí gracias a Dios nos han tratado bien, hay personas que nos han brindado mucho el apoyo para que nosotros sigamos adelante y bueno, excelentes personas que también hemos conocido”, expresó la venezolana de 22 años de edad, Jacqueline Zacarías.

Según las estadísticas del Instituto Nacional de Migración (INM) en Honduras, se registra el ingreso y tránsito en el territorio hondureño de un total de 54,929 migrantes venezolanos desde el primero de enero al 20 de diciembre del 2022.

Asistencia psicológica a migrantes

Profesionales en el área de la sicología abordados por Expediente Público, sugieren a las autoridades competentes en el tema de los migrantes, brindar atención psicológica a los mismos durante estas épocas navideñas, en donde afloran aún más los sentimientos y emociones.

Núcleos familiares completos de venezolanos son vistos en los semáforos de la capital de Tegucigalpa, Honduras, pidiendo dinero para comida, estadía y los gastos en su travesía hacia EE.UU.

El sicólogo, Felipe Maldonado expresó que una persona al tomar un rumbo hacia un futuro incierto, “es algo desfavorable para ellos” que terminará desencadenando en alguna “inestabilidad emocional”.

“La Navidad trae la melancolía, la añoranza de la falta de esperanzas hacia un futuro incierto, el no contar con la familia, con los amigos, el no poder disfrutar en casa de una cena en familia. Esto genera tristeza y bastante depresión en las personas desplazadas”, refirió, por lo cual es “importantísimo” que se les brinde atención sicológica.

Al igual que Maldonado, el también sicólogo, Antonio Escobar explica que “el impacto del cambio a un nuevo país y cultura, causa una angustia y tristeza significativa” y considera que no está de más que estas personas, en condición migrante, reciban un apoyo profesional para que, en consecuencia, puedan adaptarse y aprovechar positivamente el cambio.

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Llamado a la solidaridad

El director del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC-SJ), centro de acción social jesuita, Ismael Moreno lamentó ante Expediente Público la situación de los migrantes venezolanos que “en estas navidades van a vivir en carne propia ese abandono, discriminación y esa soledad”.

“Expreso nuestra solidaridad con esta población y llamo a que crezca nuestro compromiso como iglesia y como sociedad para que estas poblaciones en su tránsito pueden recibir dignidad y un trato digno”, dijo.

El padre Moreno hizo la invitación tanto a la iglesia, como a la sociedad hondureña a que presencien una Navidad en familia, pero que también se incorpore a “esa población en tránsito para que puedan tener una experiencia positiva”, reflexionó.

Los ciudadanos hondureños muestran solidaridad para con los migrantes venezolanos, en cambio las autoridades prefieren ignorar la crisis migratoria.