Óscar Estrada, autor de Tierra de Narcos en Honduras

Investigador Óscar Estrada: «hay interés del narcotráfico para que nada cambie» en Honduras

**En Honduras hay una sociedad sumamente desesperada porque siente que las instituciones judiciales no actúan a su favor, opinó también Óscar Estrada, quien publicó el libro Tierra de narcos: cómo las mafias se apropiaron de Honduras”. 


Expediente Público

Aunque en el actual gobierno de Honduras hay un discurso y una retórica de querer combatir el narcotráfico, en la práctica no hay intención de generar cambios, dijo en entrevista con Expediente Público el escritor, abogado y periodista Óscar Estrada. 

El comunicador, radicado desde hace un tiempo en Estados Unidos, visitó recientemente la capital hondureña, Tegucigalpa, y participó en un foro para hablar de su libro “Tierra de narcos: cómo las mafias se apropiaron de Honduras”, el cual escribió tras un proceso de varios años, motivado porque había mucha desinformación o la información disponible sobre la compleja red del narcotráfico estaba incompleta a pesar de que trasciende cincuenta años en la historia de Honduras. 

El propósito de su libro -afirma Estrada- es que sea una herramienta para que los distintos actores, pensadores y tomadores de decisiones puedan abordar esa problemática que ha colocado a Honduras como uno de los países más filtrados por el narcotráfico, aunque a su criterio se trata también de un fenómeno continental “del que no se puede escapar por nuestra condición geográfica, política y social, y que nos obliga a ampliar el argumento y la discusión”. 

Lea también: “El único delito mío fue haberme metido contra Juan Orlando”: Santos Rodríguez Orellana 

Del control militar a los carteles civiles 

Una de las tesis de su libro es que el narcotráfico va a establecer conexión directa con quien controla el territorio que necesita utilizar para el comercio ilícito. 

En Honduras, primero fueron los militares, durante cuyo poderío ocurrió un hecho sangriento que Estrada menciona al inicio del libro: el asesinato del matrimonio Mary y Mario Ferrari en 1978, “y esta relación que hubo con el narcotráfico y las Fuerzas Armadas en ese momento”, que eran las que controlaban el territorio. 

Siguieron los años de 1980, con la contrarrevolución nicaragüense, que jugó también un papel dentro del narcotráfico con la participación de la CIA en el escándalo conocido como Irán-Contras, y en el que tuvo también participación el capo hondureño Ramón Matta Ballesteros. 

Susbríbase al boletín de Expediente Público y reciba más información

La política y la corrupción

Después de la Guerra Fría en los años 1990, el papel de los militares va cambiando -dice Estrada- según la necesidad de Estados Unidos en el control del territorio. Luego aparecieron carteles civiles y a partir del huracán Mitch, en 1998, cambian las relaciones de poder en Honduras “y vemos cómo entran ya directamente en una relación estrecha con la política”.  

Para ello se aprovecharon de ciertas reformas electorales que se dieron en los primeros años del siglo XXI, que abrieron la puerta para que el dinero del narcotráfico se filtrara en las campañas electorales, reseña el escritor. 

En Honduras, para ser electo en un cargo de elección popular no se requiere más que dinero y para ser diputado el costo es de uno o cuatro millones de lempiras, apuntó. 

“Las personas que tienen esa cantidad de dinero para disponer en campaña son muy limitadas en el país y definitivamente el narcotráfico ha entrado ahí, ha entrado en esas campañas”, y para acabar con eso hay que cambiar la forma en que se eligen a los representantes en el Congreso Nacional y en las alcaldías, opinó.

Relación con las fuerzas políticas 

Para Estrada, lo que garantiza la supervivencia de los carteles es su capacidad para establecer relaciones con las fuerzas políticas y de facto, controlar el territorio y transformarse y mutar. 

“Estamos seguros entonces que el narcotráfico en Honduras ha mutado considerablemente dentro de los últimos cinco o diez años”, afirma. 

De allí que, si bien tras la extradición del expresidente Juan Orlando Hernández ha habido una reconfiguración de las redes del narcotráfico, también cree que esta se dio incluso mucho antes de ese hecho, porque “los carteles en Honduras nunca han estado controlados por una sola cabeza, siempre han sido diversos actores los que han formado parte en distintos momentos”.  

Aunque se ha demostrado que dentro del Partido Nacional hay actores políticos involucrados en el narcotráfico, consideró que esa relación tiene que ver más con que ellos han ejercido el poder durante los últimos doce años y el narcotráfico no necesita aliarse con personas o instituciones que no tienen poder, porque entonces “qué está consiguiendo a cambio, si lo que necesita es precisamente esa facilidad para poder garantizarle el movimiento de la droga”.   

«Narcodictadura» como campaña

En ese sentido, consideró que el término “narcodictadura” del que hizo uso el actual partido Liberad y Refundación (Libre) durante su campaña política, e incluso ahora que está en el poder, se sigue utilizando a nivel electoral, para esforzarse en señalar que el problema del narcotráfico era con el Partido Nacional específicamente. 

De allí que “estamos seguros que habrá otras personas de los otros partidos que estén en el poder, en este caso el partido Libre, que se verán vinculados” con esas estructuras por una cuestión casi de lógica, ya que “el cartel los necesita y el recurso económico que está distribuyendo es demasiado grande para poder hacerle frente con una cuestión puramente ética o de valores y moral como se ha querido presentar”. 

Le puede interesar: Nueva Corte Suprema de Justicia ya es señalada de ilegalidades 

Partido Libre y el cambio 

Estrada recordó que también en el partido Libre y el Partido Liberal hay personas que han salido vinculadas en determinado momento con el narcotráfico, y que estas a su vez estaban relacionadas de alguna forma con el poder, ya sea porque eran alcaldes o diputados. 

“Tenemos viejas denuncias que vinculan al hermano del presidente (Manuel) Zelaya con ciertas estructuras del narcotráfico, de la cual se habla ya muchas veces y ellos han desmentido también muchas veces”, en alusión al actual diputado Carlos Zelaya, miembro también de la Junta Directiva del Congreso Nacional. 

Aunque en este gobierno hay una intención de querer dar la vuelta a la página y señalar que el tema del narcotráfico era del gobierno anterior, “yo no he visto hasta el momento más que discursos, más que retórica” sobre el combate del narcotráfico. 

Para el caso, mencionó que la recién electa presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Rebeca Lizette Raquel Obando está presuntamente vinculada a esas redes “y ha sido mencionada con estos intereses también, no una, sino que varias veces”, lo que muestra que todavía hay una activación muy sólida por parte de estas estructuras en ese poder del Estado. 

Óscar Estrada no ve interés real

En ese sentido, analizó que “mientras ellos están diciendo que hay un interés para poder combatirlo, no hay en la práctica realmente la intención de generar cambios, porque lo mismo que favorece la entrada del narcotráfico en la política favorece el control político de los caudillos, entonces hay una relación de mutuo interés en el narcotráfico y los caudillos de los partidos principales, Partido Nacional, Partido Liberal, partido Libre, para que nada de esto cambie”. 

El escritor hondureño sostuvo que los personajes que se vinculan en el narcotráfico y que han sido judicializados son la punta del iceberg y que debajo de ellos hay toda una estructura que termina constantemente reemplazándose. 

“Usted corta la cabeza hoy y mañana tiene tres, cuatro carteles que aparecen y que empiezan a pelear también esos viejos mercados porque el flujo no se ha parado, el consumo no ha cambiado en Estados Unidos y Europa ahora también”. 

Además, Honduras ha pasado de ser un país de tráfico, a ser además productor “y eso muestra también la gran diferencia que hay en nuestro contexto actual”.

Óscar Estrada, autor de Tierra de Narcos en Honduras

Ministerio Público y CICIH 

Para Óscar Estrada, el Ministerio Público, que este año elegirá al nuevo fiscal general y fiscal adjunto, es de las claves para garantizar la operatividad y la impunidad dentro del crimen, “entonces nos tocará a nosotros poner atención de quiénes son los candidatos y escudriñar en todos estos vínculos que pueden tener estas personas o familiares de estas personas”. 

Recordó que a veces ese vínculo no viene directamente del funcionario electo o del candidato, sino que son sus hermanos, primos, sobrinos o hijos los que están emparentados o vinculados con el narcotráfico “y es algo que tenemos que poner atención como sociedad”. 

Sobre la posible instalación de una Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH), Estrada dijo esperar que tal proyecto constituya realmente un cambio en la forma de hacer justicia. 

Honduras “es una sociedad sumamente desesperada porque siente que las instituciones judiciales no actúan en su favor”, indicó. 

Lamentablemente, partiendo de la experiencia en Guatemala, “vemos cómo las élites políticas y criminales siempre actúan para debilitar este tipo de instancias que a la larga les afecte sus intereses”. 

Estos grupos tienen suficiente dinero para hacer colapsar cualquiera de estos proyectos, “entonces requerirá mucha voluntad, mucha participación de la sociedad civil, de la comunidad internacional, para que esto se imponga a pesar de que las élites políticas y económicas de este país no quieren en la práctica que esto suceda”.