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La influencia mediática china en América Latina crece con las mismas tácticas de intimidación

*El gobierno chino y grandes corporaciones llevan a grupos de periodistas de visita a China. La condición es que publiquen noticias positivas a su regreso.

**Personal de las embajadas chinas hacen llamadas a los medios para controlar lo que se debe publicar o refutar noticias desfavorables para su país o sus empresas.


Expediente Público

Los esfuerzos de influencia china en los países latinoamericanos van en aumento a través de las mismas tácticas de intimidación que en el resto del mundo, así como con acuerdos de cooperación con medios chinos, invitaciones de viajes de periodistas y campañas de desinformación.

Esa es la conclusión del informe “La influencia mediática global de Beijing: la expansión autoritaria y el poder de la resiliencia democrática”, publicado por Freedom House y que analiza la situación en 30 países del mundo, incluyendo siete en América Latina: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Panamá, Perú y México.

“En todos los países estudiados, los diplomáticos chinos o los medios de comunicación estatales promovieron abiertamente falsedades o contenido engañoso para los consumidores de noticias”, explicó Ellie Young, analista de investigación de Freedom para China, Hong Kong y Taiwán, en declaraciones a Expediente Público.

En la mitad de los países examinados, -agrega- los diplomáticos chinos u otros actores vinculados a Beijing “tomaron medidas para intimidar, hostigar o presionar a los medios en respuesta a la cobertura crítica. Beijing ha promovido activamente su propio estilo de ‘periodismo positivo’, no crítico sobre los hechos”.

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En los siete países latinoamericanos que fueron evaluados por Freedom House también hay un patrón de una ofensiva de influencia de la República Popular China en medios, con el fin de multiplicar su propaganda y su narrativa.

Esa ofensiva incluye la difusión masiva de propaganda china a través de acuerdos entre medios estatales chinos y medios locales, generalmente gubernamentales. 

“El nuevo proyecto de Freedom House encuentra que el Partido Comunista Chino (PCCh) ha recurrido a tácticas más sofisticadas, encubiertas y agresivas para influir en la forma en que se presenta en los medios de comunicación de todo el mundo y para moldear la opinión pública, mantener el poder y promover sus prioridades políticas en el exterior”, advirtió la analista Young.

Acuerdos de cooperación

En América Latina medios de comunicación estatales chinos, como China Global Television Network (CGTN), China Radio International (CRI), la revista China Hoy y el periódico China Daily, así como la agencia de noticias Xinhua han renovado acuerdos de cooperación con medios públicos en Argentina, Brasil, Chile, México, Panamá, y Perú. En algunos de estos países incluso hay medios privados que reproducen esos contenidos.

En Argentina, la embajada china mantiene vínculos estrechos con una variedad de grupos de medios, académicos, líderes políticos y personas influyentes. Publicó docenas de artículos firmados, concedió entrevistas a medios locales y realizó sesiones informativas con los medios para difundir las narrativas preferidas de Beijing sobre temas particulares.

El contenido de China Global Television Network, difundido por la agencia de noticias venezolana TeleSUR, también llegó a audiencias de izquierda en Argentina.

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Actividad intensa en Brasil

De acuerdo el informe de Freedom House, en Brasil los medios estatales chinos y los diplomáticos se volvieron más proactivos al responder a los comentarios de los líderes locales. Además, suelen refutar lo que ven como declaraciones «erróneas» sobre temas sensibles, como la independencia de Taiwán o la eficacia de las vacunas chinas.

También aumentaron la presencia en los medios estatales. China Radio International, China Central Television, China News Service y la agencia oficial de noticias Xinhua tienen oficinas regionales en Brasil.

Una editorial propiedad del Partido Comunista Chino (PCCh) trabaja con socios locales para publicar el periódico “China Hoje” en Brasil.

Además, la programación de la televisión estatal china está disponible para las audiencias brasileñas a través de acuerdos de coproducción y uso compartido de contenido con las principales emisoras locales, incluidos los medios públicos.

China Daily ha pagado para publicar “publirreportajes” en los principales periódicos: Folha de Sao Paulo, Editora Globo y Correio Brasiliense.

El embajador chino en Brasil ha promovido narrativas falsas o engañosas sobre los derechos humanos en China. También usó su plataforma para opinar sobre temas de noticias locales, y algunos de sus comentarios circularon ampliamente.

Resisten el poder mediático chino

En contraste, la huella mediática de Beijing en Colombia es pequeña, debido en parte a los vínculos históricamente estrechos del país con los Estados Unidos y, hasta hace poco, a su relación limitada con China.

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En México, la huella mediática de Beijing ha crecido en los últimos años. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por aumentar la cooperación con los socios de los medios locales, su audiencia sigue siendo pequeña. Esto a pesar de involucrar iniciativas regionales, como la “China-Latin America and the Caribbean Media Action”.

En Panamá, los esfuerzos de influencia han sido constantes, particularmente después de la oleada de actividad en 2017-2018 luego del cambio en las relaciones diplomáticas. El contenido producido por el Estado chino estuvo ampliamente disponible en los medios locales y los diplomáticos chinos han sido muy activos en las redes sociales.

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En Perú, Freedom House encuentra que la huella mediática de Beijing es el resultado de una estrategia cuidadosa que se beneficia de una expansión anterior de la cooperación mediática.

Los proveedores locales de televisión por cable y satélite transmiten China Global Television Network y China Central Television. Los medios peruanos distribuyeron contenido pro-Beijing a través de inserciones especiales, artículos firmados y la revista China Hoy.

Viajes de prensa subvencionados

Otra forma de influencia de China en América Latina son los viajes de prensa subvencionados y cooperación periodística. Representantes de medios latinoamericanos participaron en foros regionales de cooperación de medios, organizados por medios estatales chinos, que han buscado centralizar la producción de noticias sobre temas relacionados con el gigante asiático.

Los periodistas que participaron en viajes de prensa subvencionados a corto plazo a China informaron que recibieron instrucciones de escribir noticias positivas a su regreso.

Esa ha sido la tónica en Brasil, México, Panamá y Perú.

Docenas de periodistas de todo el espectro político y geográfico de los medios panameños han viajado a China para tours o capacitaciones a expensas del gobierno chino o del gigante de la electrónica Huawei desde 2018.

Estos viajes suelen tener la expectativa de que los periodistas participantes publiquen noticias positivas, historias sobre China o de la empresa.

El caso panameño

El único país de la región centroamericana que fue evaluado por Freedom House fue Panamá. Ellis Young advierte que el reporte “descubrió que enfrenta un nivel notable de esfuerzos de influencia de Beijing y demostró un bajo grado de respuesta y resiliencia, lo que la deja vulnerable”.

“El contenido producido por el Estado chino estuvo ampliamente disponible en los medios locales en Panamá y los diplomáticos chinos estuvieron activos en las redes sociales”, explica Young.

Usando tales recursos “promovieron narrativas de que China es un socio estratégico y natural para Panamá, y que una relación diplomática recién establecida se traducirá en beneficios comerciales y económicos. Oportunidades”.

Pese a ello, las encuestas de opinión pública sugieren que la desconfianza hacia el gobierno chino ha aumentado desde el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Panamá y China en 2017.

Según el informe de Freedom House, los grupos de libertad de prensa, las leyes que restringen la propiedad extranjera y el periodismo de investigación, -incluidas las circunstancias que rodearon el cambio diplomático de Panamá a China en 2017-, brindan cierta base para la resiliencia a la influencia problemática del Partido Comunista Chino.

Sin embargo, casi no existen iniciativas para monitorear o responder a la influencia encubierta o coercitiva de Beijing, en parte debido a brechas en el entorno legal y regulatorio y falta de experiencia en temas de China.

Generando contenido para atraer espectadores

En términos generales, los medios estatales y diplomáticos chinos están produciendo una gran cantidad de contenido en español y buscan formas creativas de difundir este contenido a través de los principales medios locales, señala la analista de Freedom House.

Por ejemplo, el Proyecto de Acción de Medios 2021 China-LAC es una plataforma en línea diseñada para centralizar la producción de contenido de noticias relacionadas con China para audiencias latinoamericanas. Desde allí comparten contenido digital y de video gratuito y de alta calidad sobre China con medios locales.

Freedom House encontró altos niveles de influencia mediática del PCCh en otros países de América Latina, incluidos Argentina, Chile y Perú.

“Freedom House descubrió que ningún mercado de medios es demasiado pequeño para que Beijing intente influir”, señala Young.

Según la analista de Freedom House, las dimensiones centrales de las sociedades democráticas, como una prensa libre, una sociedad civil comprometida, tribunales y reguladores independientes, ayudaron a mitigar los efectos negativos de las tácticas de influencia problemáticas desplegadas por Beijing o sus representantes.

“Los lugares donde tales salvaguardas institucionales eran más débiles también eran más vulnerables a los esfuerzos de influencia de los medios del Partido Comunista Chino”, señala.

Recomendaciones

Young dijo a Expediente Público que este informe recomienda ampliamente que los medios locales protejan y amplíen su cobertura independiente de China y las inversiones vinculadas a ese país en el extranjero.

También que suspendan los acuerdos de intercambio de contenido con medios estatales chinos y revelen públicamente cualquier presión o intimidación que reciban de los funcionarios chinos.

“La sociedad civil debe continuar monitoreando los esfuerzos de influencia de los medios de Beijing, así como continuar trabajando para garantizar la transparencia de los medios y la libertad de expresión en general”, afirma Young.

La analista señala también que los esfuerzos que apuntalan una mayor independencia de los medios, como rastrear y exponer la desinformación o desarrollar la alfabetización de los medios digitales, también pueden ayudar a contrarrestar algunos de los efectos más negativos o coercitivos de la influencia de los medios del Partido Comunista Chino.

Ampliar las oportunidades para el aprendizaje y el estudio independientes del idioma chino puede ayudar a reforzar el conocimiento local sobre China y contrarrestar de manera efectiva los esfuerzos de Beijing para dominar la investigación y la cobertura de noticias relacionadas con China, enfatizó Young.

Metodología utilizada

Freedom House atribuyó puntuaciones sobre la influencia global de Beijing en medios de comunicación (BGMI, por sus siglas en inglés) en treinta países alrededor del mundo. La metodología detrás del proceso fue inédita, comprensiva, principalmente cualitativa, y asesorada por expertos internacionales en libertad de prensa, desinformación, China, y las regiones en estudio. 

Los países seleccionados entraron al análisis por ser catalogados como Libres o Parcialmente Libres en los indicadores de Freedom House sobre Libertad (Freedom in the World index). Además, los investigadores buscaron diversidad en términos geográficos, demográficos y estratégicos a nivel global. Quisieron tener, también, múltiples escenarios que reflejen la variedad de la naturaleza de las relaciones de China a nivel global. 

Una vez identificados los casos de estudio, Freedom House organizó equipos de investigadores locales para conducir procesos de consulta y entrevistas con miembros de los gobiernos, sociedad civil y medios de comunicación locales. Posteriormente, estos equipos respondieron cuestionarios estandarizados de 150 preguntas divididas en dos categorías: 

(1) esfuerzos e influencia de los medios de comunicación de Beijing;  

(2) resiliencia de estos países a dicha influencia. 

Las respuestas, debidamente ponderadas, arrojaron puntuaciones por país para cada categoría arriba descrita, atribuyéndoles además una característica de acuerdo al puntaje: baja, notable, alta o muy alta. Finalmente, al considerar ambas categorías, se determinó si el país era Vulnerable o Resiliente a la influencia global de Beijing en medios de comunicación. Cada valoración fue acompañada por extensas narrativas que argumentaron los puntajes obtenidos.