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La represión de Daniel Ortega ha provocado la salida de medio millón de nicaragüenses

*Más de 522 mil nicaragüenses han solicitado refugio o asilo en Estados Unidos, Costa Rica, México, Panamá, Canadá y la Unión Europea, desde que estalló la crisis sociopolítica de 2018.

**Los datos de solicitantes de refugio o cruces fronterizos a Estados Unidos,  indican que el 7.7% de la población Nicaragua, estimada en 6.7 millones, abandonó el país desde el inicio de la crisis.


Expediente Público

Además de las denunciadas violaciones de derechos humanos, fraudes electorales, represión, tortura y detención de cientos de opositores, el régimen de Daniel Ortega tiene el deshonroso récord de haber provocado desde 2018, la salida de más de medio millón de nicaragüenses, el 7.7 por ciento de su población total, que no encuentra oportunidades en su propio país y debe salir de su nación en busca de trabajo o incluso, libertad.

Esta masiva fuga de nicaragüenses solo es comparada con la salida de miles de personas de Nicaragua en la década de los años 80, huyendo también de la represión sandinista, lo que parece ser también el triste legado que otra vez dejará Ortega.

Estados Unidos se convirtió en el principal destino de la migración nicaragüense en 2022, ya que hasta noviembre del año pasado, 180,931 personas de esta nacionalidad se entregaron a la patrulla fronteriza al cruzar irregularmente por México, de acuerdo a datos oficiales.

Con estos son 287,763 nicaragüenses los que llegan a este país desde octubre de 2018, año que inició la crisis sociopolítica que dejó al menos 355 civiles muertos a manos de paramilitares y policías y más de 4 mil personas heridas o lesionadas, según organismos de derechos humanos.

Pero Costa Rica, que fue el primer destino del exilio nicaragüense, no ha dejado de recibir solicitudes de refugio. A noviembre de 2022 había 76,676 nuevos ingresos, superando el récord histórico anterior de 2021, cuando la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) recibió 52,929 solicitantes de refugio. En casi cinco años, este pequeño país de 5.2 millones de habitantes, ha recibido 193,783 personas de huyendo de la crisis de Nicaragua, según datos remitidos por la DGME a Expediente Público.

En su ruta hacia el norte, México se convirtió para los nicaragüenses en la tercera estación de asilo, según la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (Comar) 15,972 solicitudes se habían recibido desde 2018, siendo el 2022 el año con mayor entrada de solicitudes con 8.740, faltando los datos de diciembre.

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Los nicaragüenses que buscan seguridad y perspectivas económicas, han viajado incluso hasta Europa, que recibió 15,295 migrantes en el mismo periodo que los países antes mencionados, siendo España el principal destino, con 13,915.

Sin embargo, al igual que Panamá (8,217) y Canadá (1,194), Europa recibe menos solicitantes de refugio en comparación con los primeros años de crisis.

Más llegadas a frontera con México

En el mes de noviembre del año pasado, un total de 34,209 nicaragüenses cruzaron la frontera sur de Estados Unidos, superado solo por mexicanos (58,775) y cubanos (34,675) según datos de la Patrulla Fronteriza.

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Astrid Montealegre, abogada de Migración de la Alianza de Derechos Humanos Nicaragüense Estadounidense (Nahra, por sus siglas en inglés), explicó que hay mayor trabajo para la diáspora para educar a los nuevos migrantes y para apoyarlos con recursos necesarios, tanto legales, como de inserción a la sociedad estadounidense y la vivienda.

“Estados Unidos debería poner atención a los migrantes nicaragüenses como grupo social particular y aplicar una política migratoria directa para ellos”, no como otras nacionales que se les aplicaría el Título 42, indicó la abogada.

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El Título 42 es una medida sanitaria usada desde marzo de 2020 por la administración de Donald Trump para expulsar a los migrantes de inmediato sin permitirles recursos legales, como pedir asilo. La Corte Suprema mantuvo esta medida por tiempo limitado, porque gobernadores de estados fronterizos, principalmente, temen una mayor oleada de extranjeros con el fin de esta medida.

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Por tiempo limitado

A los nicaragüenses, en estos últimos meses, se les permite la entrada bajo “parole” humanitario, una medida que les permite permanecer por tiempo limitado y obtener permiso de trabajo, pero no es un estatus permanente. Para quedarse tendrán que pedir asilo, formalizarse por medio de un familiar o conseguir una visa de trabajo, indicó la abogada.

Por otra parte, Montealegre indicó que  no tiene información que Nicaragua no esté admitiendo deportaciones de Estados Unidos. Por el contrario, se sabe que cada semana están siendo expulsados.

“Tenemos reportes que algunas veces estas personas son recibidas por la Policía y están sometidas a un régimen de observación, como casa por cárcel, entre otras medidas”, afirmó.

Efectivamente, entre octubre de 2018 y noviembre de 2022, las cortes de migración han decidido 27,396 deportaciones de nicaragüenses, mientras aprobaron la permanencia de otros 23,141, según el servicio de intercambio de información de la Universidad de Siracusa (TRAC).

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Remesas

El año pasado Nicaragua estaría cerrando con ingresos de remesas por 2,800 millones de dólares, 653.1 millones más que en el año anterior cuando se reportaron USD 2,146.9 millones, según proyecciones dadas por el presidente del Banco Central de Nicaragua Ovidio Reyes.

El régimen de Nicaragua se ha beneficiado con el exilio y la inseguridad de los nicaragüenses que ya tras casi cinco años de crisis han abandonado el país en una cantidad que supera el medio millón de personas, el 7.7 por ciento de su población. En 2017 las remesas eran menos de la mitad de lo que son ahora, sumando entonces 1.395,2 millones de dólares.

Las remesas dan la ilusión de una economía sana, cuando realmente está siendo financiada por las personas en el exterior. El régimen se financia también con los impuestos de consumo que este aporte significa para las familias, explicó Montealegre.