Las narco libretas de Magdaleno sirven de pruebas contra el expresidente Juan Orlando Hernández 

Las narco libretas de Magdaleno sirven de pruebas contra el expresidente Juan Orlando Hernández 

* Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo, condenado en Estados Unidos a 24 años por narcotráfico, es uno de los testigos estrellas contra Juan Orlando Hernández. 

** Las grabaciones entre el narcotraficante Rivera Maradiaga y el exalcalde de Yoro, Arnaldo Urbina Soto son pruebas claves contra el expresidente de Honduras. 


Expediente Público 
Cobertura Especial / Nueva York 

La semana dos del juicio por narcotráfico contra el expresidente hondureño, Juan Orlando Hernández (2014 –2022) en Nueva York, Estados Unidos, tuvo momentos claves como el contra interrogatorio del exagente de la Dirección Nacional de Lucha Contra el narcotráfico (DNLC) de seudónimo Miguel Reynoso, quien el viernes 1 de marzo acreditó la operación que dio captura al fallecido narcotraficante conocido como Magdaleno Meza.

Reynoso realizó la revisión de los vehículos en los que Meza se transportaba en 2018 y fue quien procesó como evidencias las famosas “narco libretas”, que sirvieron de prueba en el juicio a Antonio “Tony” Hernández Alvarado, hermano del expresidente Hernández, sentenciado a cadena perpetua más 30 años en octubre de 2019.

En el contra interrogatorio, el fiscal estadounidense Renato Stabile centró sus preguntas en la precisión del manejo de las pruebas, desde el tiempo requerido para su acreditación hasta las actividades específicas de Reynoso en fechas clave, como el 6 de junio de 2018, cuando se llevó la requisa del vehículo.

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Conexión con Juan Orlando Hernández

Stabile remarcó el vacío en que existe en la cadena de custodia, exploró la autenticidad de las fotografías presentadas como prueba ante el jurado, y el significado detrás de banners y siglas, intentando desacreditar la experticia del testigo, la evidencia o la metodología de su recolección.

Un elemento notable de este interrogatorio es el informe elaborado por la DNLC, entregado a la Fiscalía contra el crimen organizado, con el cual se procesó a Meza por lavado de activos.

Reynoso afirmó haber visto el informe, que era de su oficina, pero no haberlo redactado, lo que llevó a un debate sobre la autenticidad y relevancia de este documento. El documento al final no fue aceptado como prueba, porque no había sido autenticado previamente.

La Fiscalía intenta establecer con esta prueba, una conexión directa entre Hernández Alvarado y las transacciones de Magdaleno Meza, apuntando que la mención de sus siglas constituye prueba de una relación entre el expresidente y actividades criminales del narcotraficante, asesinado en una cárcel de máxima seguridad en octubre de 2019.

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En este boceto en la corte federal de Nueva York, 20 de febrero de 2024, el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, flanqueado por sus abogados, gira la cabeza para mirar a los posibles miembros del jurado al comenzar su juicio. (Elizabeth Williams via AP)

Falla defensa de Juan Orlando Hernández

A lo largo del interrogatorio, se resaltaron varias contradicciones y puntos de ambigüedad, especialmente en lo que respecta a las fechas y la precisión de los recuerdos de Reynoso, así como en la interpretación de la evidencia presentada.

La defensa cuestionó la fiabilidad de Reynoso, aludiendo a un posible beneficio por su cooperación con el gobierno estadounidense, incluyendo la obtención de una visa S y la sugerencia de que podría convertirse en informante remunerado de la DEA a cambio de su testimonio en este juicio.

Es importante remarcar que esta estrategia de deslegitimar a Reynoso fue ya usada, sin mayor éxito, en el juicio a Antonio “Tony” Hernández en 2019. Tony es hermano de JOH y tiene una sentencia de cadena perpetua por narcotráfico.

Abogado de JOH y la traducción

El siguiente testigo de la Fiscalía se orientó en ese sentido. Manuel Prado, un traductor certificado por la corte que trabajó en la transcripción y traducción de cientos de documentos usados en este juicio contra el expresidente Juan Orlando Hernández.

La defensa se centró en la veracidad de las traducciones, enfocando en la libertad que el perito usó en ciertas partes que resultan vitales en el juicio.

En el interrogatorio surgió, por ejemplo, la discusión en un pronombre posesivo “su” que aparece en las “narco libretas” de Magdaleno. El texto original afirma “JOH i su gente” y la traducción de Prado dice: “JOH and his people”.

La defensa argumentó que usar el posesivo HIS indica un sesgo del traductor, porque HIS podría perfectamente ser HERS, o sea, “de ella”. Ese punto lo remarcó nuevamente cuando se discutió el sesgo desde la traducción del artículo en “echa de la JOH”, que el perito tradujo a “echa [unknown] of JOH”.

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Táctica para confundir al jurado

Este punto del debate no es sobre esta traducción específicamente, si bien se usaron como ejemplo artículos y posesivos, refiere más a las libertades que el traductor se tomó en partes de los documentos y audios que sirven de prueba y cuya traducción al inglés, la defensa, considera le dañan.

El tema del traductor podría parecer un distractor del abogado defensor para dilatar el proceso o confundir al jurado. Pero el problema volvió a surgir, con otras implicaciones, en el interrogatorio a Rivera Maradiaga.

Conversación entre Rivera Maradiaga y el exalcalde Urbina

Una de las pruebas que presentó el fiscal, es la transcripción de la grabación hecha por Devis Leonel Rivera Maradiaga al exalcalde del municipio de Yoro (norte) Arnaldo Urbina Soto, extraditado a Estados Unidos por narcotráfico en enero de 2023.

En esa conversación, capturada en el vehículo de Urbina, el “cachiro” le pregunta al entonces alcalde Urbina Soto si no puede consultarle a Juan Orlando Hernández si está interesado en invertir en unos kilos de cocaína con él.

La respuesta del alcalde fue: “ya quiere que el hombre me lleve”, lo que el perito tradujo al inglés como “Do you want this man to bring me with him” (¿Quieres que este hombre me traiga con él?

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De nuevo la traducción

La traducción de la frase en español “ya quiere que el hombre me lleve” a “Do you want this man to bring me with him” en inglés no es acertada por varias razones relacionadas con la gramática, el significado y el contexto cultural de ambas lenguas.

Primero, la diferencia de sujeto y objeto: La frase original en español se centra en una acción deseada o anticipada por un tercero (“ya quiere”) sobre el hablante (“que el hombre me lleve”). Sin embargo, la traducción propuesta cambia el enfoque a una pregunta dirigida hacia el hablante sobre el deseo de otra persona, lo cual altera el sujeto y el objeto de la acción.

Segundo, hay un cambio de modalidad. La frase en español es una afirmación sobre un deseo o una expectativa (“ya quiere”), mientras que la traducción al inglés es formulada como una pregunta (“Do you want”). Esto cambia la modalidad de la oración de una afirmación a una interrogación, modificando significativamente el sentido original.

Tercero. La interpretación del contexto: La expresión “que el hombre me lleve” puede tener múltiples interpretaciones dependiendo del contexto cultural y situacional en el que se use. La traducción al inglés sugiere una interpretación muy específica (“bring me with him”) que podría no captar el matiz o la intención original de la frase en español.

“¿Que me lleve podría significar la cárcel?”, preguntó Stabile.

“Yo no lo entendí así”, respondió Devis Rivera.

El perito argumenta que algunas partes de la traducción han sido hechas desde el contexto de los que hablan. Y contexto argumenta es lo que falta en las transcripciones.

Las llamadas interceptadas al “Porky”

En la operación Avalancha en 2015, la UFECIC interceptó una serie de llamadas entre líderes de la Mara Salvatrucha MS13, que fueron confirmadas por Andrea Santos (seudónimo de) la expareja de Alexander Mendoza, alias Porky, que emigró a Estados Unidos en 2016 por temor a su vida.

La señora Santos explicó que no era miembro de la Mara Salvatrucha, sin embargo, su condición de novia del líder de la pandilla le permitió estar en varias reuniones en donde se habló de asesinatos, narcotráfico y sobornos a funcionarios policiales.

Ella afirmó haber escuchado un total de cuatro (4) llamadas que le entregó la fiscalía, en donde identificó las voces de los mareros Porky, Cambell y Anward. Una cuarta persona de sexo femeninos se escucha en las llamadas, ella no fue identificada.

El agente de la DEA, Daniel McNamara, de la Unidad de Investigaciones Bilaterales del Hemisferio Occidental, explicó el contexto de las operaciones de la agencia en Honduras. El fiscal le pidió verificara la autenticidad de las llamadas si bien afirmó, en el contra interrogatorio, que no hablaba español y dependía completamente de las transcripciones hechas para este juicio por Manuel Prado.

¿McNamara confirmó o no el plan?

Aunque en varios medios de comunicación hondureños se afirmó que el testimonio de McNamara ha “confirmado” un plan del expresidente Hernández para asesinar al presunto líder de la pandilla MS-13, sin embargo, lo que el agente hizo, durante su intervención, fue leer el testimonio traducido por el perito Manuel Prado, que el fiscal puso a leer.

El agente McNamara leyó la transcripción de las llamadas entre el “Porky” y Campbell. No confirmó que dicho plan existiera, sino que los aquellos en las llamadas hablaban de él.

McNamara continuó su intervención afirmando que tuvo acceso las cuentas de iCloud del narcotraficante condenado Giovanny Fuentes Ramírez; conversaciones electrónicas de Gio, el hijo de Fuentes y; los archivos de los teléfonos de Fuentes Ramírez y Tony Hernández.

El agente McNamara confirmó que, en el teléfono de Fuentes Ramírez, estaban guardados los contactos telefónicos de los hermanos Tony y Juan Orlando Hernández. También tenía los números de los comisionados Martínez, Fuad Jarufe, Julio Barahona, Polo y del expresidente Manuel “Mel” Zelaya.

Las visitas a Presidencia de Giovanny Fuentes

En la cuenta de la aplicación Waze de Fuentes Ramírez, aparece que él fue a Casa Presidencial de Honduras en dos ocasiones: una, el 29 de mayo de 2019, cuando estuvo desde 10:49 a.m. hasta las 11:13 a.m. y; en una segunda ocasión, el 12 de junio de 2019, cuando estuvo desde las 11:57 a.m. hasta las 12:27 p.m.

No pudo confirmar el agente si Fuentes Ramírez entró o no a Casa Presidencial, o si en ese tiempo se reunió con el acusado o con alguien más.

En las comunicaciones interceptadas a Gio, se afirmó que el fusil verde que Fuentes Ramírez tenía fotografiado en su dispositivo era un regalo del general René Orlando Ponce Fonseca, exjefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas hondureñas.

También en esas conversaciones interceptadas de Gio con su novia, hay una de 2020 donde se confirmó la identidad de todos los co-conspiradores de Tony Hernández, que entonces estaba preso en Estados Unidos esperando juicio, identificados por la nomenclatura de la corte, arrancando con CC-2 hasta CC-8, y afirmaron que CC-4 es Juan Orlando Hernández.

A la pregunta del fiscal, de si eran públicos los nombres de los co-conspiradores en ese momento, el agente dijo que no.

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La palabra de un narcotraficante

Devis Leonel Rivera Maradiaga miembro del cartel de Los Cachiros, mencionó en su testimonio en el juicio que “la única prueba entre los narcotraficantes es la palabra”, con eso y su colaboración de 10 años con las autoridades norteamericanas, intenta buscar la carta 5K, que sirve para obtener beneficios como reducir su condena.

Devis Leonel comenzó su interrogatorio describiendo una fiesta de cumpleaños en 2012, en casa de Moncho Lobo, hermano del expresidente Porfirio Lobo Sosa, a la que fue invitado, pero decidió no ir. En su lugar fue su hermano Javier.

Durante la fiesta, Javier llamó a Devis para contarle que allí estaba Juan Orlando Hernández, quien entonces era congresista. Javier le dijo que habló con JOH quien le había prometido ayudarles con el narcotráfico y protegerlos de la extradición. También mencionó que, a través de una videollamada hecha por el narcotraficante Neftalí Duarte Mejía, pudo ver a varios individuos, incluyendo a Juan Orlando Hernández y otros narcotraficantes.

“Neftalí tenía su brazo alrededor de JOH durante la videollamada,” dijo Devis, implicando una camaradería entre el expresidente y los narcotraficantes. Además, Devis indicó que en la llamada también vio a Ramón Mata, Moreno Blanco, y a varios narcotraficantes del clan Montes Bobadilla. No existe registro ni fotografía de esa fiesta ni de esa video llamada.

Tony Hernández fue el puente

Rivera Maradiaga relató que conoció a Tony Hernández cuando Juan Orlando Hernández era presidente de Honduras en 2014 o en algún momento muy cercano a las elecciones de 2013. La interacción estaba centrada en el tráfico de drogas. Devis mencionó que Tony quería trabajar en el narcotráfico.

Devis también mencionó que tuvo una conversación con Arnaldo Urbina Soto, el exalcalde de Yoro, en la cual se discutió la participación de Juan Orlando Hernández en el narcotráfico.

En su testimonio, Devis preguntó a Urbina Soto si creía que JOH estaría interesado en “invertir en un par de kilos” y el exalcalde le dijo que Hernández pidió que “fueran discretos”.

Según Rivera Maradiaga, él le entregó a Hilda Hernández, en 2012, $250,000 que envió a la capital Tegucigalpa, con el propósito de sobornar a Juan Orlando Hernández, para obtener protección y asegurar contratos gubernamentales para sus negocios.

Devis detalló que el proceso de entrega del dinero incluía sacarlo de un camión con un compartimento oculto y luego llevarlo a Tegucigalpa.

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Conexión con Óscar Nájera

Este dinero fue entregado a través de intermediarios a Javier Rivera (hermano de Devis) y Óscar Nájera, actual diputado por el Partido Nacional, quienes habrían entregado el dinero a la ahora fallecida Hilda Hernández Alvarado.

Rivera luego informó a Devis que había comunicado a Hilda, hermana de JOH y Tony, que el dinero era para asegurar protección y contratos con el Gobierno. Hilda Hernández Alvarado, según el testimonio de Devis, habría confirmado que Juan Orlando era un hombre de palabra y que cumpliría sus promesas.

Devis Leonel mencionó que fue informado del plan de los Valle Valle para asesinar a los hermanos Hernández Alvarado en 2014. Según dijo, este conocimiento provino de un individuo identificado como Milo, quien era sicario del cártel del narcotráfico de los hermanos Valle Valle.

Milo le habría dicho a Devis que los Valle querían asesinar a los hermanos Hernández, porque habían recibido sobornos para apoyar al narcotráfico, pero no respondían a las llamadas que les hacían.

Sobornos a Pepe Lobo y a los hermanos Zelaya

Devis Leonel mencionó también a Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa (2010-2014). Específicamente, dijo que Fabio Lobo les proporcionó contratos del estado con la Inmobiliaria Rivera Maradiaga (Inrimar), para lavar activos. También señaló que Fabio proporcionaba la escolta de seguridad presidencial que tenía asignada para cuidar los cargamentos de droga.

Además, afirmó que sobornó al expresidente Pepe Lobo, a Mauricio Villeda y a Carlos Zelaya, (congresista y hermano del exmandatario Mel Zelaya), así como a los diputados nacionalistas Reynando Ekónomo y Oscar Nájera.

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En su táctica el abogado de la defensa de JOH para desacreditar el testimonio mencionó la lista de homicidios cometidos por los narcotraficantes que hoy testifican. El propósito es remarcar, ante el jurado, la peligrosidad de aquellos hombres que sirven de testigos en el juicio.

“El Cachiro”: JOH es un narcotraficante más

Había crímenes que Devis parecía responder sin problema, aquellos asesinatos de otros narcotraficantes o rivales, pero hubo unos que hicieron que el Cachiro saliera. Cuando habló de la muerte de Jorge Aníbal Echeverría Ramos, alias “El Coque”, en 2004, Davis describió sin remordimiento que era un narcotraficante que había matado a su hermano. Cuando le preguntaron si no sentía remordimiento por haber matado además a toda la familia de “El Coque”, respondió:

“En su tiempo no —dijo—, pero ahora me arrepiento de haber matado; pero también me arrepiento de haber sobornado a los políticos corruptos del gobierno de mi país, como a ‘Pepe’ Lobo, Juan Orlando Hernández, a militares, policías, Pacheco Tinoco, que en vez de tomar los sobornos tenían que habernos detenido a nosotros. Se convirtieron en narcotraficantes como nosotros. Juan Orlando Hernández es un cachiro más”.

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Confesiones del Cachiro

Cuando se le mencionó sobre las propiedades incautadas y los testaferros, dijo que el Gobierno hondureño le había incautado cuatro propiedades. “Estas están ubicadas en Tegucigalpa, San Pedro Sula, Colón y en un país de Centroamérica (que no precisió), dijo.

El abogado Colon se acercó y le mostró un documento del Instituto de la Propiedad de Honduras que detalla que, en efecto, fueron 181 propiedades y empresas las incautadas en 2013, la mayoría a nombre de su familia. Devis reveló que, a pesar de haberse entregado a la justicia de Estados Unidos en 2015, aún controla algunas propiedades, pero lo hizo en medio de ataques. “Gasté mi dinero pagándole sobornos a políticos corruptos como Juan Orlando Hernández”, respondió el Cachiro.

“¿Qué tal BAC Honduras? ¿Banco Atlántida?, ¿Banco de Occidente?,” preguntó Colon, luego de mostrarle el documento. “¿Recuerdas haber hecho transacciones de lavado en esos bancos?”

Recuerdo el Banco Continental, que nos ayudaba a lavar dinero de nosotros proveniente del narcotráfico, respondió el Cachiro.

– “ Yo maté al general Arístides Gonzáles porque me lo pidió Wilter Blanco.”

“Maté a Alfredo Landaverde porque hablaba mal de los Rosenthal.”

“Maté a Anibal Barrow porque insultó a un familiar mío.”

Y luego vino el momento de hablar sobre su entrega a los Estados Unidos. Confesó, pese a su resistencia, haber cometido asesinatos incluso después de haber comenzado su colaboración con la DEA. Eso incluye la muerte de Sonia Marlen Ramos Montes, acribillada en Rivière-des-Prairies en Quebec, Canadá, el 14 de noviembre de 2013.

“Ocurrieron mientras yo estaba en conversaciones con la DEA y aún no trabajaba con ellos”, dijo.

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Los Hernández sus amigos

Devis Leonel Rivera Maradiaga (o el Cachiro) se atribuye haber entregado a varios de los narcotraficantes extraditados de Honduras entre 2014 y 2015, gracias a las grabaciones que él hizo desde el 2013, incluyendo sobornos a políticos (algunos de los cuales se sugirió, aún están activos en Honduras).

Negó haber hecho grabaciones de la familia Hernández recibiendo sobornos porque, dijo: “ellos ya eran mis socios”. Negó también haber hecho las grabaciones con políticos a sugerencia de la DEA.

“Fue una recomendación de un primo mío”, afirmó.

“¿Te lo recomendó el general Ramón Sabillón?”, preguntó la defensa.

“Fue una recomendación de un primo mío”, repitió. “En Honduras es común que los políticos acepten sobornos relacionados con la droga y luego los nieguen”, agregó, otra vez, atacando.

Testimonio explosivo de Fabio Lobo

El clímax del juicio contra el expresidente Juan Orlando Hernández, estuvo en el testimonio de Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo, condenado en Estados Unidos a 24 años por narcotráfico.

Fabio Lobo afirmó ser amigo cercano del expresidente Juan Orlando, a quien dijo conocer desde el año 2002, en un contexto en el que Hernández aún no ocupaba una posición de alto perfil en la política hondureña.

“Cuando lo conocí no tenía nada. Andaba en el carro blanco de su esposa”, dijo.

Durante su testimonio, Lobo mencionó cómo su relación con Juan Orlando Hernández evolucionó, llegando a solicitarle favores y apoyo político a cambio de contribuciones financieras a su campaña presidencial.

Esta relación, según Lobo, se extendió hasta involucrar negociaciones y acuerdos que beneficiaban tanto a sus intereses personales y empresariales como a los operativos del narcotráfico con el que estaba vinculado.

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Dinero al campaña de JOH

Fabio Lobo aseguró haber contribuido con $450,000 a la campaña de Hernández en 2013. Un primer pago de $200,000 que se habría realizado en un helipuerto a través de Hilda Hernández, hermana del acusado. Le habría acompañado en esa entrega “el Cachiro” Javier Rivera Maradiaga. Mientras que el segundo pago, de 250.000 dólares, se entregó directamente a Juan Orlando Hernández en su casa de Olancho.

Estos pagos, según Fabio Lobo, buscaban asegurar contratos gubernamentales y obtener información logística para el tráfico de drogas.

El testimonio de Lobo sobre ese pago hecho a Hilda Hernández es distinto a lo que afirmó Rivera Maradiaga de la otra entrega de una cantidad similar, la única hecha, según el Cachiro, por su hermano Javier Rivera Maradiaga. En la versión de Rivera la entrega se hizo en presencia del diputado Óscar Nájera y el dinero era suyo, transportado en un compartimiento secreto desde el departamento de San Pedro Sula. En esta versión solo estaban Javier, Fabio e Hilda, en un helipuerto.

Transporte de la cocaína

Fabio Lobo relató que su primera conversación explícita sobre narcotráfico con Juan Orlando Hernández tuvo lugar en 2009, en una cena en el restaurante El Patio, de Tegucigalpa, en donde se hicieron presentes además hermano Tony Hernández, y el colombiano que Lobo llamó “Cinco”. Quién es en realidad Rodolfo Alfredo Vergara Bonicante. El “Cinco” fue descrito por Víctor Hugo Morales, alias Rojo, como socio de Tony Hernández.

Fabio Lobo describió durante su testimonio que en la cena se discutió de un avión cargado con cocaína. Luego, dos días después, recibió una llamada de “El Sentado”, para citarlo a una reunión en Siguatepeque, meseta central de Honduras.

“El Sentado” era Amílcar Leva Cabrera, un narcotraficante asesinado por sus guardaespaldas en diciembre de 2015, pocos días antes de hacer efectiva su entrega a las autoridades de Estados Unidos. Se le asocia con la operación que dió captura a los sobrinos del presidente venezolano Nicolás Maduro: Efraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, detenidos, al igual que Lobo, en una operación en Haití.

La reunión habría sido en el Gloria Hotel & Restaurant donde “El Sentado” le reveló que un avión King 200 que transportaba 1,200 kilos de cocaína había sido capturado en Islas de la Bahía. Lobo afirmó en el juicio que la aeronave era propiedad de los hermanos Hernández y los Valle, y Amílcar Leva pidió ayuda para recuperarla.

US$4 millones para Juan Orlando Hernández

Fabio Lobo fue juez penal en Honduras entre 2000 y 2009. Aunque en su testimonio dijo que conoció a Tony Hernández en 2013, la cena en el restaurante El Patio se habría dado mientras fungía como juez, pues la intención era que lograra a recuperar el avión incautado.

Durante el interrogatorio, Fabio Lobo narró cómo proporcionó a los Cachiros información de inteligencia obtenida de Pacheco Tinoco y cómo estos le confiaron que Tony Hernández colaboraba con ellos, con el apoyo de Juan Orlando Hernández desde su posición en el Congreso Nacional.

Fabio Lobo, en su testimonio, mencionó también a una figura conocida como “Wilson”, quien en realidad era Nery Orlando López Sanabria, más conocido como Magdaleno Meza.

Lobo describió como, en una ocasión, acompañó a Tony Hernández a una gasolinera en la salida al norte de Tegucigalpa, donde una camioneta blanca doble cabina (como la que fue revisada por Miguel Reynoso en 2018) se aproximó y un hombre se bajó para entregarle a Tony Hernández una maleta azul. Según Lobo, esta maleta contenía al menos cuatro millones de dólares, que Tony le explicó eran para Juan Orlando.

Las “narco libretas” y los Hernández

La Fiscalía de Nueva York pretende con esto mostrar un vínculo directo entre “las narco libretas” y los Hernández.

Lobo también relató cómo fue su arresto en 2015 en Haití, cuando en una trampa tendida por el Cachiro, intentaba recoger un pago por drogas para Devis Rivera Maradiaga, lo que condujo a su extradición a Estados Unidos y posterior declaración de culpabilidad por narcotráfico.

Admitió haber mentido inicialmente para proteger a su padre, el expresidente hondureño “Pepe” Lobo, minimizando su participación en el narcotráfico con la esperanza de obtener una sentencia reducida.

Fabio Lobo fue sentenciado a 24 años de cárcel, no podrá salir en libertar hasta 2036. Mentir, en aquella ocasión, no le bastó para obtener una sentencia menor. Ahora busca inculpar a su padre y a Juan Orlando Hernández esperando lograr lo que no pudo lograr en 2017.