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Nicaragua y Guatemala con los niveles más bajos de vacunación en Centroamérica

• Los niveles de vacunación en Nicaragua y Guatemala son menores al 10 por ciento, según la Organización Panamericana de la Salud.

•• El Salvador y Costa Rica se aproximan al 50 % de cobertura total de vacunación contra el covid-19 y aceleran su inmunización.

EXPEDIENTE PÚBLICO

La vacunación contra el covid-19 marcha a diferentes niveles en Centroamérica, según las cifras de las entidades de salud de los cinco gobiernos de la región.

Nicaragua y Guatemala tienen los peores niveles de vacunación de Centroamérica y están entre los más bajos de América Latina, según la Organización Panamericana de la Salud, que ha catalogado a ambos países centroamericanos como “motivos de preocupación”.

“Si bien debemos celebrar que Canadá, Chile y Uruguay han vacunado completamente a más de dos tercios de su población, no podemos olvidar que una cuarta parte de los países de nuestra región aún no ha vacunado al 20% de su población y en algunos lugares, la cobertura es mucho más baja. Nos preocupa principalmente aquellos países que están rezagados porque no tienen dosis disponibles. Para mencionar unos cuantos,  Guatemala y Nicaragua están todavía por debajo del 10% de cobertura”, señaló esta semana la doctora Catherine F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)

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“Los países que no establecieron plataformas bilaterales están ahorita bastante mal. Nicaragua, Honduras y Guatemala”, explica a Expediente Público el epidemiólogo salvadoreño, Alfonso Rosales, especialista en Medicina Tropical con amplia experiencia en América Latina, Asia y África.

Nicaragua ha afrontado el abastecimiento de vacunas y solo ha recibido inmunizantes de la firma AstraZeneca a través del programa Covax, además ha comprado vacunas rusas Sputnik V.

El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo está enfrentado diplomáticamente con Estados Unidos, la Unión Europea, México y Argentina por las críticas y condenas de esos gobiernos hacia la represión, violaciones a los derechos humanos, encarcelamiento de líderes opositores, periodistas y escritores como Sergio Ramírez Mercado. A pesar de los ataques insultantes por parte de Ortega y Murillo, países como Estados Unidos y España han donado vacunas para ayudar a inmunizar a los nicaragüenses, que sufren un fuerte repunte de casos Covid-19.

El sábado 11 de septiembre, España donó otro lote de 199,200 dosis al mecanismo Covax de la OPS para Nicaragua.

El Obervatorio Ciudadano, integrado por médicos y organizaciones independientes, reportó que en última semana fallecieron con síntomas de la Covid-19 un total de 329 personas, siendo la segunda cifra de muertes más alta en toda la pandemia en Nicaragua registrada por el monitoreo. 1.865 casos confirmados nuevos en el mismo período. El país centroamericano acumula 4,531 muertes y 25,156 casos sospechosos de coronavirus, según el Observatorio. Las cifras del Minsa son de 200 fallecidos y 11.916 casos confirmados del virus.

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“Nicaragua, Guatemala y Honduras están por el suelo, su cobertura son muy bajas”, explicó Rosales en declaraciones a Expediente Público.

Honduras, que había tenido serios problemas en el suministro de vacunas, alcanzó ya el 28.8 % de la población vacunada con una dosis, es decir, 2.8 millones de personas.

El plan gubernamental de vacunación en Honduras emplea los fármacos Sputnik V, AstraZeneca, Moderna y Pfizer.

El Ministerio hondureño de Salud anunció que iniciará este lunes 13 de septiembre la vacunación de adolescentes de 15 a 17 años y a embarazadas.

Corrupción y uso político

La vacunación ha sido caótica en Guatemala, Honduras y Nicaragua. Las vacunas han llegado tarde, las segundas dosis se han retrasado y ha habido acusaciones de corrupción y del uso de las vacunas en campañas políticas.

En Guatemala se han aplicado las vacunas Moderna (donadas por Estados Unidos),  Pfizer, la británica AstraZeneca y la rusa Sputnik.

Es precisamente la adquisición de la Sputnik el centro de una polémica y fuertes críticas hacia el gobierno de Alejandro Giammattei. Originalmente el gobierno de Guatemala había anunciado la compra en abril pasado de 16 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik 5, pero a finales de julio pasado, redujo al 50 % esa adquisición.

“Sputnik nos ha quedado mal, pero no sólo a Guatemala en Paraguay, a 71 países que compramos la vacuna, una vacuna muy efectiva que está entre las tres primeras vacunas más efectivas, según todos los estudios, pero nos han quedado mal. Esta semana que viene nos van a entregar alrededor de 400 mil dosis de lo que deberían de mandar durante este mes de más o menos de 800 mil dosis”, dijo Giammattei en una entrevista televisiva con Telemetro de Panamá.

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La justificación de las autoridades del Ministerio de Salud en una conferencia de prensa a finales de julio fue que la lentitud de la entrega de las vacunas por parte de Rusia, había obligado a la modificación del contrato.

“Que la vacunación contra la COVID-19 está siendo un auténtico fracaso no admite demasiadas dudas. El gobierno optó por poner todos los huevos en una sola canasta y celebró un contrato para obtener 16 millones de dosis de la vacuna Sputnik V con el Fondo Ruso de Inversión Directa”, denunció la Fundación Libertad, que dirige el empresario Dionisio Gutiérrez.

“Lo que queda claro es que fue una torpeza absoluta apostar a comprarle el 80% de las dosis necesarias a un solo proveedor. Sobre todo, por hacerlo con condiciones absolutamente desfavorables: la compañía rusa no es responsable por retrasos en producción (como efectivamente es el caso), pagar por anticipado US$79.8 millones, entre otras”, señaló la Fundación.

En julio pasado, la Fiscalía Contra la Corrupción de Guatemala anunció una investigación de oficio por el proceso de compra de la vacuna rusa pero esa indagatoria ha quedado en entredicho tras la destitución de los titulares de esa institución.

Una comisión legislativa investiga la problemática de la compra de las vacunas contra el Covid-19, pero la oposición está en minoría y es difícil pronosticar el futuro de esa indagatoria.

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El Salvador y Costa Rica, el contraste

La situación en El Salvador y Costa Rica es notablemente diferente que sus vecinos centroamericanos.

Las jornadas de vacunación en El Salvador han sido intensas al grado que ha habido días de más de 100 mil personas inmunizadas.

El Salvador ha utilizado las vacunas de la marcas estadounidensese Pfizer y Moderna, la británica AstraZeneca y las chinas Coronavac y Sinopharm. Este país centroamericano además ya vacuna a toda su población desde los 12 años de edad.

“El crecimiento constante en la cobertura de vacunación es parte de nuestro éxito ante la pandemia. A 6 meses de iniciada la vacunación, El Salvador le está ganando la batalla al covid 19”, dijo en recientes declaraciones el ministro salvadoreño de Salud, Francisco Alabí.

Según Alabí, El Salvador cuenta con la más grande cadena de frío para garantizar el manejo adecuado de las dosis y ha adquirido ya 11.7 millones que son garantía para una tercera dosis, en caso de ser necesaria.

El gobierno salvadoreño estableció docenas de centros de vacunación en todo el territorio y además, ha puesto a disposición de los salvadoreños, el servicio de transporte hacia esos centros.

Alabi ha atribuido a la previsión del gobierno para comprar vacunas y a la cooperación internacional su éxito en la vacunación, algo que el epidemiólogo Rosales reconoce.

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“Yo creo que El Salvador, eso fue un movimiento positivo que hicieron, aunque fue la (vacuna china) Coronavac, pero no importa, siempre protege y eso de establecer mecanismos bilaterales, todos los países que establecieron mecanismos bilaterales y que no se apoyaron en el Covax, que de paso ha sido un fracaso total, han tenido programas más exitosos”, explica Rosales.

Covax es un esquema de vacunas donadas por los países desarrollados a través de gestiones con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Todos los países centroamericanos han recibido donativos vía Covax. Estados Unidos también ha donado directamente a los países centroamericanos, con excepción de Nicaragua.

En Costa Rica solo se aplican las vacunas de AstraZeneca y Pfizer.

Esta semana el diario costarricense La Nación estimó que ese país estaría a 85 días de lograr la inmunidad de rebaño con la vacunación, al alcanzar un 80 % de la población.

La Caja Costarricense del Seguro Social desde hace dos semana adelantó la fecha de la segunda dosis para los vacunados con AstraZeneca a ocho semanas en lugar de las 12 previstas originalmente, para combatir un brote epidémico que es considerado una cuarta ola de la pandemia.

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La meta de la institución es lograr que a finales de septiembre se haya logrado que el 45% de la población tenga el esquema completo.

Tanto Costa Rica como El Salvador emiten además de la cartilla de vacunación, certificados electrónicos para la población inmunizada.

Proyecciones

El Instituto de Mediciones y Evaluación en Salud, localizado en la Universidad de Washington, en Estados Unidos y que ha publicado sus proyecciones globales del progreso de vacunación contra Covid-19 hasta el 1 de diciembre de 2021, estima que Guatemala, Honduras y Nicaragua difícilmente alcanzarán la inmunidad de rebaño a fines de este año, por sus bajos niveles de vacunación.

Según esas proyecciones, en Guatemala, solo un 33 % de la población habría recibido para esa fecha al menos una dosis de la vacuna contra el covid-19, mientras que solo un 18% tendría las dos dosis o pauta completa.

En Honduras solo el 38 % de la población tendría la cobertura con al menos una dosis, mientras que la cobertura de las dos dosis o pauta completa alcanzaría solo el 29 % de sus habitantes.

En el caso de Nicaragua, la cobertura con al menos una dosis sería similar a la de Honduras, un 38%. Mientras que la cobertura de pauta completa alcanzaría un 34%.

La situación en los otros dos países centroamericanos contrasta notablemente, según las mismas proyecciones.

Costa Rica tendría para el 1 de diciembre una cobertura de al menos un 79 % en la primera dosis, y alcanzaría un 65 % en la cobertura completa.

En el caso de El Salvador, la cobertura con al menos una dosis llegaría al 65% de su población y la cobertura de pauta completa llegaría al 58%.