Cuba, remesas, represión, derechos humanos

Cuba, un “paraíso” de ficción donde la tercera parte de la población vive de las remesas

*Informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos refleja la realidad de los habitantes de la isla, cada vez más imposibilitados para conseguir alimentos y medicinas, al grado que muchos se privan de al menos un tiempo de comida y consumen medicamentos vencidos.


Expediente Público 

En el “paraíso” de los derechos sociales, a como suele idealizar la izquierda internacional a Cuba, la falta de comida es el principal problema que agobia a la mayoría de la población, al grado que muchos de sus habitantes tienen que privarse de al menos uno de los tres tiempos en la mesa debido a las dificultades para conseguir alimentos, según los hallazgos de un informe elaborado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos. 

La crisis sanitaria y las consecuencias de las medidas impuestas por el régimen en el marco de la Tarea de Ordenamiento son las otras dos grandes preocupaciones de los pobladores de la isla, detalla el estudio denominado “El estado de los derechos sociales en Cuba”, dado a conocer el 27 de septiembre en España. 

Además de los factores antes mencionados, la encuesta se sitúa también en la crisis social y económica estructural, las inclemencias del huracán Elsa y la histórica protesta del 11 de julio, refiere el documento. 

Y como muestra se refirió a la “gran paradoja” de que “la tercera parte de la población cubana vive a expensas de las remesas que envían precisamente los cubanos que salieron huyendo de ese ‘paraíso social’, esto grafica la gran ficción de que Cuba es el paraíso de los derechos sociales”. 

El estudio es el cuarto de una serie de investigaciones que el Observatorio ha venido realizando desde 2019 sobre la realidad de Cuba. 

Fue hecho a 1,141 personas entre el 25 de junio y el 19 de julio, lo cual “dota de una actualidad muy interesante a los datos”, dijo Ernesto Ortiz, integrante del Observatorio, durante el evento que fue transmitido a través de Facebook Live, ya que un tercio de las entrevistas se realizaron durante y después de las protestas del 11 de julio. 

El margen de error del sondeo es de +/- 2,9 % y el nivel de confianza de 95%. 

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La información “refleja una vez más la realidad de millones de cubanos, que es cada vez más evidente para el mundo y más difícil de esconder para el régimen”, se lee en la presentación del documento.  

Esa realidad tiene que ver con la pobreza, la escasez de medicamentos y los servicios básicos precarios en un escenario en el que quienes se llevan la peor parte son los adultos mayores, las personas que no reciben remesas y los desempleados, señala el documento. 

Principales hallazgos 

Para el 60 por ciento de los entrevistados, la crisis alimentaria es el principal problema al que se enfrenta Cuba.  

El 45% reconoció que en los últimos tres meses había tenido que privarse de al menos un tiempo de comida debido a la falta de alimentos o de dinero. 

El 73% consideró que la alimentación de su familia era deficiente, un incremento de seis puntos con respecto a 2020. El 52% dijo que la libreta de abastecimiento solo le rinde diez días al mes y apenas un 2% dijo que esta cubría sus necesidades alimenticias el mes completo. Y el 86 por ciento dijo que habían empeorado sus condiciones para conseguir comida. 

Según el informe, el 71% de las personas en Cuba vive con menos de 3.8 dólares por día, lo que en un hogar de tres personas significa 1.28 dólares diarios cada una. “Esto sitúa a millones de cubanos por debajo del umbral de la pobreza, según los estándares del Banco Mundial (1.90 $ diarios)”, señala el estudio. 

Además, el 67 de los encuestados dijo que la situación de los ingresos de su hogar había empeorado. El 40% afirmó “tener problemas incluso para comprar lo más esencial para sobrevivir” y 7 de cada 10 aseguró atravesar una crisis económica severa o moderada en sus hogares. 

El director de estrategia del Observatorio, Yaxys Cires, en la presentación del 27 de septiembre, recordó que en las protestas del 11 de julio una de las demandas de los manifestantes era que “el pueblo tiene hambre”. 

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Derecho a la salud 

Para el 59% de los cubanos, la crisis sanitaria es su mayor preocupación. En esa línea, el 79% calificó la gestión del gobierno frente a la pandemia del Covid-19 entre regular y mala. 

Esa tendencia de la evaluación negativa pasó de 22% antes del 11 de julio a 46%, después de las protestas, entre quienes la consideran como mala y muy mala. 

También la valoración del sistema de salud oscila entre regular y mala, con excepción de los profesionales sanitarios que son bien evaluados. Los aspectos peor calificados son el abastecimiento de material médico y el acceso a exámenes. 

En lo referente a los medicamentos, ocho de cada diez cubanos no pudieron conseguir estos en las farmacias debido a su escasez (29%). El 24% los obtuvo por otra vía y el 14% gracias a que se los enviaron del exterior. 

La percepción de la salud, por tanto, es crítica, según el estudio: Un 21% asegura que ha 

empeorado el estado de salud de su familia. Un 20% indica haber tomado medicinas vencidas en los últimos 3 meses. Y el 15% ha realizado trueque de artículos por medicinas. 

Mientras que un 78% dijo que sus condiciones para conseguir medicamentos habían empeorado. 

Para Cires, la crisis que viene arrastrando el sistema de salud desde hace décadas “se ha juntado, ha coincidido”, con la crisis del coronavirus “que ha golpeado fuertemente en Cuba, que ya venía con un sistema de salud deteriorado”. 

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Consecuencias económicas 

La tercera gran preocupación de los cubanos (29%) son las consecuencias económicas provocadas por la Tarea de Ordenamiento, que entró en vigor el 1 de enero de 2021. 

Para Cires, se trata del principal “conjunto de medidas económicas del régimen en los últimos años”, que los cubanos ven como uno de los principales problemas.  

Explicó al auditorio que la Tarea de Ordenamiento es una reforma “que se presentó para buscar la unificación monetaria, que al final no ha ocurrido” y elevar los salarios del sector público. 

Además, explicó, contempla el encarecimiento de servicios y productos de primera necesidad que brinda el Estado y la eliminación de ciertas gratuidades y subsidios. 

Cires dijo que se dio a escoger a los entrevistados entre un cúmulo bastante amplio de problemas y que entre los que la gente señaló están también el sistema político, la inflación, el gobierno como tal y el embargo (de Estados Unidos) que “apareció en el lugar número once”. 

Precisó que la gente más joven de 45 años “coincidía mucho en las cuestiones políticas, la responsabilidad del sistema o el problema del sistema político, de gobierno”, mientras que las personas mayores “marcaron mucho el embargo”. 

Discriminación laboral 

La encuesta también reveló que el 55 por ciento de los cubanos cree que existe discriminación de algún tipo para que una persona pueda trabajar en el sector turístico. El 72% cree que la principal razón son las ideas políticas; el 36%, no tener influencias; el 33%, la inclinación sexual; y el 32%, ser parte de una organización cívica independiente. 

Además, el 70% cree que la contratación debería realizarse directamente entre la empresa y el trabajador; el 56%, que el Estado no debería quedarse con un porcentaje de su salario; el 54% considera que hay más control político e ideológico en el sector turístico; y solo 2 de cada 10 trabajadores consideran que se les permite la libre actividad sindical. 

Antes del 11-J el 40% consideraba que no se respetaban sus derechos laborales, pero después de la protesta ese porcentaje subió a 60%. 

Para González Raga el informe es una aproximación a la realidad cubana, teniendo en cuenta el contexto de represión donde las personas tienen mucho miedo a ser completamente sinceras.  

Cires, de su lado, consideró que el estudio demuestra “el fracaso del régimen cubano en el ámbito de los derechos sociales, es decir, no solamente ha fracaso en el ámbito político y en el ámbito económico, sino también en garantizar a los cubanos un mínimo de subsistencia o un nivel de vida digno». 

Ese fracaso, a su juicio, es la base de las protestas del 11 de julio junto con el reclamo “desde el punto de vista político de los manifestantes” que pidieron un cambio de régimen.