Daniel Ortega descarta diálogo con Estados Unidos revolución Nicaragua

Daniel Ortega cierra toda posibilidad de diálogo con EE.UU. y la oposición

*Durante conmemoración del 43 aniversario de la revolución contra la dictadura de Somoza, el presidente Daniel Ortega considera que «es imposible el diálogo» porque es ponerse la «soga al cuello», pese a que Nicaragua vive la peor crisis sociopolítica desde 2018.


Expediente Público  

Daniel Ortega y Rosario Murillo aparecieron este martes 19 de julio frente a un reducido grupo de invitados y simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que se reunieron en la histórica Plaza de la Revolución en Managua, la capital,  para celebrar el aniversario 43 del derrocamiento de la dictadura de Somoza y el triunfo de la revolución popular en Nicaragua.

La festividad, en 1979, inspiró a ciudadanos de todo el mundo. Pero al final la llamada «revolución», según críticos opositores, fue secuestrada por un régimen que prepara una dinastía y que cierra la posibilidad de cualquier diálogo con Estados Unidos y la oposición nicaragüense para resolver la crisis sociopolítica que vive el país centroamericano. 

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“Qué diálogo puede haber con un diablo, como dice el Che, a los yanquis, al imperialismo, no se les puede creer ni un tantito, porque te acaban», afirmó Ortega en el acto al que no asistió ningún presidente, ni siquiera sus aliados de Cuba y Venezuela.

El régimen -que mantiene conculcados los derechos de los ciudadanos nicaragüenses, tiene presos políticos y ha obligado a miles al exilio-, convirtió nuevamente la celebración en un evento partidario. 

La Plaza de la Fe, anterior escenario del acto de masas de Daniel Ortega cada 19 de julio, no se utiliza desde 2020. Este año, la celebración se realizó en la Plaza de la Revolución, que es más pequeña y donde permanece un pentagrama que ha causado revuelo desde que fue colocado en el lugar.  

Muestran derroche

Daniel Ortega y Rosario Murillo llegaron a bordo de su vehículo Mercedes Benz dos horas después de lo previsto, a eso de las 6:30 de la tarde, resguardados por un significativo número de policías. Fueron recibidos por una “juventud” que coreaba la consigna de “no pudieron, ni podrán”. 

La actividad se convirtió en un acto de presentaciones de grupos musicales y Murillo se adelantó con su monólogo virulento, pero invocando otra serie de consignas y de adoraciones a Dios. 

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“Aquí ese yanqui enemigo de la humanidad ha encontrado la horma de su zapato”, dijo Murillo.  

Dos horas después, Daniel Ortega tomó el micrófono y comenzó su discurso contra el “imperialismo yanqui” y los bombardeos atómicos de Hiroshima, haciendo también un repaso por la historia sobre la invasión de William Walker a Nicaragua, la postura del presidente José Santos Zelaya, la gesta de Benjamín Zeledón hasta llegar a Augusto C. Sandino. 

Puerta cerrada al diálogo

Con la oposición nicaragüense apresada y exiliada, eliminando todo espacio cívico, Ortega y Murillo resaltaron el intervencionismo de Estados Unidos como su enemigo restante y advierten que no están dispuestos a negociar, como se anunció semanas atrás. «Nosotros quisiéramos tener buenas relaciones con los Estados Unidos, pero es imposible. De aquí nunca ha habido una sola agresión contra los Estados Unidos”. 

En mayo pasado, funcionarios del Gobierno de Estados Unidos confirmaron que hubo “comunicaciones” entre ellos y el régimen a través del hijo de la pareja presidencial, Laureano Ortega Murillo. Este 19 de julio Ortega cerró la puerta a un entendimiento. 

“No hay diálogo, es imposible el diálogo. Los diálogos son para ponerle la soga al cuello a uno, o que uno mismo se la ponga”, señaló Ortega. 

Ortega desvirtuó celebración  

Funcionarios de las instituciones encargadas de la represión y criminalización contra los opositores participaron del acto central de los sandinistas, entre ellos: la magistrada Alba Luz Ramos, presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ); el jefe del Ejército, general Julio César Avilés y el director de la Policía Nacional, comisionado general Francisco Díaz.  

También los magistrados del Consejo Supremo Electoral (CSE), encabezados por su presidenta la magistrada Brenda Rocha, Poder del Estado que respaldó las elecciones de 2021 en las que resultaron electos Ortega y Murillo para un nuevo periodo presidencial.  

Para Tiziano Breda, analista para Centroamérica del International Crisis Group, Ortega ha “desvirtuado” la celebración del 19 de julio, fecha que era recordada por la gesta histórica llevada a cabo contra la dictadura somocista.

En entrevista con Expediente Público, Breda reconoce que existe un creciente “desencanto” entre los nicaragüenses por la instauración de un modelo de partido único y totalitario en el país centroamericano. 

“Ese desencanto en números es cada vez mayor de ciudadanos, pero también de movimientos que en el pasado sostuvieron y apoyaron la revolución sandinista, y en cambio ahora se han desilusionado y decepcionado por la trayectoria que ha asumido el presidente Ortega”, dijo Breda. 

Los pocos que asistieron

Una muestra del aislamiento que vive el régimen nicaragüense es que solo tres delegaciones de alto nivel lo acompañaron en la confiscada celebración del 43 aniversario de la revolución sandinista, entre ellos, Manuel Marrero, primer ministro de Cuba; Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela y Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, a quien entregaron la orden Augusto C. Sandino.  

La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, fue de las pocas que envió a su vicecanciller Gerardo Torres Zelaya a la celebración del régimen sandinista.

Tras la asunción de Ortega y Murillo, el pasado 10 de enero, Estados Unidos y otros países democráticos reiteraron que el régimen sandinista no tiene un mandato democrático. Solo los mandatarios de los regímenes de Cuba, Venezuela, Corea del Norte y sus aliados de Rusia, Irán, Osetia del Sur y la república de Yibuti saludaron el 43 aniversario de la revolución. 

“Se está cada vez más restringiendo el número de personas y de figuras, de personalidades, que recuerdan esta fecha como algo positivo y no como el principio de una reproducción de lo que fue la dictadura de Somoza con el retorno al poder de Daniel Ortega y Rosario Murillo”, manifestó Breda. 

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Ortega retomó el poder en 2007 gracias al pacto político que firmó con el expresidente Arnoldo Alemán, lo que le permitió ganar las elecciones con solo el 35% de los votos escrutados.  

Contra la Iglesia católica

Murillo, que también es vocera del Gobierno central, insiste que en Nicaragua “el pueblo armado jamás será aplastado” y afirma que sus armas son el “amor” que dicen pregonar, y los “ideales” que identifican al partido. Pero en sus alocuciones sigue haciendo claras referencias de odio contra la Iglesia católica, contra quienes ha desatado una cacería en el último mes. 

“Cuando nos han querido destruir con odio, con perversión, con maldad, con desamor, lo han hecho no solamente con las manos, rezando, no, no solamente rezando, porque no basta rezar (…) cuando nos han atacado de otra manera, violencia criminal y terrorista hemos sabido defendernos”, dijo Murillo previo al acto central en su discurso habitual a través de los medios oficialistas.  

Dos sacerdotes han sido detenidos desde junio. Se trata de monseñor José Leonardo Urbina quien está encarcelado por una denuncia de supuesta violación a una menor. El 1 de junio también fue arrestado el párroco Manuel Salvador García, de la iglesia Jesús de Nazareno, por los supuestos delitos de amenazas contra con arma contra cinco personas. García fue condenado a dos años de cárcel.

Otra fecha que no se debe olvidar

El 19 de julio de 1979 marcó la historia de Nicaragua hasta el día de hoy, pero también el 18 de abril de 2018, fecha en que miles salieron a las calles demandando la salida de Ortega y Murillo. La pareja de gobernantes respondió con ataques armados haciendo uso de la Policía, Ejército y grupos de paramilitares.  

En Nicaragua fueron asesinadas 355 personas, más de 2 mil resultaron heridas y miles se fueron al exilio. A la fecha hay 193 presos políticos en un país donde no se respetan sus derechos, pues dentro de las celdas reciben maltratos físicos y psicológicos, según denuncias de sus familiares y organismos de derechos humanos.

 
Preso político en Nicaragua, José Antonio Peraza.
#Cortesía, Sé Humano.
Preso político en Nicaragua, Dora María Téllez.
#Cortesía, Sé Humano.
Preso político en Nicaragua, Juan Lorenzo Holmann Chamorro.
#Cortesía, Sé Humano.
Preso político en Nicaragua, Tamara Dávila.
#Cortesía, Sé Humano.
Preso político en Nicaragua, Juan Sebastian Chamorro.
#Cortesía, Sé Humano.
Preso político en Nicaragua, Félix Maradiaga.
#Cortesía, Sé Humano.

Después de abril de 2018, previo al 19 de julio, algunos hechos que tomaban relevancia, como el “repliegue táctico a Masaya” de 1979, pasaron a segundo plano. En este 2022 se enfocaron en caminatas y caravanas en diversos barrios y comunidades del país.  

Mariano Rosa y Luciana Echevarría, coordinador y vocera parlamentaria, respectivamente, de la Comisión Internacional por la Vida y la Libertad de las personas presas políticas en Nicaragua, en una misiva enviada este 19 de julio, acusaron a Ortega y Murillo de “imponer una dictadura que reprime” en el país centroamericano. La Comisión forma parte de la organización política Liga Internacional Socialista (LIS), fundada en España.

“Acusamos a ustedes, de haber transformado una hermosa revolución de la gente, del pueblo olvidado, de las juventudes con sueños, en una pesadilla con más asesinados que bajo el somocismo (…) Como toda dictadura, en su encierro alejado de la realidad, se creen eternos, pero van a caer”, refieren Rosa y Echeverría.