Daniel Ortega

Daniel Ortega rompe relaciones con el Vaticano tras comparar el papa Francisco a Nicaragua como una dictadura hitleriana

*Fuentes diplomáticas en Roma confirmaron a Expediente Público que régimen de Daniel Ortega ordenó la salida de los representantes del Vaticano en Managua. La Cancillería de Nicaragua confirmó la decisión de «suspender relaciones».

** Papa Francisco calificó de “dictadura comunista” y “hitleriana” al sistema de represión de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.


Eric Lemus y Yarely Madrid

El Gobierno de Nicaragua confirmó este domingo mediante un comunicado público la decisión de suspender relaciones diplomáticas con el Vaticano, tal como fue anticipado por Expediente Público.

Fuentes diplomáticas revelaron a este medio que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo rompió relaciones diplomáticas tras las opiniones del papa Francisco, tras calificar a quien dirige Nicaragua como alguien que tiene un “desequilibrio” y comparar al férreo sistema como una dictadura “comunista o hitleriana”.

Expediente Público conoció que la vicepresidenta Murillo ordenó cerrar la representación del Vaticano en Managua y dio un corto plazo para que los representantes de la Santa Sede en Nicaragua salgan del país. El nuncio apostólico Waldemar Sommertag ya había sido expulsado, precisamente hace un año, el 12 de marzo de 2022.

En la década de los 80 el régimen sandinista también tuvo muy malas relaciones con la iglesia católica acusando a sacerdotes y obispos de apoyar a Estados Unidos. En 1983 cuando el entonces Papa Juan Pablo II visitó Managua, fue criticado por la cúpula sandinista y su misa fue saboteada por seguidores del partido en el poder.

Cardenal aún no recibe confirmación

En una comunicación breve con Expediente Público, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez Ortega, dijo sobre la ruptura de relaciones con el Vaticano por parte del régimen que “no sabría decirle (porque) no soy parte del Gobierno de Nicaragua ni del Vaticano. No sabría qué contestarle (…) habrá que esperar”.

Báez Ortega fue el segundo miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua a quien las autoridades judiciales le despojaron su nacionalidad.

En tanto, el arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, también dijo a Expediente Público que desconoce alguna novedad sobre ese tema.

“A mí no me ha comunicado nada de la Nunciatura. Pero estaba en una reunión y no sé si me han llamado. No tengo información al respecto”, explicó Brenes.

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¿Por qué rompió Daniel Ortega con el Vaticano?

El prelado de la Iglesia católica comparó el presente de este país centroamericano con el régimen comunista y hitleriano de principios de siglo XX debido a la pérdida de todas las garantías ciudadanas luego de la rebelión social de abril de 2018 cuando murieron más de 355 civiles a manos de paramilitares y policías, apoyados por el Ejército para contener las masivas protestas.

Desde ese año, el régimen Ortega-Murillo ha cerrado medios de comunicación, universidades, organizaciones civiles, ha apresado a opositores y ha cometidos delitos de lesa humanidad por torturas, violaciones de derechos humanos, expulsión de nicaragüenses y más recientemente la desnacionalización de cientos de personas que habían estado detenidas ilegalmente.

En opinión del escritor argentino Carlos Manfroni, “muchos católicos hubiéramos deseado que hubiera declaraciones firmes previamente”, pero reconoció que “la iglesia maneja sus tiempos”.

Manfroni, que es autor de textos como “Los otros muertos” y “Propaganda Due”, calcula que el Papa Francisco “ha querido una actitud prudente para no agravar la situación”, dijo, pero ahora al parecer las diferencias han escalado hasta el rompimiento de relaciones.

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Francisco: «dictadura guaranga«

Durante un encuentro con el periodista Daniel Hadad, fundador de Infobae, Jorge Bergoglio mudó la diplomacia habitual con la que maneja la vicisitud nicaragüense y no tuvo reparos en calificar lo que dirige Ortega-Murillo como “dictaduras guarangas” por su condición vulgar, grosera y maleducada.

“No me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige. Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz, (que) quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”, respondió el Sumo Pontífice a la interrogante sobre el presente de Nicaragua.

“Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera a traer dictaduras del 17 comunista, o hitlerianas del 35 (del siglo XX)”, dijo el Papa Francisco.

Afloja y aprieta

Manfroni, que pone en perspectiva la relación tensa que tuvo el Gobierno sandinista con el Papa Juan Pablo II, dice que la situación actual es diametralmente opuesta.

“La gota que colmó el vaso es la captura del obispo Rolando Álvarez Lagos”, contempla en una entrevista con Expediente Público.

“Es verdad que el régimen de Nicaragua en una etapa intermedia hace unos años aflojó un poco la tensión y trató de mostrarse conciliador. Pero estos regímenes nunca van a ser conciliadores, pues reposan un poco para recobrar fuerzas y luego vuelven a sus prácticas dictatoriales”, advierte Manfroni.

Álvarez Lagos, que es obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí y un reconocido crítico del régimen, rechazó ser desterrado hacia Estados Unidos junto a otros 222 presos políticos.

En respuesta a su decisión fue condenado a 26 años de prisión sin seguir el debido proceso. También se le arrebató su nacionalidad como nicaragüense.

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Solidaridad y oración por obispo

El sacerdote jesuita Ismael Moreno, director de radio Progreso en Honduras, no vacila en expresar que la Iglesia debe ser solidaria con el caso de Álvarez.

“Expreso mi plena solidaridad cristiana y pido acompañar en la oración a monseñor Rolando Álvarez, que es símbolo de la feroz persecución que la iglesia de Nicaragua está sufriendo de parte de Daniel Ortega y Rosario Murillo”, manifestó a Expediente Público.

“(Ellos) encabezan una tiranía que se expresa en el encarcelamiento de decenas y decenas de nicaragüenses que han expresado su palabra y voluntad de oponerse al régimen. Y también hay una persecución sistemática y continua hacia sectores de iglesia”, añadió el padre Moreno.

“Expreso junto con miles y miles de personas católicas y no católicas, nuestra demanda por la persecución a monseñor y porque en Nicaragua podamos avanzar hacia un amanecer con una propuesta de democracia que sepulte todos los vestigios que hemos tenido hasta ahora de tiranía y dictadura”, exhortó el religioso.

Congelar relaciones diplomáticas

Sin embargo, Manfroni, que trabajó en Nicaragua durante el Gobierno del expresidente Enrique Bolaños, opina que una ruptura no empeoraría más las cosas.

“Ya en este punto no sé si agravaría mucho más las cosas porque se han prohibido ceremonias religiosas, se han cerrado iglesias… Puede ser que acarree una mayor persecución, pero no alteraría el estatus quo”, analiza Manfroni.

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Aislar un país

El año pasado, el Gobierno expulsó al nuncio apostólico, Waldemar Sommertag, clausuró medios católicos de comunicación, como el canal de televisión de la Conferencia Episcopal e ilegalizó la Asociación Misioneras de la Caridad, de la orden de la madre Teresa de Calcuta.

La expulsión de Sommertag en marzo de 2022 enfrío por completo las relaciones entre el Vaticano y Managua.

El obispo Álvarez, que fue condenado a prisión por no aceptar el destierro, fue juzgado por supuesta conspiración y propagación de noticias falsas.

Por su parte, Rodolfo Cardenal, director del Centro Monseñor Romero de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), considera que los regímenes autoritarios por regla general temen la disensión. 

“He puesto el ejemplo de Corea del Norte que se aísla porque tiene miedo a las influencias externas, tiene miedo a las películas, a las redes sociales, a que la gente piense de forma distinta a como quiere el régimen. Y por esa razón tiene cerrado completamente el país”, dijo Cardenal en un conversatorio con la radioemisora universitaria.

“Entonces los regímenes tienen miedo de que la población cambie de opinión de lo que ve y se experimenta y eso es lo que sucede”, agregó el sacerdote jesuita.

En lo que va del año, un número indeterminado de sacerdotes huyó del país tras sufrir un clima de hostigamiento que incluyó insultos, profanaciones de templos y amenazas de muerte.