El periodismo nicaragüense periodistas Nicaragua

El periodismo nicaragüense de “catacumbas” sobrevive a cuatro años de confiscaciones, cárcel y exilio

*El 2022 cierra con la nueva oleada contra el periodismo independiente en Nicaragua. La redacción completa del diario La Prensa se exilió, al menos cinco periodistas fueron encarcelados, unos 20 medios, la mayoría católicos fueron cerrados y un corresponsal fue desterrado.

**Frente a la censura interna, los medios independientes usan el internet y las redes digitales como “catacumbas” desde donde continúan informando a los nicaragüenses.


Expediente Público

En 1978 luego del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro, Director del diario La Prensa en Nicaragua, el periodismo de ese país fue forzado a trabajar en la clandestinidad, lo que se conoció como periodismo de “catacumbas”. Las catacumbas fueron sitios donde hace siglos los cristianos se refugiaban del asedio o enterraban a sus muertos.

Desde abril de 2018 el régimen de Daniel Ortega empezó una persecución, hostigamiento y detención de periodistas además de cierres y confiscación de medios de comunicación, por lo que nuevamente los reporteros de ese país han tenido que volver a la clandestinidad usando ahora el internet como refugio para continuar informando.

“Lejos de partir de esa reconducción hacia los principios democráticos y de derechos humanos, lo que vemos es una extensión y una ampliación de censura e intimidaciones que ya se han aplicado sobre otras personas”, aseguró a Expediente Público el relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Pedro Vaca Villareal.

Concentración de poder

El relator especial recordó que “hay un despliegue del poder concentrado del Estado que se manifiesta en la propaganda, cárceles, policías o los procesos judiciales espurios que tratan de poner una etiqueta de criminales a personas que ejercen libertades y que expresan su opinión”.

Para el relator, la criminalización no solo se da contra periodistas, sino, que contra sus fuentes o entrevistados que presentan posiciones críticas, y que se extiende amenazando también otras libertades, como la religiosa, como se ve en el cierre de medios católicos.

Una señal de reconsideración del Estado nicaragüense sería la liberación de todas las personas presas por razones de conciencia, incluyendo aquellas que son periodistas o han tenido contacto con el mundo del periodismo o la defensa de la libertad de expresión y eliminar las disposiciones normativas que generan miedo como la Ley de Ciberdelitos o la Ley de Agentes Extranjeros que son instrumentos de represión, manifestó Vaca.

Lea ademas: Periodistas extranjeros censurados por Ortega

Régimen aplazado con la prensa

El informe de septiembre de 2022 del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas (ACNUDH) reportaba un total de 20 medios cerrados este años, la mayoría de confesión católica.

La organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN) registra más de 70 medios clausurados desde 2013. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) colocó en octubre a Nicaragua en la última posición en libertad de expresión, incluso por debajo de Venezuela y Cuba.

Nicaragua fue el país con el mayor retroceso en materia de libertad de prensa, debido a las 300 agresiones a periodistas y más de 700 ataques a medios de comunicación, en los pasados 12 meses, según el Índice Chapultepec, presentado en la 78 Asamblea General de la SIP en octubre.

La censura del régimen ha llegado a impedir incluso las coberturas de accidentes de tránsito, mientras la persecución contra medios y periodistas independientes en Nicaragua remarca el tono absolutista que tiene el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y muestra su intento por controlar cada aspecto de la vida de los ciudadanos, incluyendo lo que ven, dicen o escuchan, describen periodistas entrevistados por Expediente Público que hoy prefieren el anonimato para evitar represalias.

Periodismo bajo ataque

El fin de año no dejó de ser menos represivo tras las elecciones municipales del 6 de noviembre, considerada por la oposición y la comunidad internacional como ilegítima.

El 30 de dicho mes se conoció el destierro del corresponsal de la agencia española de noticias EFE, Luis Felipe Palacios, el 12 de diciembre fueron arrestados los comunicadores Manuel Antonio Obando y Wilberto Artola, que trabajan en medios católicos clausurados, en Matagalpa, en el centro del país.

“La situación de los medios y prensa independiente en Nicaragua es sumamente crítica, es difícil. Cada día se corre un riesgo por informar. La dictadura en Nicaragua mantiene su política de detenciones arbitrarias a periodistas y trabajadores de medios de comunicación”, precisó Lucía Pineda, periodista exiliada de 100% Noticias, uno de los medios que, junto a Confidencial, cumplieron este diciembre, cuatro años de haber sido clausurados y confiscados.

“Hasta los periodistas católicos que garantizaban la difusión del mensaje pastoral de monseñor Rolando Álvarez fueron detenidos y señalados de difundir noticias falsas”, afirmó.

Además: CIDH: En Nicaragua “hay una clara cacería de periodistas” 

Retos frente a la censura y el miedo

Vaca señaló que durante los eventos previos a la captura de monseñor Álvarez, obispo de Matagalpa, al centro del país, ningún canal de televisión o emisora de radio difundió la noticia.

“Las instituciones del Estado de Nicaragua que hoy están secuestrados por el partido de gobierno que es el Frente Sandinista, han establecido toda la estructura de agresión y arbitrariedad que amenaza la vida y la integridad de hombres y mujeres de prensa. No tenés un espacio dónde ir a poner una denuncia, o un canal qué te permita garantizar tus derechos”, añadió la periodista Abigaíl Hernández, representante de la organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN).

Además, los periodistas lidian con obstáculos como inaccesibilidad a la información pública desde que el Frente Sandinista entró al poder en 2007 y, por otro lado, el alto nivel de represión que existe en el en el país hacia las voces críticas que ha provocado que exista un silencio en las fuentes, mencionó la periodista de PCIN.

Ubau agregó que los expertos cada vez tienen más temor de hablar y es más tardado verificar informaciones que ocurren en los municipios de Nicaragua, por la escasa presencia de periodistas en los territorios.

“Hoy 100% Noticias cumple cuatro años de haber sido confiscado su edificio y sede central en Managua, y aunque esta acción del régimen fue plan tierra arrasada, logramos recuperar nuestras plataformas digitales que es nuestra herramienta para informar. Yo sinceramente doy gracias a Dios porque a cuatro años de ese asalto, estamos vivos. Pero con el dolor en el alma que nos causa que nuestro director fundador Miguel Mora, esté preso por segunda ocasión”, aseguró la periodista, quien también estuvo detenida más de ocho meses.

De interés: Allanamiento a La Prensa: acción represiva del Gobierno de Nicaragua ante sanciones suizas 

Medios digitales rompen censura

A pesar de que en Nicaragua no quedan medios que critiquen abiertamente al régimen, sí hay periodistas que desde la clandestinidad siguen informando, además, de unos 160 comunicadores exiliados, aseguró Hernández.

Ubau mencionó que los medios están ocupando las herramientas y plataformas de comunicación como Youtube, Facebook, Twitter, Instagram o Telegram, como canales de distribución de noticias. “Hoy la gente al no vernos en televisión abierta y cable, nos busca en redes sociales y el sitio web”, aseguró.  

“El apagón informativo, claro que nos golpea a todos y estamos viendo otras formas de llegar a esas audiencias que hoy no tienen acceso a nuestro contenido, por obvias razones no puedo mencionar esos mecanismos”, indicó la periodista que fue encarcelada en 2018 por razones políticas.

Ejemplo de resiliencia

“Dentro de Nicaragua también hay periodistas que siguen asumiendo los riesgos, el periodismo se sigue haciendo, la información sigue saliendo de Nicaragua, se sigue fiscalizando al poder, se sigue denunciando las violaciones derechos humanos, con dificultades serias, pero se sigue haciendo en este momento, la prensa crítica lo que está buscando es subsistir y lo está haciendo a través de alianzas”, mencionó Hernández.

También: Erosión de la democracia y ataques a la libertad de expresión

En medio de la persecución, los medios y periodistas independientes se han refugiado en las redes sociales y los sitios de internet, donde están por lo general en los primeros lugares.

“Desde el exilio mantenemos vivo 100% Noticias y este año 2022 (1 enero al 21 de diciembre 2022) puedo decir que tuvimos más visitas, de hasta más de 48 millones de páginas vistas en nuestro sitio web”, precisó Ubau.

Sin embargo, el 55% de la población nicaragüense no tiene acceso a internet, según datos del Banco Mundial en 2020. A pesar de eso, los medios digitales son la principal fuente de información de los nicaragüenses (44%), seguidos de las redes sociales (21%) y muy por detrás los medios tradicionales como radio y televisión (9%), según una encuesta del Centro Nicaragüense de Estudios de Opinión Pública (Cendaop) de 2020.

“El periodismo independiente nicaragüense está dando a la región una lección enorme de valentía y de resiliencia”, consideró Vaca.

Periodismo sostenible

Según el relator especial, pocos países como Nicaragua, con tantos obstáculos para hacer periodismo como la confiscación de medios de comunicación, el procesamiento judicial de periodistas, el retiro de pasaportes, impedimentos para corresponsalías internacionales,  asedio policial, la estigmatización pública y la batalla contra la propaganda, “el periodismo nicaragüense se reinventa”.

Vaca ve altísimos niveles de solidaridad entre colegas. “Es un periodismo que ha avanzado en protocolos y en autocuidado no solo físico, la persecución de ellos o de sus fuentes, sino también, de autocuidado emocional”.

Muchas personas en el exilio trabajan con redes de apoyo “absolutamente admirables”, pero sigue existiendo un desafío enorme de sostenibilidad de sus esfuerzos y de ahí que “desde la relatoría animemos a los distintos actores que creen en la democracia y en la labor del periodismo, a que sumen esfuerzos para que sea sostenible el periodismo que aún existe”, concluyó el relator.