Honduras crisis institucional Xiomara Castro Poder Legislativo Jorge Cálix

Elección del presidente del Legislativo desata crisis institucional en Honduras

* Partido Libre expulsó a 18 de los 21 diputados que votaron por una directiva del Poder Legislativo contraria al acuerdo existente entre la presidenta electa Xiomara Castro y sus aliados del Partido Salvador de Honduras.

**Ambiciones y aspiraciones personales que se sobreponen a los intereses de país centroamericano, pugnas de poder y grupos que utilizan a “títeres políticos,” son para los analistas consultados por Expediente Público, causas de la crisis en el Legislativo.


Expediente Público

La presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro, anunció la noche de este viernes 21 de enero la expulsión definitiva de las filas del partido Libertad y Refundación (Libre) de 18 diputados de los 21 que apoyaron la candidatura de Jorge Cálix como presidente de la junta directiva provisional del Congreso Nacional.

“A partir de esta fecha pierden su condición de militantes activos de nuestro partido y quedan prohibidas a partir de la fecha sus acciones en nombre de Libre”, anunció Castro quien enfrenta su primera crisis institucional sin haber asumido la presidencia de Honduras.

Cálix fue elegido en la sesión celebrada en horas de la mañana del viernes en el Legislativo con el voto de 84 diputados, entre ellos 21 de Libre, de los cuales Melbi Ortiz, Cristian de Jesús Hernández y Alejandro Matute expresaron su arrepentimiento posteriormente.

La elección de Cálix, quien se perfila como próximo presidente en propiedad del Congreso Nacional, ha generado la mayor crisis en el Legislativo desde el golpe de Estado de 2009 contra Manuel Zelaya, y pone en precario el plan de gobierno de la mandataria electa. Zelaya es coordinado de Libre y esposo de la futura presidenta de Honduras.

Lea además: Honduras: 21 diputados de Libre traicionan a Xiomara Castro y se alían con el Partido Nacional para imponer al presidente del Congreso Nacional

El anuncio de la expulsión de los 18 diputados fue realizado por Castro a través de un mensaje televisado, tras una reunión con los miembros de la bancada que reafirmaron su apoyo a la mandataria electa. Uno por uno, Castro leyó los nombres de los diputados expulsados del partido a la vez que los miembros de la bancada reunidos gritaban «¡fuera!».

La medida contra los 18 sancionados «debe de ser ejecutada legalmente de forma inmediata», afirmó Castro.

¿Hay vía legal para recuperar los cargos?

Sin embargo, la decisión deja debilitado al Partido Libre por cuanto perdería con menos diputados, aunque aún no está claro si las autoridades del partido tendrían una opción legal para desconocer a los 18 legisladores con la figura del «transfuguismo político», que lo contempla el artículo 115 del numeral 10 de la Ley Electoral de Honduras.

La acción de los 21 diputados de Libre fue calificada por Castro como una “traición” al acuerdo de la alianza de Libre con el Partido Salvador de Honduras (PSH), que la llevó al poder en las elecciones generales del 28 de noviembre.

En el marco de ese acuerdo, el coordinador del PSH, Salvador Nasralla nominó al diputado de ese partido Luis Redondo para la presidencia del Congreso; sin embargo, 21 de los de los 50 diputados de Libre no apoyaron.

Aunque Jorge Cálix fue uno de los diputados del partido Libre más votados en las elecciones generales del pasado 28 de noviembre, su nombramiento como presidente provisional del parlamento de Honduras lo colocó en una posición de rechazo en su mismo partido.

Además, las redes sociales, en las que el diputado reelecto se mueve como pez en el agua, se han convertido en una tribuna desde donde los señalamientos en su contra muestran el escaso respaldo social que tiene su elección al frente del Legislativo.

Cálix realizó por su cuenta realizó una serie de reuniones y negociaciones con diputados de su bancada y de los demás partidos para quedarse con el cargo a costa del acuerdo político con el PSH.

Cálix pactó con los líderes de los partidos Nacional, Liberal, Democracia Cristiana y Anticorrupción para controlar el parlamento hondureño desafiando a Castro y provocando la primera crisis institucional, lo que favorecería los intereses del mandatario saliente, Juan Orlando Hernández y a su élite de poder para frenar la agenda del nuevo gobierno que asume el 28 de enero.

Efecto en la lucha anticorrupción

La elección de la junta directiva del Congreso hondureño encabezado por Cálix es un revés para el liderazgo de la presidenta electa Xiomara Castro, aseguró a Expediente Público el analista político Rafael Jerez.

Pero además, “hay otros temas en paralelo que igual están pendientes, son acuerdos que subsisten, entonces definitivamente es un revés también porque ella ha recibido un apoyo fuerte de la comunidad internacional”, agregó el analista en referencia a las promesas de lucha contra la corrupción y la impunidad en la campaña electoral.

Para Jerez, la comitiva estadounidense encabezada por la vicepresidenta Kamala Harris que llegará a la toma de posesión “es un respaldo fuerte y es un mensaje también del gobierno de Estados Unidos del papel que va a tener en este nuevo gobierno y otros aliados internacionales”.

Pero “que se produzcan estas fisuras en la coalición de gobierno que ganó definitivamente no solo va a ser difícil que se gestionen esos temas, también creo que rompe un poco las relaciones entre el poder Ejecutivo y el Legislativo”, opinó.

Si Cálix es ratificado en el Congreso y obedece a intereses que no son los de Libre, “vamos a tener a esta persona que no comulgaría con el poder Ejecutivo, pero que controla la agenda del poder Legislativo”, lo que implica cuándo y en qué momento se discute y quiénes opinan, además del manejo del presupuesto que incluye los fondos departamentales.

Puede leer: ¿Es Estados Unidos aliados de la lucha anticorrupción en Honduras?

Bipartidismo resiste

“El bipartidismo fue el que nombró a Jorge Cálix hoy (el viernes 21 de enero) , porque sin la bancada del Partido Liberal esta votación no se habría podido hacer, bajo la premisa que el Partido Nacional se iba a oponer a una eventual candidatura de Luis Redondo”, dijo Rafael Jerez.

“La gente no se ha concentrado en el hecho de que el bipartidismo no murió el 28 de noviembre” y en que “el número de diputados que sacan en el Partido Liberal y en el Partido Nacional les iba a permitir precisamente entrar en esta negociación y así fue”, agregó.

Con 50 diputados, Libre es el partido mayoritario en el Congreso Nacional, seguido del Partido Nacional (44), el Partido Liberal (22), PSH (10) y Democracia Cristiana y el Partido Anticorrupción, con uno cada uno respectivamente.

De allí que, aunque la facción de diputados de Libre que votaron por Cálix reconsideren su decisión mañana domingo 23 de enero, cuando se elija a la directiva en propiedad del Poder Legislativo, “dudo mucho que vaya a cambiar” el resultado “porque sencillamente se ocupan los votos del Partido Nacional y el Partido Liberal”, agregó.

Si bien la elección de Cálix como presidente del Congreso Nacional le da a Libre el control de ese poder del Estado, “el error fue haber intentado una estrategia, en este caso Jorge Cálix, sin tener en cuenta el efecto que eso iba a tener, sobre todo en el respaldo social que ya se mira que él lo perdió y también su partido con los efectos colaterales”, dijo también Jerez.

Además: Gobierno saliente de Honduras protege con diputación vitalicia a fieles a Juan Orlando Hernández

De su lado, el analista Josué Murillo explicó a Expediente Público que el escenario actual no es el más optimista, pero tampoco el peor. “Todavía existe espacio para la negociación”.

Tanto la presidenta electa como el coordinador de Libre deben sentarse con los diputados que se fueron en contra de las directrices partidarias para generar acuerdos, aunque se tengan que hacer concesiones, porque “es importante darle estabilidad al país” y comenzar con “la tarea más importante que no es elegir esta junta directiva si no que revertir las malas decisiones” que en los últimos años se han tomado desde el Congreso.

Para Murillo, el “zafarrancho” en el poder Legislativo “fue una expresión muy sobredimensionada de un problema que se pudo haber resuelto sentando a las partes y hablando”.

Sin embargo, consideró que hay intereses que se están tratando “tras bambalinas”, lo que ha generado indignación en gran parte de la población.

Además de las ambiciones y aspiraciones personales, que a veces se anteponen a los intereses del país, “hay pugnas de poder” y grupos que actúan en la oscuridad y utilizan a sus títeres políticos para manipular las voluntades del Congreso, donde se elegirán las autoridades de otros poderes del Estado, señaló Murillo.

Entre ellas, el poder Judicial, que es un eslabón importante en la cadena de administración de justicia penal del Ministerio Público.

«Suicidio político»

Los diputados disidentes de Libre estuvieron presentes en la firma del acuerdo con el PSH, sabían cuáles eran las implicaciones y tuvieron el tiempo suficiente para presentar sus reclamos, pero “ahora fingen demencia”, dijo Murillo.

Recordó que al pueblo hondureño ya no se le puede dar “atol con el dedo” como hace treinta o cuarenta años y la muestra más evidente fue el voto masivo contra el régimen de Juan Orlando Hernández. Un voto de castigo que «perfectamente se le puede dar a ciertos miembros del partido Libertad y Refundación si no rectifican».

A su criterio, lo que sucedió con Jorge Cálix y Beatriz Valle “eran medidas de presión para ser escuchados y tomados en cuenta y creo que orientaron mal sus aspiraciones personales”.

Sin embargo, los diputados que no apoyaron el acuerdo tienen «una ventanita muy corta» para hacer lo correcto.

Ahora hay una percepción generalizada de que son traidores políticos, «lo cual desde un punto de vista de estrategia política se llama suicidio político», expresó el analista, para quien la dirigencia de Libre debe «sí o sí» tener un diálogo al más nivel.

Pero la expulsión de estos parlamentarios de las filas de Libre, no es conveniente porque «entonces van a quitar mucho caudal de votos del Congreso Nacional». Entonces, el problema se soluciona con diálogo, aunque después salgan diciendo que «aquí no pasó nada».

Pero «lo importante sería darle tranquilidad al pueblo hondureño y francamente que se respeten acuerdos y si no se puede porque todavía las tensiones son muy fuertes, entonces que se llegue a una negociación pensando en primer lugar en los grandes intereses del pueblo y no en los intereses mezquinos de una clase política que ya nos tiene verdaderamente cansados», puntualizó.