SICA Werner Vargas Mandatarios de Centroamérica

Mandatarios de Centroamérica ceden la Secretaría General del SICA al régimen de Daniel Ortega   

*Régimen nicaragüense consigue respaldo y logra que Werner Vargas Torres asuma el cargo del SICA, que estaba acéfalo desde el 30 de junio de 2021.  

**El analista internacional Carlos Cascante dijo a Expediente Público que el nombramiento de Werner Vargas “representa un apoyo al Gobierno de Ortega», aunque los presidentes no lo quieran aceptar públicamente.   


Expediente Púbico

Werner Isaac Vargas Torres es la ficha que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo colocó en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) para asumir la Secretaría General para el periodo 2022-2026, después de varios intentos fallidos desde la salida del guatemalteco Vinicio Cerezo el 30 de junio de 2021. Según especialistas consultados por Expediente Público la decisión fue un “gravísimo error” por parte de los jefes de Estado de la región, que este jueves 11 de agosto sostuvieron una reunión virtual para oficializar el nombramiento.  

El nombramiento del nuevo titular de la Secretaría General del SICA fue aprobado durante una reunión extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de los países que integran este organismo, que se efectuó de forma virtual. Solo los presidentes de Costa Rica, Rodrigo Chaves; Xiomara Castro, de Honduras y Luis Rodolfo Abinader Corona, de República Dominicana, participaron en la reunión. El resto de mandatarios, incluyendo el mismo Ortega, estuvieron ausentes y fueron representados por sus ministros de Relaciones Exteriores.

Previo a la reunión de este 11 de agosto de 2022, el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores realizó entrevistas a los candidatos y llegó a un consenso para recomendar a Vargas Torres, tal como consta en el acta de la reunión extraordinaria del 23 de junio de 2022.  

El interés por U$153 millones

El ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, Arnoldo André Tinoco, justificó que el respaldo al candidato de Ortega y Murillo es una forma de destrabar un fondo de US$153 millones de la cooperación internacional que están “varados, sin poder ejecutarse” y dependen de la firma del secretario general. 

«El hecho de que el candidato a ocupar ese puesto sea un diplomático nicaragüense no es ninguna ocurrencia, no responde a una decisión apresurada ni es un apoyo a Daniel Ortega”, dijo el diplomático en el escrito publicado este 10 de agosto.  

El pasado 26 de junio ocho expresidentes costarricenses, que forman parte de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), emitieron un pronunciamiento en el que indicaron que resulta “incongruente” que Costa Rica avale la elección de “un candidato propuesto por el régimen despótico y opresor que gobierna Nicaragua, para que ocupe el principal cargo del Sistema de Integración Centroamericana”.  

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“Es un gravísimo error de los gobiernos centroamericanos aprobar un candidato propuesto por Ortega, y no hay justificación alguna ¿Por qué entonces lo están haciendo? No es por complacer a Ortega, es por obtener algunos proyectos de cooperación de Europa y algunos otros países que para que los otorguen requiere haber secretario general, o sea lo están haciendo por negocio y eso es todavía, desde mi perspectiva, más grave”, dijo a Expediente Público Carlos Murillo Zamora, analista de asuntos internacionales y temas de integración regional. 

La ratificación de Vargas Torres fue el punto cuatro de la agenda de la reunión que fue dirigida por el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, por ser su país quien ejerce la Presidencia Pro Témpore del SICA.  

Los intentos del régimen por el control del SICA 

Después de la salida de Cerezo de este órgano regional, el régimen de Ortega intentó infructuosamente colocar a uno de sus candidatos en la Secretaría General, que en julio de 2021 debió ser asumido por un representante de Nicaragua.  

El 22 de junio de 2021, Nicaragua presentó su primera terna conformada por tres fieles a Ortega, entre ellos el exguerrillero sandinista Orlando José Tardencilla; la actual ministra de Gobernación, María Amelia Coronel Kinloch; y la arquitecta Luz Marina López Escobar, originaria del pueblo indígena misquito, y cofundadora de la Red de Jóvenes Indígenas de Latinoamérica y el Caribe, pero ninguno fue aceptado.  

En abril de este año trascendió la posibilidad de elegir al exministro de Economía nicaragüense, Orlando Solórzano, también ficha de Ortega. Sin embargo, tampoco se concretó.

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El canciller costarricense señaló que, en junio pasado, en el marco de la Cumbre de las Américas realizada en los Estados Unidos, tuvo la oportunidad de reunirse con el resto de los cancilleres de la región y ahí acordaron que el Canciller de Guatemala, Mario Búcaro, sería el enviado especial a Managua “para renegociar la terna del secretario general del SICA”. 

Tras esa visita, el régimen nicaragüense volvió a enviar otra terna en la que se incluyó a Vargas Torres y fue considerado como «el mejor candidato que Nicaragua podría proponer”.  

¿No es apoyo a Ortega?

Vargas Torres, abogado de profesión, tiene una carrera en el servicio regional centroamericano y fue director ejecutivo del Sistema del año 2014 al 2020. El canciller costarricense destacó que es una “acción urgente y necesaria para que los fondos de cooperación para la región se puedan ejecutar y que los órganos del SICA funcionen de manera óptima”.  

“No es un apoyo a Ortega. Es completamente falso afirmar que la elección del candidato Werner Vargas sea un espaldarazo a Daniel Ortega”, señaló el diplomático costarricense.  

Golpe a la democracia  

El secretario general es el más alto funcionario administrativo dentro del SICA y es la persona encargada de gestionar y suscribir instrumentos internacionales, pero previa consulta con la Reunión del Consejo de Ministros.  

La elección se realiza siguiendo el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados Centroamericanos (ODECA), en donde se establece que los mandatarios de cada país que integra el Sistema, eligen a un centroamericano para que ejerza el cargo por un período de cuatro años. 

Para Murillo, los jefes de Estado de la región “están jugando” con el Sistema de Integración Centroamericana, que tiene principios basados en los Acuerdos de Esquipulas, que contribuyeron a institucionalizar la democracia.  

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“Yo creo que eso abre una puerta muy complicada, que es cuando le toque a Costa Rica, o que el próximo secretario general sea costarricense (…) No es Werner que tiene mucha experiencia, sino quién lo propone. Si Daniel Ortega lo propone, en el fondo el nuevo secretario le va a deber un favor a Daniel Ortega y conociéndolo va a exigirle un montón de cosas”, señala Murillo.  

Nicaragua vive una de sus peores crisis sociopolíticas y a la fecha más de 190 personas son presas políticas del régimen. Según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), 355 personas fueron “víctimas fatales” en el contexto de la crisis de derechos humanos iniciada el 18 de abril de 2018.  

Entregaron el SICA y por eso es respaldo a Ortega

El analista internacional Carlos Cascante dijo a Expediente Público que el nombramiento de Werner Vargas “representa un apoyo al gobierno de Ortega, aunque no se quiera presentar así”.

Si bien no es un problema en el caso de Honduras y El Salvador, que en los últimos meses han tenido una política mucho más cercana al régimen nicaragüense, es más complejo para países como Panamá y Costa Rica, especialmente este último “que ha adversado durante mucho tiempo la política y el régimen de Ortega”.

Para Cascante, “uno de los grandes problemas que hay con todo esto es el del reconocimiento del gobierno de Daniel Ortega”.

En derecho internacional no hay una teoría o un deber establecido sobre cuándo se debe o no reconocer un gobierno, y generalmente los Estados toman esa decisión por conveniencia, y «aquí la mayoría de Estados centroamericanos no reconocieron la elección de Daniel Ortega”, recordó Cascante.

Entonces “hacen un ejercicio discursivo para decir que no reconocen el gobierno de Ortega pero sí reconocen el último candidato (al SICA) presentado por Ortega y entran claramente en una contradicción” que se da “en lo valorativo, en lo axiológico, en el mensaje que se está dando y en la legitimidad que se le está dando al gobierno de Ortega”.

Decisión pragmática

En opinión de Cascante, con la aprobación de Vargas “los ministros de Relaciones Exteriores le dieron más importancia a elementos del orden pragmático” frente a valores como la democracia y los derechos humanos.

“Le dieron más peso a la necesidad de que un órgano que es muy importante para el desarrollo económico en Centroamérica como es el SICA, y especialmente la SIECA, la Secretaría de Integración Económica, que ha seguido funcionando pero sí se requiere del secretario general, no se quede descabezado por más tiempo”, lo cual en determinado momento podía afectar las economías nacionales en un periodo de recesión económica.

En ese sentido consideró que el SICA ha sido muy beneficioso para Centroamérica en la parte comercial, pero en el desarrollo político y social, “que implica la reducción de las posibilidades del surgimiento de regímenes autoritarios”, todavía le debe mucho a la región.

También en lo que se refiere a la transparencia del sistema, es decir, en qué y cómo se gastan los recursos, “ahí hay un inmenso déficit”, así como en el mejoramiento de las condiciones de derechos humanos y en las de los centroamericanos.