Nicaragua Presos Políticos

“Papá, ¿en qué clase de jaula estás?”, así castiga Daniel Ortega a los hijos de los presos políticos

*Los niños y niñas sufren por la separación de sus padres y madres debido a que el régimen de Nicaragua impide las visitas regulares a presos políticos.

**Los presos de conciencia han pasado más de un año sin ver a sus hijos por lo que en protesta, han tenido que hacer hasta huelgas de hambre.

*** El defensor de derechos humanos Gonzalo Carrión explicó a Expediente Público que la “tortura, los tratos crueles inhumanos y degradantes” hacia los presos políticos trascienden a sus familiares.


Expediente Público

Después del 21 de junio de 2021, cuando la Policía del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo detuvo al periodista Miguel Mendoza, su hija Alejandra sufrió un estado de extrema ansiedad que se vio acompañado por largas noches de insomnio, miedo y cambios de humor constantes. Debido a las crisis de ansiedad que le provocó la separación con su padre, la niña todavía recibe atención sicológica y pediátrica.

Para Margin Pozo, esposa del periodista detenido, no ha sido fácil sobrellevar la situación de la niña a lo largo de 557 días que su padre lleva preso. Mendoza era una de las voces independientes más críticas que desde sus redes sociales denunciaba las arbitrariedades del régimen, postura que le costó su libertad y por varios meses la incomunicación con su hija.

“Alejandra pasaba noches que no dormía, le daba miedo ir al baño sola, como yo duermo con ella en la noche, me decía ‘mamá abrázame porque tengo miedo’, se despertaba y me decía ‘mami es que yo sueño con mi papi y siento que algo le está pasando’. Tenía cambios de humor todo el tiempo, gracias a Dios no le afectó en la parte académica, se ha refugiado en los estudios”, dijo Pozo en entrevista con Expediente Público.

Tres meses sin saber la verdad

Los primeros tres meses, desde la detención del cronista deportivo, la niña creía que su papá la había abandonado, pues la familia no quería decirle sobre encarcelamiento. Fueron 90 días en los que la familia tampoco tuvo noticias del periodista.

“Hemos estado desde un inicio dándole seguimiento al problema de la niña cuando no queríamos que se le dijera, tres meses pasó la niña prácticamente engañada. Luego el sufrimiento que ella inició con su llanto, con sus preocupaciones pensando que su papá la había dejado, que se había ido, y ya luego la visita al profesional de la salud, en este caso al sicólogo y el pediatra, porque entró en un desgane de comer”, explicó Ramón Mendoza, hermano del periodista preso político.

A la fecha, la madre del periodista, una señora de 91 años, no sabe que su hijo es preso político del régimen, señaló su hermano.

Por segundo año consecutivo, el hijo de la presa política Suyén Barahona pasó otra Navidad sin su madre.

Niños sufren por separación forzada  

La activista nicaragüense fue secuestrada el 13 de junio de 2021 por la Policía en presencia de su hijo, quien en ese entonces tenía apenas cuatro años. “¿Dónde está mamá?”, es la pregunta que el niño todavía hace a su padre, César Dubois, quien salió del país con el menor para salvaguardar su integridad física.

Puedes leer: OEA exige liberación de presos políticos y condena a régimen de Ortega y Murillo

Dubois afirmó que a lo largo de estos 18 meses ha sido muy difícil explicarle al niño la lucha emprendida por su madre y las condiciones carcelarias en las que se encuentra la presidenta de la Unión Demócrata de Nicaragua (Unamos).

“Por más de que uno le explique que su mamá lo ama mucho, que siempre reza por él y está pendiente de él y que lamentablemente por las circunstancias no puede estar con nosotros, (es difícil) tanto tiempo no ver ni hablar con su mamá”, relató Dubois a Expediente Público.

A la fecha llevan 565 días separados, tiempo en el que el hijo de la presa política aprendió una serie de actividades de las que su madre no pudo ser testigo.

“Ha sido una situación muy difícil, de mucho sufrimiento. Él ha aprendido a jugar varios deportes, ya juega fútbol, le gusta el beisbol y todos los deportes, le encanta correr, es un niño activo y muy inteligente, entonces, está aprendiendo a leer y a escribir y en todo ese proceso lamentablemente Suyén no ha estado”, señaló Dubois.

Presos políticos con visitas “especiales”

El pasado 7 de diciembre, la presidenta de Unamos, por primera vez vio a su hijo en fotos durante la décimo segunda visita familiar que se realizó con la presencia de niños y niñas, después de más de un año y medio reclamando ese derecho, confirmó Dubois.

“Suyén se alegró muchísimo de ver las fotos y ver a nuestro hijo después de tantos meses, de tener una primera imagen, de ver cómo él ha crecido. Se emocionó muchísimo. Lloró, como era de esperarse y fue a las diferentes mesas enseñando las fotos de nuestro hijo diciendo: ¡Miren, es mi hijo!”, dijo César Dubois en entrevista con Expediente Público.

A Suyén, el régimen le ha arrebatado el derecho de estar con su hijo con quien mantenía un vínculo muy cercano. Luego de terminar la visita, no le permitieron quedarse con las fotografías, pero la presa política pudo ver lo mucho que el niño creció a lo largo de estos 18 meses.

Además: Costa Rica pide en la ONU liberación de presos políticos de Nicaragua

“Ha sido muy difícil, sobre todo, para un niño que era muy cercano con su mamá. Yo pasaba mucho tiempo fuera por el trabajo, pero él jugaba mucho con ella, hacía actividades educativas y recreativas juntos. Él era muy pegado con su mamá y tenían una relación muy linda, de mucho amor, de mucho apego y mucho juego”, señaló Dubois.

Alejandra “necesita ese abrazo” de su papá

En la visita que también permitieron a Miguel Mendoza con su hija Alejandra, ambos lloraron, se abrazaron y compartieron durante cuatro horas las experiencias de la niña, que después de esa visita mejoró su estado emocional.

«Duerme más, ha dejado de comerse los deditos (…) Yo sí he visto el cambio emocional, ya no está malhumurada, siempre estaba con esos cambios de ánimo constantes y esto (el encuentro con Miguel) vino a ayudar en la recuperación de Alejandra y es un derecho que nos lo habían negado”, describió Pozo.

En esa visita del 7 de diciembre, según Pozo, los mismos policías comprobaron que los mensajes que escribe la niña o que graba en audios donde expresaba que necesitaba ver a su papá “estaba causando daño en la parte física como emocional”.

Desde que entraron al auditorio donde estaban los presos políticos que esperaban visita, Alejandra identificó a su padre rápidamente y corrió a sus brazos.

Crueldad con los niños y niñas

Alejandra describió a su padre los resultados de la pelea de Román “Chocolate” González frente a Juan Francisco “Gallo” Estrada, del 3 de diciembre, le dio avances sobre el finalizado mundial de fútbol, le contó sobre los libros que leyó en estos 18 meses de total incomunicación y hasta “lloró de la emoción”. La niña contó los días y las horas para ese encuentro.

También: CIDH urge diálogo en Nicaragua para eliminar condiciones de horror de presos políticos

“Yo pude presenciar ese amor que Alejandra le tiene a su papi y cómo se emocionó mucho al verlo”, señaló Pozo.

La niña le preguntó si había recibido las cartas, los dibujos o los videos que ella le mandaba y ante la negativa del cronista ella respondió: “Papá, ¿en qué clase de jaula estás?”.

“Para mí esto ha sido muy doloroso y bien triste que mi hija y los demás niños tengan que pasar por esto que es un derecho. Es una niña de ocho años, Alejandra no tiene culpa de nada, Miguel es inocente”, enfatizó la esposa del periodista preso político.

La hija de la exiliada Berta Valle, esposa del exprecandidato presidencial Félix Maradiaga, también ha sido víctima de la insensibilidad y saña del régimen al negarse por casi dos años a que la pequeña de nueve años tenga contacto al menos telefónico con su padre, detenido injustamente en las celdas de “El Chipote”.

Son actos de “tortura”

Para el abogado Gonzalo Carrión, director del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, los hijos e hijas de las personas presas políticas no solo están separados de sus padres y madres, sino que son sometidos a “crueldad” por parte del régimen.

Nicaragua es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño y en ese marco las niñas y niños tienen derecho de visitar a sus madres y padres privados de libertad, incluso la propia legislación nicaragüense reconoce el principio del interés superior de la niña, el niño y el adolescente, recordó Carrión.

“Lo que sucedió reciente es simplemente el goce de lo que es un derecho, no se trata de ninguna dádiva, de ninguna concesión, es el ejercicio del derecho que ha estado prolongadamente en violación permanente”, añadió Carrión.

El defensor de derechos humanos recordó que la “tortura, los tratos crueles inhumanos y degradantes” a la que son sometidas las personas presas políticas trascienden a sus familiares.

Presos políticos presionan con huelga de hambre

Pese a que el Ministerio de la Familia es la institución gubernamental encargada de promover, prevenir y acompañar las acciones para la restitución de los derechos de niños, niñas y adolescentes en el país centroamericano, sus autoridades guardan silencio ante las arbitrariedades cometidas.

Los opositores Miguel Mora y Tamara Dávila fueron los primeros presos políticos a quienes se les permitió un encuentro con sus hijos, pero para lograrlo iniciaron una huelga de hambre como una acción extrema de protesta. Igual hizo Miguel Mendoza y el abogado Róger Reyes.

Deslice para ver más información.
Deslice para ver más información.
Deslice para ver más información.

Luego de más de 14 meses de total incomunicación entre Tamara Dávila y su hija, el 20 de agosto de 2022, finalmente fue permitida una visita en “El Chipote”. Igual ocurrió con el exprecandidato presidencial, Miguel Mora quien tras casi dos años de encierro, lleva solo dos encuentros con su hijo Miguelito, un joven con capacidades diferentes.

En cada uno de los casos de previo se hicieron solicitudes verbales a las autoridades de la Dirección de Auxilio Judicial, se presentaron recursos judiciales y se hicieron numerosas campañas que fueron ignoradas por Daniel Ortega y Rosario Murillo.