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Venezuela: ni apertura, ni recuperación, ni retorno

*Contrario al discurso del régimen de Nicolás Maduro sobre la supuesta mejoría económica en Venezuela, la reciente tragedia de tránsito en la que murieron 15 migrantes venezolanos en Nicaragua revela que el éxodo por la represión y la crisis humanitaria persiste.


Expediente Público

La situación en Venezuela no ha cambiado, se continúan violando los derechos humanos y no hay democracia, ni siquiera recuperación económica, advierten opositores y exiliados venezolanos consultados por Expediente Público.

Titulares de medios internacionales se limitaron en semanas recientes a divulgar la situación de venezolanos que retornan. Las noticias hablan de que la economía de Venezuela mejoró, lo que estaría animando a los migrantes a regresar a su país. También se plantea que hay una recuperación económica, que se sostienen las exportaciones de petróleo y la divisa dejó de devaluarse estrepitosamente, por citar algunos ejemplos.

La idea que los venezolanos también quieren volver la impulsa primero el régimen de Caracas, que planteó un programa de retorno voluntario desde 2020. El Plan Vuelta a la Patria repatrió a 17,500 personas en medio de la pandemia del COVID-19 y tuvo más de cien mil inscritos, pero son 6.5 millones de venezolanos los que abandonaron el país desde 1998, cuando Hugo Chávez llegó al poder.

El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, también aporta a esta idea de la recuperación venezolana, con la propuesta de programa de retorno voluntario, anunciado el 14 de julio y posteriormente anunció la apertura de fronteras. En la vecina Colombia se han refugiado 3.5 millones de venezolanos.

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Realidad venezolana

Sin embargo, este 28 de julio unas 16 personas, 13 de ellas migrantes venezolanas, murieron en un accidente de tránsito antes de llegar a la frontera norte de Nicaragua con Honduras, lo cual conmocionó a ambas naciones. Pero, sobre todo, mostró que la ruta migratoria venezolana no ha disminuido.

Feliciano Reyna, activista y defensor de derechos humanos de Venezuela, explicó a Expediente Público que “sin duda hay un área en la que se nota una mejoría pero para una parte minoritaria de la población que se concentran en ciudades capitales, en zonas dentro de estos centros y en algunas áreas de la economía”.

Para el activista estos cambios no son significativos, porque no cambian las condiciones de vida de la mayoría de la población. “Persiste una situación de necesidad humanitaria, para un porcentaje importante de la población, sobre todo, en aspectos de salud, alimentación y educación. Después (prevalece) una afectación general, con las fallas en la provisión de agua y electricidad”.

La Venezuela que solo funciona para los «enchufados»

Ryan Berg, investigador sénior del programa para las Américas y jefe de la Iniciativa Futuro para Venezuela del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), señaló a Expediente Público también que realmente no mejora la situación de Venezuela, “la economía solo funciona para los enchufados”.

Berg consideró engañosa la narrativa del presidente Nicolás Maduro con respecto a la recuperación económica en un análisis publicado en el portal de CSIS publicado en abril, que muestra por qué la estrategia económica actual beneficia a pocos.

«Un sector privado que ha florecido en pequeños bolsillos y ha traído dividendos al régimen con problemas de liquidez” o “fundaciones” que realizan “trabajo caritativo”, blanqueando dinero en las comunidades locales y comprando buena voluntad en el proceso, por ejemplo, la Organización R que controla grandes territorios y cosecha beneficios del narcotráfico y la minería ilegal.

Para el experto una reforma económica real inicia con desmantelar el estado mafioso, esfuerzo contra la corrupción y revertir las confiscaciones, en lugar, de crear empresas mixtas público-privadas.

Régimen propaga falsa mejoría

Con un crecimiento de 10%, Venezuela necesitaría unos 10 años para recuperar sus niveles de 2012, advirtió Berg. Las proyecciones económicas oficiales del Banco Central rondan el 8.3% de crecimiento, mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un aumento de apenas 1.5% del PIB de esta nación petrolera para 2022.

Las proyecciones de crecimiento del producto interno bruto venezolano  rondan el 5% para el cierre de 2022, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), producto del levantamiento de sanciones petroleras, que les permiten producir 700 mil barriles diarios, muy lejos de los tres millones en la década de los 90. Además, el régimen contuvo la hiperinflación.

Sin embargo, aunque ciertas noticias parecen alentadoras, para millones de venezolanos definitivamente no hay retorno ni recuperación económica en su país, según el criterio del periodista y expreso político venezolano Luis Carlos Díaz.

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En entrevista con Expediente Público, Díaz advirtió que una cosa son los migrantes y otra cosa son los refugiados, los exiliados que fueron perseguidos no regresan porque no hay garantías de seguridad para ellos.

Las misiones de retorno oficialista son más acciones de propaganda. Díaz puso por ejemplo un vuelo de venezolanos desde Perú, a quienes permitieron brindar entrevistas en el aeropuerto de llegada, para que contaran los horrores de la migración, cosas que realmente pasan. Hubo 1,500 personas que volvieron en varios vuelos, pero en Perú continúan 1.5 millones de connacionales.

Lo mismo en Chile, donde anunciaban el retorno de 200 personas, pero a la vez, migraban otros 2,000 ese día. En ese país, hay 450 mil venezolanos asentados, según datos oficiales.

Cambios cosméticos

Díaz mostró otra estrategia de propaganda para promover la falsa recuperación, como son los conciertos musicales. Un concierto en Caracas tiene posibles escenarios en el Centro Comercial Tamanaco o el Poliedro, con capacidad para 5,000 y 14,000 personas respectivamente, los cuales llenan, pero se trata de una ciudad de 4 millones de habitantes.

“Es un acto de propaganda. Dicen que esto se resolvió porque hicieron un concierto, pero hay gente con grandes miserias y hay elites que tienen dinero para seguir un buen nivel de vida. Venezuela no se arregló porque hubo un concierto con 14 mil personas. En Argentina, Coldplay vendió 600 mil boletos en varios conciertos, mientras Venezuela le pide al FMI fondos”, reveló.

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La situación es distinta a 2019 y 2020, donde se vivió una de las peores crisis del continente, que comprimió la economía 80%. Además de las sanciones petroleras, por controles sociales de importación, cambio monetario, importación y hasta cuánto se podía comprar de comida, la población se empobreció y hubo desabastecimiento. La gente huyó del país.

Las sanciones coinciden con el inicio de la pandemia. Muchos venezolanos regresaron porque las fronteras estaban cerradas.

Efecto sanciones

Las sanciones petroleras dieron como resultado que se permitiera nuevamente la libre circulación de divisas, la eliminación del control de precios, por lo cual ya no hay desabastecimiento, porque las empresas ya no pierden con un precio impuesto. Además, liberaron las importaciones, que antes al estar controladas por un Estado corrupto y dictatorial no abastecía a la población. Ahora, cualquier persona importa y se abasteció el mercado, indicó el comunicador.

Para Díaz, esos cambios hicieron que la situación se relajara, pero no se recuperó la economía. El 94% de venezolanos es pobre. Se puede ir de compras, pero un jubilado cobra 20 dólares al mes, mientras empleados de la otrora clase media (como los maestros) ganan 50 dólares mensuales. Además, suelen ser normales los cortes de luz y agua, desabastecimiento de gasolina y un deficiente sistema sanitario. 

La realidad es que la recuperación solo la tiene el 10% de la población, mientras 14 millones de personas requieren asistencia humanitaria, sostuvo.

El diálogo y las elecciones

Díaz señaló que después de décadas es normal que la oposición se desgaste. No se ponen de acuerdo, pero entre ellos están personas que fueron torturadas y exiliadas, estos políticos tienen que salvarse y mantener sus partidos bajo gravísimas dificultades, consideró.

En 2021 hubo elecciones regionales y municipales, con una participación de 42,26%, en las cuales la oposición ganó apenas 3 gobernadores y 96 alcaldes, mientras el oficialismo 19 gobernaciones y 205 alcaldías. También participaron aliados del régimen, que recibieron 21 alcaldes, registró el Centro Carter.

El entrevistado señaló que el régimen trata de ganar tiempo, está dispuesto a ceder para tranquilizar a la comunidad internacional, pero no quiere entregar el poder. Ningún alcalde representa un rival de riesgo, pero “tuvo que haber elecciones presidenciales limpias en 2018 y no las hubo, ni las elecciones parlamentarias, varias elecciones no se han hecho, solo las de gobernadores y alcaldes”.

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El error de la oposición

Aunque no hay condiciones electorales, la comunidad internacional exige a la oposición que participen, si no las señala que no se ponen de acuerdo. Pero existe un proceso de relegitimación entre los partidos opositores, a través de primarias internas, pero no pueden acudir al Consejo Electoral porque es chavista, ni pueden recoger el voto en el exterior.

Por otra parte está lo que en algunos países se conoce como “zancudismo”, partidos supuestamente opositores que están financiados o acordados con el chavismo. “Una oposición a su medida. Están ahí como oposición domesticada. Cuando no hay condiciones, los medios censurados te atacan, los portales digitales están bloqueados, los periodistas perseguidos, los partidos políticos robados” entregados a personas vinculadas al chavismo, señaló.

No hay un sistema real donde se venza a Nicolás Maduro a corto plazo, ni se está llamando a uso de la fuerza. Por otra parte, no hay un reto político, la población está dedicada a la subsistencia y los reclamos se reducen a la falta de agua o luz y con eso el chavismo se siente fortalecido. Solo las sanciones le molestan porque dificultan la salida de dinero. “Las sanciones siguen siendo un mecanismo de presión y toman más tiempo”, concluyó.