La administradora del imperio Ortega - Murillo en el "imperio yanqui"

Yadira Leets ¿Qué hace en EE.UU., la administradora del imperio petrolero de Ortega?

*Como esposa de Rafael Ortega-Murillo, Yadira Leets, administró por una década una parte sustancial de la fortuna familiar en DNP-Petronic y Canal 8.

**Ruptura desagradable con el clan Ortega-Murillo la lleva a Estados Unidos en 2022, acompañada de sus dos hijas y su nieta.

***¿Por qué permitieron los Ortega que abandonara el país? ¿Qué secretos del búnker de El Carmen lleva consigo? ¿Se fue sin permiso a Estados Unidos?

Expediente Público

Yadira Julieta Leets Marín, exnuera del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega; y de la vicepresidenta, Rosario Murillo, salió del país en un vuelo con destino a Panamá a principios de 2022. De ahí partió, a inicios de mayo, con sus dos hijas y una nieta a Atlanta, Georgia, en Estados Unidos, de donde no se supo más de ella, confirmó a Expediente Público Boris Leets, tío de la empresaria que por una década manejó una parte importante del patrimonio de su familia política.

El matrimonio de Leets con Rafael Ortega Murillo, hijo mayor de la vicepresidenta y de Jorge Narváez, pero reconocido formalmente por Ortega, la llevó a ser la administradora del negocio de hidrocarburos que comenzaron los Ortega, gracias a la cooperación discrecional de los venezolanos.

El matrimonio Ortega Leets inició con un pequeño hotel en la década de los noventa, a pocas calles de la Estatua de Montoya, en el oeste de Managua, precisó Boris Leets. Pero a partir de 2007, cuando el Frente Sandinista retornó al poder, Rafael Ortega apareció como el principal administrador de los negocios familiares, mientras sus hermanos menores, Laureano, se encargaba de las inversiones extranjeras a través de la agencia estatal ProNicaragua; y Edmundo, Juan Carlos y Camila, maduraban en pequeñas empresas mediáticas y de publicidad.

Expediente Público, como otros medios de comunicación en Nicaragua, han registrado la aparición de Leets como directora ejecutiva de la Distribuidora Nacional de Petróleos (DNP), una empresa que surgió en 1999 como inversión extranjera; pasó a manos del Estado en 2009 y, finalmente, de forma poco transparente, terminó como sociedad anónima, ligada a testaferros de la familia Ortega y administrada directamente por la nuera.

DNP estuvo vinculada a la familia Ortega, no solo por Yadira Leets como directora, sino, por el abogado José Mojica Mejía, quien aparece como apoderado o accionista de los negocios del clan. Por eso, la empresa fue alcanzada por las sanciones de Estados Unidos el 12 de diciembre de 2019, así como Rafael Ortega Murillo “por lavado de dinero y apoyar la corrupción”.

Los activos de DNP estaban valorados en 50 millones de dólares, pero su precio actual se desconoce. En diciembre de 2019 el Estado de Nicaragua compró las acciones de esta empresa, sin informar el precio que debía pagar por la nacionalización.

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En el esquema de cooperación, aparece Alba de Nicaragua S.A. (Albanisa), una empresa mixta conformada por Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y Petróleos de Nicaragua (Petronic). Pero fue DNP-Petronic como consorcio público privado el que importó el 76% y vendió el 39% del diésel y gasolina en el país entre 2015 y 2018, último año que se publicaron este tipo de informes por el Ministerio de Energía y Minas (MEM).

Leets aparecía como concesionaria de las estaciones de servicio de las ciudades de Juigalpa, Masatepe, Jinotepe, Corinto y Chinandega. Expediente Público también investigó que “Inversiones Zanzíbar”, que fue un fuerte concesionario de DNP-Petronic, fue creada por el matrimonio Ortega-Leets. Un reporte de minoristas del MEM de julio de 2018, que ya fue eliminado de la red, indicaba que 23 de las 69 estaciones de servicio del consorcio público-privado estaban a cargo de esa sociedad comercial.

Expediente Público constató, con datos oficiales, ingresos por 1,506 millones de dólares para DNP-Petronic en un periodo de cinco años, solo por la venta mayorista de combustibles, donde el Estado de Nicaragua era su principal cliente.

La exnuera de los Ortega también era presidenta de la Fundación TN8, el canal manejado por Juan Carlos Ortega Murillo, según La Gaceta del 15 de mayo de 2012.

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El tío Ramón y el petróleo venezolano

El negocio se vio beneficiado por acuerdos de cooperación con Venezuela, por lo cual los hidrocarburos podían ser comprados con créditos y plazos beneficiosos. A partir de 2009 Caracas llegó a representar más del 90% de la factura petrolera, pero desde 2015 la crisis en el país sudamericano significó un desplazamiento en las importaciones. A la fecha, el gobierno de Nicolás Maduro no vende más crudo ni sus derivados a Nicaragua.

Precisamente, un tío de Yadira, Ramón Leets Castillo, fue una figura clave en la conexión Caracas-Managua, desde que fue nombrado embajador de Nicaragua en Venezuela el 2 de marzo de 2007, un cargo que ocupó hasta febrero de 2018.

Según archivos del diario La Prensa, el presidente Ortega propuso al tío de su nuera a pocos meses de su ascenso al poder, pero la relación con el que sería once años embajador en el país petrolero venía desde la década de los 80, cuando Ramón Leets fue procurador departamental en Matagalpa.

Tras el fin de la Revolución Sandinista, Ramón Leets fue juez entre 1990 y 1992; posteriormente docente de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) y embajador en Bolivia. Pero su último cargo antes de ir a Caracas fue como asesor en la Contraloría.

Ramón Leets fue nombrado ministro consejero en el consulado de República Dominicana, pero renunció para jubilarse en enero de 2019.

Guerra de rosas con los Ortega

Así como pretende controlar todos los aspectos de la vida pública en Nicaragua, en privado, Rosario Murillo ejerce un férreo control sobre sus hijos y nietos. Según Boris Leets, la ruptura de su sobrina con Rafael Ortega Murillo se dio entre 2018 y 2019 a causa de una relación extramarital del marido.

Boris Leets asegura que no tiene contacto con su sobrina, se distanció de ella por razones políticas, pues él perteneció a la Contra en la década de los 80, y es crítico del sandinismo. Pero otros miembros de la numerosa familia Leets supieron que Rosario Murillo llegó a sugerirle a Yadira que conviviera con su hijo y su nueva pareja, bajo el mismo techo.

“Sentó a la esposa y a la amante, le dijo a Yadira: ‘Tenés que vivir con Payo (Rafael), aunque no tengan nada’, y esta mujer va a vivir ahí mismo. Entonces mi sobrina, le dijo ‘hasta aquí no más’”, sostuvo.

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Yadira Leets, como sus hermanos, simpatizaron con la guerrilla sandinista en la década de los 70, aunque su padre Edmundo era miembro de la Guardia Nacional, condecorado por participar en la masacre del 22 de enero de 1967, donde habrían muerto más de 100 nicaragüenses en las calles de Managua. Edmundo Leets falleció antes del triunfo de la guerrilla sandinista, dijo Boris Leets a Expediente Público. Yadira Leets estuvo casada con un exguerrillero de apellido Reyes en la década de los 80.

Ella se separó de Rafael Ortega Murillo, pero su tío desconoce qué tipo de negociación hizo para que le permitieran salir del país con sus dos hijas y su nieta.

“No podía salir de Nicaragua sin permiso de los Ortega. Por lógica tuvo que haber un acuerdo, la vieja (Murillo) no deja salir a nadie. No dejó salir a su nieta Ariana que quería ir a estudiar fuera de Nicaragua, le cortaban las salidas”, aseguró.

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Dónde está y por qué en los Estados Unidos

Los Leets son descendientes de un migrante estonio. El papá de Yadira se llamaba Edmundo, era uno de los mayores entre once hermanos, y fue oficial de comunicaciones de la Fuerza Aérea de la Guardia Nacional. Solo dos tíos de Yadira viven en Estados Unidos, pero ellos no conocen su domicilio ni han tenido contacto con ella, aseguró Boris Leets.

La hija mayor de Yadira, Ariana Ortega Leets, tiene una hija con Fernando Amador Hawking, quien vive en Florida, Estados Unidos, desde hace algunos años. Pero Boris Leets cree que es difícil que ellas estén en un lugar donde la diáspora nicaragüense las detectaría de inmediato.

“¿Vos creés que esta muchacha, que fue sandinista, casada con Payo, pertenecía a la familia esa, asesina, va a venir a Miami donde está el somocismo y los azul y blanco? No la creo tan estúpida”.

“Si vino a Estados Unidos es porque el gobierno la dejó entrar. Yadira nunca fue sancionada, Rafael sí”, agregó.

¿Fuga de jaula de oro?

La salida de los Ortega-Leets, más allá de lo personal, causó expectativas entre los opositores, sobre todo porque ocurrió semanas después que el Gobierno de Estados Unidos indicó el interés de los Ortega por negociar, y que existían interacciones con el régimen para una salida a la crisis sociopolítica nicaragüense.

El mismo Boris Leets no descarta que Yadira esté en contacto con las autoridades de Estados Unidos, pero no necesariamente para destapar la corrupción, sino porque, quizá, parte del acuerdo con la familia en el poder, sería ayudarles a negociar con Washington.

En Nicaragua, Yadira Leets tiene a su madre, una mujer de la tercera edad, pero también a sus hermanos Edmundo, Sabrina, Aniuska y Ninoska. Iván, un sicólogo, es el único de sus hermanos que vive en San Francisco, California.

Expediente Público consultó también con excompañeras de clase de Ariana Ortega Leets para conocer si tenía algún contacto con egresados de la Universidad Americana (UAM) y explicaron que la conocieron como una estudiante aislada.

La joven se ausentaba mucho, particularmente porque se embarazó durante la carrera. Frecuentemente llegaba con su bebé y salía a mitad de la clase, cuando la niña lloraba o se inquietaba.

A pesar de que la UAM es una alma mater favorecida por los altos funcionarios del régimen de Nicaragua, sus círculos sociales son muy reducidos, incluso casi no interactúan entre ellos, al menos, en la universidad, dijeron.

A Ariana Ortega no le ayudó mucho a socializar la presencia permanente de un guardaespaldas en la entrada, a veces, vestido de policía, y con el arma de reglamento visible. La única persona que lograron ver que la buscaba en la universidad era el papá de su niña.

Sin embargo, fuera de la universidad le conocían una vida social más activa, donde mostraba más humor con cierto grupo de amigos, con quienes salía, por ejemplo, a la zona VIP del Estadio Nacional.

Las excompañeras consideran que Ortega-Leets percibía el “desprecio social” hacia su familia, en la universidad, sobre todo a partir de 2018, cuando producto de las protestas sociales se registraron más de 300 muertos a manos de las fuerzas del gobierno. De hecho, la UAM suspendió la graduación de 2019 porque sus compañeros planearon boicotear su aparición en el desfile de titulación, evento al que estarían invitados también sus padres.

Boris Leets dice que Yadira y sus hermanos fueron sus primeros sobrinos. “La voy a defender a capa y espada. Como dije públicamente, quien tenga pruebas que es ladrona o haya matado, que la acuse, pero estoy seguro que no es ladrona ni asesina”.

El tío sostuvo que “trabajó como una ejecutiva de una supuesta propiedad de sus suegros, con un buen sueldo y bonificaciones por diez años, no tenía gastos porque todo lo pagaba el marido, todo lo ahorraba. Le puso una casita a su madre, un carro con chofer, ha sido buena hija, buena hermana, es muy noble. (…) La pusieron por ser la nuera y administradora de empresas”, concluyó.