Covid-19 Nicaragua Honduras vacunación vacunas

Nicaragüenses prefieren éxodo a vacunas rusas y cubanas contra Covid-19

*La desconfianza que el gobierno nicaragüense ha creado debido al tratamiento inadecuado de la pandemia ha orillado a la población a realizar una gran travesía a las fronteras con Honduras rumbo a la inmunización.

**Camino fangoso, cruce en caballo o en balsa por el río Guasaule, horas de espera, incertidumbre, desvelo, sol incandescente y condiciones incomodas son algunas de las situaciones que miles de nicaragüenses están experimentando.


Expediente Público

“Estoy desde las 5 a.m. aquí y todavía no me he podido vacunar, pero hay que esperar ya que hicimos todo este viaje”, expresó una joven nicaragüense que se encontraba en uno de los puntos de El Triunfo, municipio de Choluteca, Honduras ubicado a seis kilómetros de la frontera con Nicaragua.

Debido a la represión instaurada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, las fuentes solicitan hablar bajo la condición de anonimato con los medios de comunicación y así explicaron sus razones de elegir movilizarse hasta Honduras en lugar de vacunarse contra el Covid-19 con biológicos en Nicaragua.

Expediente Público se movilizó a dos zonas de la frontera de Nicaragua con Honduras, El Guasaule en el departamento de Chinandega y El Espino, en el departamento de Madriz, para recorrer la travesía que miles de nicaragüenses han hecho en estas últimas semanas para poder vacunarse contra el Covid-19 en Honduras, país que abrió sus fronteras y extendió dos puntos de inmunización: uno en El Guasaule y otro en El triunfo.

El gobierno hondureño realizó el anuncio de la movilización de una delegación sanitaria a zona fronteriza desde el 21 de octubre, a raíz de una inusual cantidad de nicaragüenses cruzándose por puntos ciegos desde días antes.

La espera es agotadora para los nicaragüenses que buscan la vacuna contra la Covid-19 en Honduras y cruzan la frontera, porque no confían en las rusas o cubanas que compró el régimen en Nicaragua.

Según datos de la Secretaría de la Salud de Honduras, desde el 21 de octubre al 27 del mismo mes, han logrado inyectar a 35,000 nicaragüenses con una dosis, a un promedio de 5,000 dosis por día.

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Estas jornadas iniciaron con puestos improvisados debajo de árboles y con una alta afluencia desde sus inicios; lo único que requieren los migrantes es portar cédula de identidad o pasaporte. En el caso de ser menor de edad se requiere la partida de nacimiento adicional al acompañamiento de un adulto.

En territorio hondureño los nicaragüenses deben hacer uso de transporte para movilizarse hasta el puesto de vacunación.

La jornada de inoculación en Nicaragua dio inicio el pasado lunes 25 de noviembre, para jóvenes con el biológico ruso Sputnik Light y a niños desde los dos años con fármacos cubanos: Abdalá y Soberana II. Ninguna de estas vacunas, hasta la actualidad, ha sido oficialmente aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero el régimen de Nicaragua ha priorizado la compra de esos productos a sus dos aliados políticos, adquiriendo 1.2 millones de dosis cubanas y 1 millón de dosis de Sputnik Light, que son evidentemente rechazadas por un gran porcentaje de la población.

El Observatorio Ciudadano Covid-19 registró, hasta el 20 de octubre de este año 31,036 casos sospechosos y 5,887 muertes sospechosas reportadas. Mientras que el Ministerio de Salud solamente confirma 16, 422 y 207 muertes. El informe, que abarca entre la semana del 14 y el 20 de octubre, del Observatorio Ciudadano COVID-19 reporta una disminución de casos de coronavirus del 57%.

Rumbo a la inmunización

Jóvenes, niños, adultos en grupos grandes y pequeños viajan desde los distintos departamentos de Nicaragua para poder acceder a biológicos avalados por las autoridades sanitarias internacionales: Moderna (mayores de 18 años) y Pfizer (a niños entre los 12 y 17 años).

Salir de madrugada o la noche anterior, cruzar la frontera por punto ciego, dormir sobre pedazos grandes de cartones o mantas, equiparse con sillas, sombrillas, mucha agua y alimentos preparados con anterioridad o enlatados, largas horas de espera en las filas bajo el sol, son alguna de las circunstancias que el equipo de Expediente Público pudo constatar en el punto de vacunación cercano al puente fronterizo sobre el río Guasable que atraviesa la frontera de los dos países.

Información diversa de paquetes de viajes que prometen salida desde diferentes puntos del país son evidentes en redes sociales, barrios y comunidades. Ofrecen llevar grupos grandes a vacunarse a Honduras, asegurando el viaje de ida y vuelta. Esto se ve reflejado al llegar al borde territorial del lado de Nicaragua, donde se puede observar microbuses, buses y camionetas repletas de gente, como si de una excursión se tratase.

Allí mismo se encuentran personas que realizan el rol de guías para cruzar a las personas. De la cantidad de gente varía el precio. ¿Por caballo o en balsa?, es la primera pregunta que hacen para iniciar la travesía del cruce fronterizo.

Esta ruta se realiza entrando a un callejón que se encuentra a unos 10 metros del puente El Guasaule, departamento de Chinandega en Nicaragua, pues no se puede pasar a través de este debido a que se tiene que presentar ante Migración hondureña una prueba PCR o tarjeta de vacunación del Ministerio de Salud (Minsa) para poder ser admitidos por la aduana hondureña. En este punto es notoria una fuerte presencia de agentes nicaragüenses u hondureños.

En la frontera cruzan el río Guasaule en pequeñas y rústicas balsas que pobladores han dispuesto para ayudar en la travesía.

El pasadizo de al menos 100 metros de distancia es en su mayoría de fango espeso y pegajoso, algunos de los que iban a pie decidían incluso quitarse los zapatos, además de tener el latente riesgo de ser salpicados de lodo por los que iban a caballo o quienes pasaban en moto. Tras el paso de ese trecho se llegan a patios de habitantes fronterizos que cobran C$10 (U$0.28) por persona para así llegar al río El Guasaule, donde se cruzan en balsa. El equipo de Expediente Público evidenció que no se puede pasar caminando debido a que el agua puede llegar hasta el torso.

Si el recorrido se realiza a pie, puede tomar al menos media hora para poder llegar al puente El Guasaule, dependiendo del ritmo que se lleve: “Algunos van hasta corriendo para poder agarrar buen lugar en la fila”, comentó una joven que se desplazó en la madrugada del pasado martes desde Chinandega, departamento ubicado al occidente de Nicaragua.

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Rechazo a vacunas rusas y cubanas

Expedienté Publico observó a personas que estaban allí desde la madrugada y grupos que habían pasado la noche allí, en espera de la apertura del puesto de vacunación.

“Decidí ponerme la vacuna en Honduras por las mejores opciones que hay allá, porque están avaladas por la OMS (Moderna y Pfizer). Es mejor no poner en riesgo tu vida y vale más la pena hacer el sacrificio de ir hasta Honduras y ponerte algo que es seguro”, explicó un joven nicaragüense que se movilizó el domingo 24 de octubre a la frontera norte para poder asegurar su puesto el lunes pasado.

Cabe mencionar que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que no es necesario la previa aprobación de vacunas para poder utilizarlas: “Los países y las autoridades regulatorias nacionales pueden aprobar el uso en un país de una vacuna contra la COVID-19 que no se haya incluido en la lista de la OMS para uso de emergencia… La mejor vacuna es la que esté disponible, puntualizó el organismo.

Nicaragua actualmente cuenta con 8,258,670 dosis de vacunas contra el Covid-19, a pesar de ello los jóvenes y padres de menores de edad siguen tomando la decisión de salir a buscar biológicos avalados por autoridades sanitarias, teniendo en cuenta toda la travesía que implica realizar el poder acceder a este derecho.

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El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo adquirió préstamos externos bajo el nombre de Compra de vacunas, por montos, en algunos casos, equivalente al C$700 millones ($19, 943,019.9), para comprar las rusas y cubanas.

“Tengo planes de estudiar fuera del país, además pronto son las elecciones y quién sabe si nos toque salir del país con urgencia entonces para poder entrar a ciertos países se necesita una vacuna autorizada por la OMS y sabemos que no se ha priorizado a los jóvenes con vacunas autorizadas y no confío mucho en esos lotes de vacunas (rusas y cubanas) que trajeron a pesar de tener el dinero para comprarlas’, explicó joven estudiante de 19 años, originaria de Matagalpa, cabecera departamental ubicada al norte del país, que viajó a la frontera Honduras-Nicaragua.

La joven señaló que el Minsa no se ha tomado la pandemia con “mucha seriedad”: “No se han esforzado siquiera en escribir bien el nombre de la vacuna Sputnik Light, entonces creo que empezando desde allí se ve la poca responsabilidad e importancia que le dan al tratamiento del virus”.

Un grupo de alrededor de 20 personas, entre ellos profesores y alumnos de un colegio en Chinandega, venían por la parte de abajo del puente, por otro punto ciego, y al llegar al pie del mismo comenzaron escalar.

Honduras ayuda a la sub inmunización del 5%

La OPS y OMS iniciaron una estrategia para llegar al 40% de inmunización para los países que se encuentran debajo de los 10 puntos porcentuales de inmunización antes de 2021, entre ellos Nicaragua.

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Nicaragua tiene una sub ejecución de inmunización del 5.8%, según el registro que tiene Datos Macro hasta el 27 de octubre; Honduras puede llegar a ayudar a incrementar el porcentaje de inmunización, pues según la Secretaría de Salud hondureña solamente en la municipalidad y capital hondureña de Choluteca se ha logrado inyectar 31, 229 dosis, esto con el fin de vacunar “al mayor número de nicaragüenses”.

El miércoles 27 de octubre había al menos un kilómetro y medio de personas en fila: “Estoy aquí desde las 12, vengo como con 13 personas más. Salimos en la noche de Granada”, comentó una mujer que se encontraba en una de las casas aledañas, cuyos habitantes prestaban el servicio al costo de C$10 ($0.28) y estaban brindando agua, lugar donde bañarse, asientos donde descansar, una mesita con agua y jabón para poder lavarse las manos.

No solamente los guías y los dueños de las viviendas estaban brindando servicios sino también transportistas locales con medios como caponeras, microbuses, buses y triciclos, listos para movilizar personas hacia el otro puesto de vacunación situado al menos a seis kilómetros de allí en El Triunfo.

“Tengo el contacto con una enfermera con 150 vacunas, no tenés que hacer mucha fila y hasta con aire acondicionado vas a estar”, propuso un señor hondureño que se acercó al equipo de periodistas. Es uno de las personas que estaban tratando de llevar a la gente hasta el otro centro de inmunización.

Expediente Público realizó un recorrido por esa zona y se logró verificar que a pesar de que la fila no era de la misma magnitud que en la frontera, estaba avanzando a paso lento. Militares hondureños que se encontraban guardando el orden de las filas en el primer puesto fronterizo, expresaron a las personas que se encontraban esperando que había vacunas suficientes y que no se desesperarán en irse.

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Larga espera

Personas que estaban desde la noche anterior tuvieron que esperar al menos 12 horas, pues se comenzó a vacunar a las 9:00 a.m. En el puente El Guasaule se encontraban nicaragüenses y algunos hondureños esperando a que la fila avanzara, bajo un sol incandescente y espacios de sombra escasas. La única manera de poder escapar de éste era sentándose en el piso poniendo sombrillas.

Los incidentes en las filas han sido bastante comunes, el objeto de discusión es el desorden notorio que se ve al momento de realizar las filas, donde algunos quieren meterse a los primeros lugares sin hacer fila. Por esta razón los puestos en algunas ocasiones han tenido que cerrar y los espectadores han tenido que movilizarse y cambiar de punto de vacunación.

Las filas que se forman en los puestos de vacunación de Honduras son inmensas, pero los nicaragüenses aseguran que el trámite es ordenado.

A partir de las 9:30 a.m. la fila comenzó a avanzar progresivamente. Al llegar dentro del puesto se encontraban tres mesas, en dos de ellas se habían dos personas tomando datos: Nombre, número de identificación o pasaporte y lugar de procedencia. Posteriormente se pasa a la tercera mesa donde se encontraba el personal de salud vacunando de pie a las personas. Finalmente les indican descansar en un área libre para poder esperar a cualquier reacción al biológico.

“No me sentía seguro con las vacunas de Nicaragua y habían más de 5,000 personas en la misma situación que yo. Tener que cruzarme la frontera dos veces y todo lo que esto conlleva, porque es un gran sacrificio hacerlo, para mi vale la pena porque he visto los estragos mortales del Covid-19 en mi familia misma y amigos”, confesó un joven estudiante de 20 años que cruzó la frontera el lunes pasado y formó parte de las grandes filas y larga espera para poder vacunarse.

Al momento de que entregan la tarjeta de vacunación se puntualiza la fecha de la segunda dosis, según el personal de salud que se encontraba en el punto de El Guasaule se espera volver a poner los puntos de vacunación en la frontera: “No falten a la cita”, gritaban por medio de megáfonos.

Lo mismo en El Espino

La situación en la zona fronteriza de Chinandega se replica, con sus diferencias geográficas, en el puesto limítrofe de El Espino, del departamento de Madriz, a 237 kilómetros al norte de Managua, la capital.

Expediente Público también recorrió la zona y constató in situ, la disposición hondureña de apoyar a los nicaragüenses que llegan buscando una vacuna certificada por la OMS.

La historia es la misma: miles de nicaragüenses se desplazan de los departamentos del interior del país, llegan a la zona fronteriza, aparcan sus vehículos y se internan en masa por veredas periféricas al puesto migratorio, donde las autoridades nicaragüenses exigen una prueba negativa de Covid-19, aplicada por 50 dólares en el puesto, para permitirles pasar a Honduras.

Bajo el sol, así esperan los nicaragüenses que se movilizan a Honduras en busca de la vacuna Pfizer o Moderna que están aplicando en los puestos habilitados.

Una vez en la zona, buscan internarse de madrugada o de noche, para evitar el sol y estar lo más cercano en la fila para ser inyectados de primero, porque saben que las dosis enviadas a los puestos son limitadas y si se acaban, deben esperar un día más en las filas, sufriendo lluvia, sol, hambre, cansancio y sed.

Expediente Público constató la disposición de las autoridades hondureñas para vacunar a los nicaragüenses: “Esta campaña es una forma de agradecimiento, ya que tengo el conocimiento de que hay hermanos hondureños que viajan a Nicaragua y los atienden de muy buena manera. Este es un servicio gratuito y el día de hoy contamos con tres mil dosis disponibles”, dijo el doctor Luis Gómez, delegado de la Secretaría de Salud de Honduras, al recibir a unos miles de nicaragüenses que se encontraban formados a las afueras de las instalaciones de la Escuela República de Honduras de El Espino, a unos 1,500 metros de la frontera.

“Los atenderemos de la mejor manera, respétense entre ustedes. Somos pueblo y nos merecemos orden y respeto entre cada uno de nosotros”, expresó, ante las quejas de los médicos y enfermeros hondureños por alborotos y conflictos suscitados por algunos nicas en las filas, quienes intentaban meterse en los puestos más cercanos para ser vacunados de primero.

Para evitar los puestos de control de migración los nicaragüenses cruzan a territorio hondureño por puntos ciegos.

El flujo de nicaragüenses, en esta zona, es estimado por las autoridades hondureñas en unas 3,000 personas a diario.

El médico del departamento de Choluteca, Gustavo Cano, afirmó que en la frontera de El Espino el martes 26 de octubre se aplicaron 1,800 vacunas y que en el Centro de Salud de San Marcos de Colón y el Centro de Salud de San Francisco, más hacia el interior de Honduras, se han aplicado aproximadamente 1,300 vacunas a nicaragüenses y hondureños.

“Estamos cubriendo vacunas no solamente para la población hondureña, sino que también a los hermanos nicaragüenses, en este caso apoyando con esta campaña de vacunación con la vacuna Moderna, de la cual se está aplicando la primera dosis; esta vacuna tiene 28 días para aplicar la segunda dosis”, por lo cual se espera que durante noviembre, habrá un flujo migratorio similar al actual, explicó el doctor Cano.